🌼 Capítulo 23 🌼

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Durante la “cita” con Aiden, estaba dispersa, no podía dejar de experimentar la sensación placentera que fue tener los labios de Nadim sobre los míos, aunque fueran solo algunos segundos.

Me sentí mal porque decidí terminarla lo más pronto posible, sin ser grosera; argumenté que debía dormir temprano porque comenzaría nuevamente a asistir al gimnasio, no era del todo falso, así que el remordimiento fue menos.

“¿Tengo que decirle a Orla?, no, eso solo empeoraría las cosas, debo pretender que nunca pasó… o al menos intentar”.

Sirvió mucho ir al gimnasio esta semana porque la cantidad de frustración que tenía era enorme, entonces me sobre exigía al máximo. El sábado accedí a cenar con Aiden, habíamos estado hablando entre semana y me parecía una estupidez desperdiciar oportunidades con él. Al final me sentí feliz de haber aceptado, porque la había pasado muy bien.

El domingo lo pasé con Tito, que estaba encantado al ver la foto de Alex y mía , me dio un largo y tierno beso en la frente.

– Estoy orgulloso de ti, eres una mujer inigualable – me abrazó y como siempre aproveche para impregnarme de su olor.

Antes de dormir recibí un mensaje.

ORLA: ¿De que me perdí? ¿Cómo que saliste a cenar con Aiden? Necesito información.

KAI: Comimos fetuccini, estuvo regular (el mio es mejor), le cuesta un poco variar en el tema de conversación pero es lo de menos, ¿esa información es suficiente?

ORLA: No, claro que no, todo estuvo pasando bajo mis narices y yo no estaba enterado.

KAI: No exageres, nada pasa aún.

ORLA: ¿Aún?, o sea ¿hay posibilidad?

KAI: Quizá

ORLA: Bueno eso me alegra él era mi opción 2

La siguiente semana fue prácticamente igual, a diferencia que este viernes era nochebuena, por la mañana fuí a casa de los papás de Camila y dejé varios regalos en la puerta, cuando su padre salió a recogerlos me marche sin que me viera. Después pase rápido a casa de Orlando, no iba a verlo porque me iría a casa de Tito a festejar todo el fin de semana.

– Entra, tengo junta en cinco minutos, pero será rápida, así que espérame en mi cuarto.

Ya en su cuarto, termine de maquillarme y después me recosté a ver la televisión.

– Idiota, ¿has vist… – Nadim abrió la puerta de golpe, al verme se quedó congelado – Ohh, ¿ Y mi hermano? – preguntó inexpresivo.

– En la oficina – regresé la vista al programa de cocina que estaba viendo.

– Gracias –  cerró la puerta.

Es imposible que cada día es más guapo, desgraciado”

Después de 20 minutos entró Orla, con un regalo que me entrego, yo hice lo mismo.
Yo recibí un comprobante de la compra de una silla que llegaría a mi casa el próximo martes, al verlo no pudo evitar sonreír y lo que él recibió fue un libro de buenos modales y el número de Camila (ella aprobó esta transacción).

– Supongo que te veo hasta la próxima semana, en nuestro maravilloso viaje.

– Sí, por cierto, ¿puedo llevar a Aiden?

– Me ofende la pregunta

– Perfecto – le sonreí y después lo abracé para despedirme.

En la cena con Tito invité a Alex, anteriormente había sido nuestra costumbre, pasar navidad con mi abuelo y año nuevo con su familia, ahora las fiestas serían siempre aquí (aunque yo no estaría este año nuevo).

¿Puedo ser tu mayor error? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora