El lunes llegué cabizbaja al trabajo, era el primer día allí sin Camila, a pesar de que acostumbramos a no parlotear por cada rincón, sabía que estaba cerca y ante cualquier cosa era mi apoyo.
Hoy presentan a la nueva sub-chef que sería mi compañera, por eso nos citaron una hora antes, para que pudiera conocernos y comprender el funcionamiento del lugar. Me sorprendí cuando vi entrar a Seiny, una ex compañera del colegio y la preparatoria, con quien había tenido buena relación, hasta que me enamoré y todo se fue a la chingada. Me alegró ver que ella también me había reconocido y sonrió de forma discreta.
– No sabia que habias estudiado esto, ¿ no estuvimos juntas o si? – pregunté cuando nos dejaron solas, para que yo la pusiera al corriente.
– No, yo me atrase un año, me fui a vivir a otro país – respondió amable mientras observaba a su alrededor.
– Ah, bueno ahora todo tiene sentido – le dediqué una media sonrisa antes de comenzar con el recorrido.
Los primeros tres días, era difícil sacarle las palabras, no sabía si era sumamente reservada o solo era parte de la etapa inicial del reencuentro. Pero poco a poco, la observaba más cómoda con el trabajo y conmigo.
– Ya tan fácil me vas reemplazar, eres como todos – fingió llorar Camila, cuando la llame para saber como le había ido en sus primeros días.
– Tú me abandonaste primero…. como todos.
– Ay, ya basta, todos sabemos que tu ganas en eso de las tragedias.
Hablamos poco menos de una hora, me contó sobre el lugar, sus compañeros y Pierre a quien había apodado “La perra”, porque ella seguía a todos lados.
– ¿Puedo correrlo? – bromeó
El viernes, me levanté más tarde de lo habitual, había tenido tareas del diplomado toda la semana y estaba abatida, llegué justo a mi hora de entrada y antes de salir me encontré con Seiny.
– ¿Sigues aquí? – pregunté extrañada
– Tenía que hablar unas cosas cona Hassel
– Ah – mire a mi alrededor incómoda, porque no sabía qué más decir.
– ¿Iras mañana a la fiesta de reencuentro del colegio? – preguntó mientras buscaba algo en su bolso.
– No voy a fingir que sé de qué hablas – reí apenada.
– ¿En serio no sabes de la fiesta? – su voz denotaba sorpresa – La verdad es que no se muy bien quién la organiza, pero será en casa de Azul, ¿La recuerdas?
– Ahora entiendo porque no me invitó, yo la llamaba Color – ambas nos reímos al recordarlo.
– Pues ahora yo te invito, que te parece ¿vamos?
“ Es momento para reparar lo que arruinaste hace años por andar jugando a la pareja feliz”
– Sí, ¿ te veo allá o nos vamos juntas?
– Puedes llegar a mi casa, ¿recuerdas donde es? – preguntó, mientras por fin sacaba las llaves del coche que había estado buscando desesperada en su bolsa.
– Sí, aún lo recuerdo.
Nos despedimos y cada una se dirigió a su coche.
Intenté arreglarme, considerando los consejos de Camila, pero no quería exagerar porque no sabía quienes estarían allí o si todos seguían siendo tan recatados como antes. Todas las escuelas en las que he estado son privadas y de alto prestigio, entonces la gente con la que te encuentras muchas veces es arrogante.
Use una falda entallada de talle alto, color negra y una blusa estilo princesa de color rosa pastel, solo me maquille los básico.
A pesar de que iríamos juntas decidimos que cada una llevará su coche, por si la otra quería volver a casa antes. Cuando llegamos, me sentía extraña porque mi pareja de fiestas era Camila y no estaba aquí, así que no sabía cómo funcionaban las cosas con Seiny.
– Ven, acá están algunos chicos de los cuales seguro te acuerdas – me tomó de la mano para guiarme.
– ¡Miren chicos quien ha vuelto a aparecer! – grito cuando llegamos con un grupo de seis personas (había cuatro hombres y dos mujeres), me puso al frente y me giro.
Todos gritaron mi nombre al unísono y se levantaron para abrazarme, fue extraño y bonito a la vez. No recordaba a todos, pero parece que ellos a mí sí.
La fiesta no era nada parecida a las que me había acostumbrado, esta era como una reunión donde los grupo estaban bien definidos, nadie se mezclaba con nadie. Estuve por algunas horas sentada escuchando de la vida lujosa que llevaban, los viajes que habían hecho y cosas por el estilo, cuando me canse, les dije que debía salir un momento a hablar por teléfono, lo cual obviamente era mentira.
Salí por una enormes puertas corredizas que te llevaban a la piscina y me senté en una mecedora colgante. Ya había tomado suficiente, entonces estaba un poco mareada, pero no para vomitar, solo en ocasiones no enfocaba como yo quería.
– Supongo que pediste permiso para usar esa silla – dijo una voz a mi costado.
Volteé para ver de quien se trataba y era el chico rubio que estaba en el grupo con mi primera presa la que no logre capturar, porque me puse inmensamente nerviosa; al verlo entendí que su comentario era una broma.
– Lárgate, cara de nalga – espeté sin miramientos.
Él no fue capaz de contener la carcajada y escupió sobre mi, el trago de cerveza que recién había metido a su boca.
– ¡Eres un imbécil! – grite colérica.
– ¡Perdóname! , es que nadie jamás me había llamado cara de… nalga – volvió a reír.
– Pues que gente tan aburrida conoces – dije mientras me ponía de pie y en un acto reflejo me sacudí la ropa, no eran migajas así que no se iría.
– Oye de verdad, lo lamento, no fue mi intención, ¿Qué puedo hacer para compensarlo?
– ¿Te acostarías conmigo? – expusé sin pensar.
– No estoy seguro si es una broma – tenía las cejas fruncidas y la nariz ligeramente arrugada.
– Lo estoy diciendo de verdad – inútilmente continuaba intentando limpiar mi ropa
– Pero bueno entiendo si no quieres...– Creo que sí quiero – me interrumpió.
– ¿Crees? – lo mire confundida y un poco indignada.
– Bueno, sí quiero – dejó la cerveza y me tomó de la mano – ¿Tu casa o la mía?
– Yo vivo en la calle Magnolias, en el fraccionamiento… Atizan, si tu vives más cerca de aquí, que sea mejor en tu casa.
– De acuerdo.
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¿Puedo ser tu mayor error?
Roman d'amourKaila recientemente ha terminado una larga relación, la cual parecía maravillosa; un día descubrió algo que acabó con todas sus esperanzas. Ahora está dispuesta a dar un cambio radical a su vida y hacer lo que nunca había imaginado... buscar un comp...