[ Kaila ]
Al momento de recibir la noticia del compromiso de mis mejores amigos, entendí perfecto lo que me decía Tito en la carta, porque fui feliz, pero de manera casi inmediata me sentí culpable e intenté disminuir mi alegría. Sé que fue notorio porque en días normales hubiera gritado o hubiera hecho chistes al respecto, estoy consciente de que ellos me comprenden, pero no es justo.
Los ojos de Camila al contarme cada detalle de cómo llegaron a esa decisión me recordaban a los míos cuando estaba plenamente enamorada. Para mí era obvio que terminarían juntos, viví los primeros destellos de ese amor y tuve que interceder en sus peleas en diferentes ocasiones, para hacerles entender que no tenían sentido y se sentaran a arreglar las cosas.
Realmente estaba feliz por ellos, pero no me sentía capaz de expresarlo libremente, aún era difícil.
Cuando regresamos a la cocina, los chicos ya no estaban, nos sentamos en la sala de estar para ver alguna película y después de 10 minutos entró Orlando, lo miré discretamente y percibí algo extraño en su rostro.
– ¿Y tu hermano? – cuestionó Camila que se había girado para observar a su prometido.
– Se fue, me pidió que te dijera que está realmente feliz por ambos – su voz carecía de emoción – Kai, ¿puedo hablar contigo? – había seriedad en su voz, así que me levanté de inmediato y lo seguí a su habitación.
– Me estás asustando, no me siento lista para recibir otra mala noticia, no habló de su boda por eso sí estoy feliz… sabes a lo que me refiero – hablé en el momento que cerró la puerta.
– No te preocupes, entiendo lo que quieres decir y creo que lo que tengo por contar, podría llegar a darte la paz que buscabas… aunque al principio te vas a molestar – una fugaz sonrisa apareció en su rostro.
Se sentó en la cama y me invitó a acompañarlo, de inmediato lo hice porque estaba intrigada y quería que ya me contara eso tan “importante”.
– Para mi era obvio que la noticia que di, iba a impactar a Nadim y ocasionaría que se cuestionara algunas cosas, entonces debo confesar que me abordó con muchas preguntas y tuve que responder a ellas – confesó con una sonrisa apenada y conforme él hablaba yo iba frunciendo más el ceño, cómo se percato de eso continuó – Me alegra que solo tengas una mano, porque eso dificulta que quieras atacarme.
– ¿Qué fue exactamente lo que le dijiste?
– Todo – respondió titubeante.
Si pudiera cruzar los brazos lo hubiera hecho, pero al no poder hacerlo mi mano libre la pase por mi rostro y resoplé.
“Ahora entiendo porque no está aquí, seguramente hizo un gran escándalo”
– ¿Y por qué se supone que me iba a dar tranquilidad que él ahora sepa la verdad? – pregunté confundida.
– Ah porque su reacción me hizo darme cuenta de que está realmente avergonzado y no creo que vuelva a acercarse a ti.
Sentí cómo si hubieran apretado mi corazón y el aire de mis pulmones me hubiera abandonado.
– ¿Pero y qué pasa con Luciana?
– No lo sé, la verdad estaba muy afectado, jamás lo vi así – su voz denotaba tristeza.
“¿Por qué te afecta que se sienta mal? él jamás se preocupó por ti… bueno si lo ha hecho, pero no cuando debía”
– No me hace feliz que se aleje de su hija, ella sufrirá y eso no es algo que yo deseé, lo bueno es que mañana nos vamos y él tendrá tiempo para pensar.
Me levanté, quería dormir o por lo menos acostarme.
– Espera – se levantó y comenzó a caminar hacia su armario, sacó un pequeño sobre y me lo entregó – Me lo entregó hace unos días pero no sabía si era bueno dartela.
“Oh, es verdad la carta” – sonreí medianamente como agradecimiento.
Cuando salí de su habitación aún estaba Camila en el sofá me miró intrigada, le sonreí para darle un poco de tranquilidad y comencé a caminar hacia mi habitación. Al entrar, todavía estaba Luciana dormida en la posición en la que Nadim la había dejado.
Decidí que lo más acertado era leer la carta en el baño,porque no quería despertarla y no sabía qué esperar de esa carta, así que lo mejor era poder reaccionar con libertad.
Me senté en la orilla de la bañera, abrir el sobre fue más difícil de lo que había pensado, cuando por fin saqué la hoja… suspire y la abrí para comenzar a leer.
Para: Kaila
Espero que mis palabras no te incomoden, te juro que lo que menos quiero hacer ahora es lastimarte, bueno la realidad es que mi plan era nunca hacerlo, pero ahora que te he visto y logré sentir ese desprecio que me tienes, comprendo el gran mal que te hice, si llega a servir de algo… ¡Perdóname!
Estás a solo unos metros, pero la distancia parece mayor, no hay forma en la cual pueda acercarme a ti y lo entiendo.
Te voy a confesar que estoy muy confundido, con respecto a la niña…¿sabes? Espero que no sea realmente mi hija (no te enojes, continua leyendo), porque de serlo implicaría que me perdí los años más importantes de su vida y que te abandone con una responsabilidad que debe ser compartida, no sería capaz de perdonarme por haberte dejado sola en eso.
Yo sé que no podremos recuperar lo que teníamos, pero en el fondo deseo que en algún momento por lo menos seamos capaces de estar en el mismo lugar sin que el ambiente se vuelva tan pesado, estoy dispuesto a acoplarme a tus requerimientos, porque si esa niña es mía no es una opción perderme nada más. Los errores cometidos en el pasado no deben repercutir en ella.
Cuando creas que es un buen momento para hablar, yo estaré esperando, te dejo mi número o en su defecto mi nueva dirección.Esperare el tiempo que sea necesario porque vale la pena hacerlo
El idiota que te perdio.
Su carta refleja su sufrimiento, por lo dicho en ella logré entender cuando fue el momento en que la escribió.
“¿Lo dicho aquí habrá cambiado ahora que sabe lo que realmente pasó?, ¿estará tan afligido como lo menciona Orlando?...¿Debería llamarlo?”
Salí del baño y comencé a caminar hacia la mesita para tomar mi celular.
– Mami, ya te vas a dormir – habló con voz tenue Luciana que comenzaba a incorporarse.
– Sí, mi vida – comenté con resignación.
No quería que se desvelará o que me hiciera preguntas, entonces renuncié a la idea de llamarlo. Ella se movió un poco para permitirme entrar en la cama y cobijarme.
Me costó quedarme dormida, pero no fue un sueño reparador ni un descanso adecuado, estaba muy inquieta así que me levanté con los primeros rayos del sol, tomé las llaves del coche y salí de la casa.
“Para honrar tu memoria haré lo que me haz enseñado”
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¿Puedo ser tu mayor error?
RomanceKaila recientemente ha terminado una larga relación, la cual parecía maravillosa; un día descubrió algo que acabó con todas sus esperanzas. Ahora está dispuesta a dar un cambio radical a su vida y hacer lo que nunca había imaginado... buscar un comp...