En el gimnasio sentía que todo el mundo me observaba cómo si supiera que estaba inmensamente feliz y que probablemente lograrían deducir cuál era el motivo de mi sonrisa.
“No eres tan importante, relájate mucho, eres ridícula… además la mayoría de aqui seguramente hasta tuvieron sexo mañanero y no los ves tan paranoicos como tú”
En el trabajo no tuve problema y escuchar las aventuras de Seiny me distrajo demasiado. Cuando llegué a casa tomé mi clase, la verdad es que no presté demasiada atención y al terminar decidí hacer una videollamada con Camila para saber específicamente qué día llegaría.
– Kaila, mirame – se acercó a la pantalla – ¿Te estás drogando? o ¡Ya tuviste sexo!
– ¿Quéé? – me reí de forma estruendosa.
– Es sexo ¿verdad?, ¡Santo Dios! – levantó los brazos cómo agradeciendo al cielo – Quiero detalles, no importa que tan sucios sean, no me asusto fácil.
No podía dejar de sonreír, me estaba costando controlarme para poder responder.
– Fue maravilloso – dije cuando por fin fui capaz de articular palabra.
– Idiota, ¡detalles!, dame detalles.
– Pues fuimos a su nueva casa a limpiar y ordenar, yo me metí a bañar y cuando salí él me estaba esperando – sonreí por el chillido de emoción que hizo Camila – Fue muy delicado y cariñoso, me cuido en todo momento y cuando lo volvimos a hacer en la regadera… fue un poco más pasional.
– ¡Dos veces seguidas! – abrió la boca sorprendida – Las ganas que tenía debieron ser infinitas, lo tienes loco seguramente… estoy orgullosa.
– Idiota, ¿cómo mierda adivinaste lo que había pasado?
– Mi vida, esa sonrisa y el color de tus mejillas me lo dijo todo.
– ¡Mierda! – me dí un pequeño golpe en la frente con la palma de mi mano.
Después de eso hablamos de sus planes, para volver y me comentó que llegaría el viernes por la noche, quede en planear algo divertido para el fin de semana y avisarle el sábado temprano; quería dejarla pasar la noche del viernes tranquila y rodeada de su familia.
Cuando estaba por dormir recibí el mensaje de Orlando que decía <Ya> entonces comprendí lo que debía hacer.
KAI: Alisha, quería saber si estás cerca de la casa de Orlando, no me ha contestado y estoy empezando a preocuparme, iría yo pero de momento no estoy en casa.
ALI: Oh, de hecho a mi tampoco me contesta, creo que sí iré a ver que todo esté en orden, gracias – mando un emoji de un corazón.
“Lamento estar haciendo esto, pero creo firmemente que es por tu bien, aunque de momento no lo vayas a entender”
Sentí una opresión en el pecho que me complicó conciliar el sueño de forma inmediata, y eso era preocupante, yo jamás tengo problemas para dormir. Decidí no volver a tomar mi celular, para evitar ver los mensajes (en caso de que los recibiera), lo puse en silencio y cerré los ojos hasta que eventualmente me quede dormida.
Afortunadamente al despertar, no tenía mensaje de Alisha pero sí de los hermanos.
ORLA: ¡Eres fantástica!, funciono perfecto, estoy en deuda contigo.
NADIM: Hermosa, ¿estás ocupada?
NADIM: Supongo que ya te quedaste dormida, te quiero y me muero por verte.Decidí que evitaría responderle algo a Orlando, no quería detalles de esa situación ya me sentía lo suficientemente mal.
KAI: Sí estuve un poco ocupada, espero que tengas un maravilloso día, te quiero y también quiero verte.
Durante el día mi cabeza fue un asco, comenzó a mandarme imágenes de lo que probablemente vió Alisha y no podía evitar sentirme mal, nadie debe ver a la persona que ama con otra persona.
Para evitar pensar en eso decidí enfocarme en planear, lo que sería un maravilloso fin de semana.
Cuando por fin tuve el plan ideal, comencé a avisarles a los que estarían involucrados, que serían los hermanos y Camila.
KAI: Sábado de acampar en la Sierra Ilhuicatl y domingo de nadar en el lago.
Envié el mensaje a cada uno y adjunte la foto del lugar, que no estaba muy lejos de nuestra ciudad, todos respondieron de forma positiva a mi propuesta. Llamé a Hassel para pedir la salida el sábado, solo una hora más temprano y ella accedió sin problema.
“Esto será maravilloso”
El viernes recibí mensajes de Camila donde me mandaba fotos de ella y su familia, todos tenían una enorme sonrisa y ojos llorosos, era evidente que había sido emotivo reencontrarse después de semanas de no verse.
El sábado decidimos encontrarnos allá, yo pasaría por Camila y los chicos llegarían primero allá para ordenar y armar las cosas que fueran necesarias.
– Estoy ansiosa por conocer al maravilloso Nadim, que te sacó de esa vida de miseria – comentó Camila mientras se abrochaba el cinturón de seguridad.
– Estúpida – le dí un golpe en la pierna con mi mano – No era tan horrible.
– Sí lo que tu digas.
– ¿Y no estás nerviosa por ver a Orlando? – pregunté y la miré de reojo, observe que apretó los labios y pasó las manos por su regazo.
– ¿Nerviosa? – soltó una risa sin sonido – No tendría porque.
– Si lo que tu digas – la imité.
Durante el camino platicamos de su vida allá y también de la cena que había tenido ayer con sus padres. Era mucha información que teníamos pendiente que para cuando acordamos ya estábamos a solo cinco minutos del lugar.
Al ser un lugar turístico, debías pagar para poder acceder y ellos te guiaban a la zona que se te había establecido, no era un bosque porque no solamente encontraba árboles y no era húmedo, sí había partes del lugar con enormes árboles, pero también había montañas y secciones con pequeños lagos; nuestra área contaba con uno.
Al llegar pudimos observar a Orlando y Nadim, sentados en unos troncos conversando… como personas decentes, al percibir mi coche ambos se pusieron de pie.
– Amiga, te felicito – murmuró Camila, que sonreía amable mientras saludaba a los chicos.
– ¿Necesitan que las ayudemos a bajar sus cosas? – preguntó Nadim que se acercaba a mi puerta.
– Solamente la hielera, allí guarde algunas cosas para que se preservaran.
Por primera vez en lo que llevaba de conocer a Orlando, lo vi ser amable, se acercó a saludar a Camila y extendió la mano para que ella le diera su equipaje, lo cual evidentemente hizo.
– No sabía que se conocían – susurró Nadim, mientras bajaba la hielera.
– Bueno, técnicamente en persona no, solamente hablan por mensajes.
Hizo una mueca de confusión y luego meneó la cabeza cómo queriendo espantar un pensamiento.
– Casi lo olvido – me dio un beso rápido en los labios – Me alegra verte, te extrañe cada día.
– Yo también te extrañe y estoy feliz de verte – únicamente le sonreí con cariño, quería abrazarlo pero él tenía las manos ocupadas.
– ¡No sabíamos cuántas armar y dedujimos que lo ideal eran tres! – gritó Orlando refiriéndose a las casas de acampar.
– Creo que tendré casa sola – bromeó Camila y Orlando no fue capaz de contener una sonrisa.
Nadim y yo solamente negamos con la cabeza.
– Veo que seremos atacados constantemente – murmuró Nadim mientras dejaba la hielera, no estaba molesto en realidad parecía menos tenso.
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¿Puedo ser tu mayor error?
RomanceKaila recientemente ha terminado una larga relación, la cual parecía maravillosa; un día descubrió algo que acabó con todas sus esperanzas. Ahora está dispuesta a dar un cambio radical a su vida y hacer lo que nunca había imaginado... buscar un comp...