Opté por usar un vestido corto, estilo princesa, color rosa pastel y con mangas caídas, a Bichito le puse uno color verde menta y peiné su rubia cabellera en dos coletas.
Cuando llegamos a la casa ya estaban todos ahí, Luciana corrió a saludar a todos,menos a Nadim; inmediatamente me di cuenta que eso era un problema.
– ¿Por qué no saludas a tu papi? – preguntó Adeli con su característica voz dulce.
– Porque estaba en casa – respondió sin mirar a nadie en especifico, quería correr directo al cuarto de juegos que habían hecho especialmente para ella.
Nadie pareció entender bien su respuesta, solamente Nadim y yo que nos miramos fugazmente, pero alguien no se conformó con esa respuesta.
– ¿Tú fuiste a su casa? – preguntó Camila con una sonrisa astuta.
– No, él durmió en la nuestra.
Y fue en ese momento que nuestro gran secreto… dejó de serlo.
Nadie dijo nada por algunos segundos mientras una empleada se llevaba a Luci para cuidarla y jugar con ella.
– Interesante – habló Orlando para romper el incómodo silencio, en su rostro había una sonrisa maliciosa – Alguno quiere decir algo o dejamos que mi imaginación vuele.
– Deja de presionar, si ellos no quieren hablar no tienen porque hacerlo – comentó Adeli que por primera vez había levantado un poco la voz.
– Gracias, mamá – dijo Nadim y sonrió amablemente a su madre.
– ¡Entonces si hay algo que decir, pero no quieren decir! – exclamó Orlando, eso ocasionó que Camila le diera un golpe en el hombro – ¡Ay!, todos tienen duda pero nadie se atreve a confrontarlos, deberían apreciar mi valor.
Yo permanecía de pie casi en la entrada, solamente observaba a cada uno de ellos, hasta Marijo me miraba confundida. Tener sus miradas sobre mi era demasiado abrumador, por un momento consideré correr, pero sería algo demasiado melodramático.
Al mirar a Nadim me percaté que estaba esforzándose demasiado en contenerse, quería confesar todo, lo sabía con solo mirarlo, él no acostumbra a esconder las cosas, quizá por su trabajo está habituado a decir las cosas tal cual pasan y dar más detalles de los necesarios.
– Si digo que salgo con alguien extremadamente idéntico a Nadim ¿Alguien me creería? – pregunté con una sonrisa burlona, todos comenzaron a reír y negaron – Entonces… bueno ya saquen sus conclusiones.
– Después de todo sí soy un buen cupido – comentó Orlando con una sonrisa satisfecha en su rostro.
Sabía que todos sonreían, pero yo solamente estaba enfocada en ver al hombre que estaba a unos cuatro metros de mí, con sus ojos maravillosamente azules posados en mí, tenía una sonrisa apretada, pero alegre y negaba con la cabeza.
Camila fue la primera en acercarse y saludarme.
– Estoy feliz, si tú lo estás y no tienes que responderme porque tu rostro habla por ti – murmuró mientras me abrazaba.
Pase por el lugar saludando a cada uno de los presentes y al final deje a Nadim,cuando estuve frente a él, le sonreí antes de abrazarlo. Me dio un ligero beso en la frente, nos separamos y me senté a su lado.
En ese momento comenzó (de nuevo) nuestra aventura.
Ahora un pequeño resumen de lo que pasó después.
A partir de ese día, al haber confesado lo que pasaba, nos deshicimos de un gran lastre, por lo tanto nos sentimos más libres.
La siguiente semana inauguré mi restaurante (por cierto; el logo que hizo Orlando fue la cosa más maravillosa del universo, logró plasmar lo que deseaba). Nadim me regaló algunas cosas impresionantes, logró encontrar la camisa favorita de Tito y la volvió una almohada, además hizo (en un lugar especializado, ellos te guían en el proceso) una fragancia que asemejaba el aroma de él y logró que nos dieran oportunidad de esparcir parte de los restos de Tito en el Santuario de las luciérnagas.
– Gracias a él eres la mujer que eres y además también por él estoy aquí, había perdido la esperanza de poder estar junto a ti, pero sus palabras me dieron la motivación que me hacía falta – mencionó mientras yo era una mar de lágrimas.
El mes siguiente registramos oficialmente a Luciana, no había querido hacerlo por mi cuenta, porque en el fondo tenía la esperanza de que terminaríamos juntos... y un año después decidimos casarnos.
Nos fuimos a vivir a casa de Nadim. Durante las vacaciones Nasla venía a visitarnos, al principio le costó trabajo acoplarse, pero poco a poco fue descubriendo la verdadera esencia de Nadim.
Camila y Orlando tuvieron su primer hijo (Alonso) tan solo un año después de su boda, ahora él niño tiene 3 meses; es moreno como Camila pero con cabello castaño claro.
Nadim y yo planeamos tener otro hijo/a, pero hasta el próximo año, de momento queremos disfrutar de nuestra relación sin la locura que trae un bebé. Luciana cada día va renunciando a esa necesidad de tener atención constante, aunque tengo sospechas que si llega otro bebé esa necesidad volverá.
Hasta hoy no me he arrepentido de haber dado esa oportunidad de volver al lugar donde había sido tan feliz, no puedo decir que jamás peleamos, porque sería una completa mentira, discutimos ocasionalmente, pero por cosas que son comunes cuando vives con alguien y además porque él siempre quiere complacer a Luciana.
Lo importante es que logramos tener un equilibrio, ocasionalmente salgo con Alex o con Camila y en ocasiones con ambos; Nadim con su colegas (por cierto Alize tiene casada desde hace aproximadamente 4 años y tiene dos hijos… jamás fue un peligro).
<Es importante aprender a perdonar, pero no de forma superficial, si lo vamos a hacer debe ser de forma completa. Todos somos propensos a equivocarnos y/o actuar de una manera irracional, no lo hacemos para dañar, en ocasiones el dolor logra cegarnos y perdemos el control, cada uno lleva su proceso de sanación de forma diferente. No es fácil reconocer que has fallado...debes perdonarte para que los demás también puedan hacerlo>
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¿Puedo ser tu mayor error?
RomansaKaila recientemente ha terminado una larga relación, la cual parecía maravillosa; un día descubrió algo que acabó con todas sus esperanzas. Ahora está dispuesta a dar un cambio radical a su vida y hacer lo que nunca había imaginado... buscar un comp...