🌼 Capítulo 76 🌼

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La sonrisa en su rostro me devolvió un poco de luz que había perdido, era bueno verlo sonreír, cuando miraba a Luci, pero ahora esta sonrisa era especialmente para mí y era maravilloso.

Se levantó y me cubrió con su brazos, coloqué mi cabeza en su pecho.

– Contigo jamás puedo ir lento, pero te prometo que me voy a esforzar – me susurró al oído.

Lo apreté un poco más, él me dio un beso en la cabeza y comenzó a separarse.

– Me voy, necesitamos hablar para ver cómo va funcionar esto.

– Estoy de acuerdo.

Apretó ligeramente mi mano, me sonrió levemente y se marchó.

En ocasiones tenemos un plan y nos negamos a aceptar las cosas que se nos ponen enfrente, todo por miedo a equivocarnos, jamás quise estar lejos de él y para ser honesta en el fondo siempre imaginé que íbamos a lograr resolver las cosas, él fue impulsivo, pero yo también lo fui”.

– Ahora entiendo de donde venía la habilidad de mi papá de prever casi todas las cosas, siempre estás un paso adelante...sin estar aquí, te las arreglas para interferir y lo mejor es que lo haces de la mejor manera– hablé cuando me senté en la cama y estaba junto a Tito – Sí lo elegiste es porque algo viste, lo que me intriga es ¿por qué nunca me insististe en hablar con él?… bueno igual no lo sabré, así que dejaré de torturarme.

Cuando me dispuse a dormir, no podía hacerlo lo que había vivido me parecía un sueño, no lo sentí tan real, porque había sido completamente imprevisto y tan perfecto que me dejó desorientada.

Al despertar vi que ya tenía un mensaje así que lo abrí.

NADIM: Dime que lo de ayer no lo imagine… si sabes de qué hablo ya es buena señal.

KAILA: Es gracioso porque también pensé que había sido un sueño, pero no, no lo es.

NADIM: Me parece perfecto, no quiero presionar así que tu dime cuando pueda ir a verlas.

KAILA: Mañana… Luciana se quedará con Camila porque tengo unas cosas que revisar de un negocio podría verte para cenar.

NADIM: Ok, me dices la hora y estaré puntual.

Era extraño, volver a este proceso de coquetear con una persona con quien ya habías pasado esa etapa, estaba intrigada y confundida sobre el cómo iba a ser para nosotros llevarlo con calma.

Todo el día la pase distraída, Luciana tenía que llamarme varias ocasiones para prestar atención al juego.

El lunes al despertar, preparé el desayuno, hice una pequeña maleta donde metí algunos juguetes de Luci y al mediodía la dejé en casa de Camila. Toda la tarde la pasé revisando cosas con el arquitecto y con algunos empleados, ya iba muy avanzada la construcción del lugar y a cómo me lo explicaron estaba muy conforme con lo que iba a ser.

Después fui a hacer algunas compras, porque necesitaba los útiles para la escuela de Luciana, ya comenzaba la próxima semana, entonces tenía que aprovechar y tener todo preparado con tiempo suficiente.

Para las 7 pm ya estaba lista y se lo hice saber a Nadim, de inmediato contestó que en 15 minutos salía de su despecho, que si quería podía adelantarme y como me estaba muriendo de hambre accedí a ir yo primero.

En el momento que lo vi entrar al lugar, mi estómago se revolvió. Estaba nerviosa y hace años que no sentía eso. El momento de saludarnos fue muy torpe (no podíamos darnos beso en la mejilla porque movíamos la cabeza hacia la misma dirección) entonces entendí que él también estaba nervioso.

– Veo que tenías hambre – mencionó mientras observaba el plato donde habían estado las papas fritas.

– Un poco, el arquitecto me quitó más tiempo del que pensé – su cara mostró una expresión de desconcierto – Ah, voy a abrir una sucursal del restaurante que me heredó mi papá.

– ¡Vaya!, eso es magnífico, siempre creciendo me alegra y ¿dónde está el lugar?

Antes de explicarle, esperé a que la mesera nos tomara la orden, cuando lo hizo proseguí a explicarle y él dijo saber dónde era el lugar.

– No puedo creer que estemos aquí, parece irreal… o sea lo deseaba, pero parecía algo imposible – comentó con dulzura.

– Es extraño, no para mal, pero sí lo es – sonreí con simpleza.

– Supongo que lo que tendremos que hacer es esconderlo, al principio… solo mientras logramos ver que pasa, aunque si…

– No, yo estoy de acuerdo, no quiero involucrar a los demás, necesitamos definir esto, si no funciona podremos luchar en silencio.

– Hagamos que funcione – declaró mientras me tomaba la mano.

Mientras comíamos platicamos de su trabajo y del mío, de los cambios que han habido, de lo que yo tenía pensado hacer, sobre la educación de Luci… hablar con él era sencillo, todo fluía, con pocas personas tengo esta conexión, los nervios que tenía desaparecieron en el momento que comenzamos a hablar.

En la salida me acompañó a mi coche y nos despedimos con un rápido beso en los labios.

¿De verdad estamos haciendo esto?, necesito comenzar a dejar de tensarme cada que está cerca”

– Pasa, vamos a cenar – dijo Camila cuando me abrió la puerta.

Oh mierda”

– Ya cené – dije con voz queda, ella se giró para verme – Tenía hambre y después de las compras que hice me paré en un lugar cualquiera para comer algo – comenté para justificarme.

– Ooook – entrecerró los ojos – Estoy perdiendo la habilidad porque no puedo asegurar si eso es verdad o me estás queriendo ver la cara de estúpida.

– ¡Ay, ¿Por qué mentiría?! – exclamé con indignación y conteniendo la risa.

– No lo sé… bueno no importa, mínimo deja que la chiquitina cene

– Está bien

Entré y ya estaba la mesa lista, Luciana estaba acostada en un sofá con sus muñecas alrededor y veía la televisión. Me acerqué para darle un beso y no obtuve la respuesta que esperaba, me dió un beso rápido y luego fijó nuevamente su atención en el programa que estaba viendo.

Hija de tu padre tenías que ser”

Después de 10 minutos le llamaron para comer y sin hacer berrinche se sentó, pero en la silla que le permitía continuar viendo la televisión. Mientras ellos comían les fui contando de los avances que vi y de los que me platicaron.

Aproximadamente en un mes ya podremos abrir el lugar, eso provocó felicidad en Camila, porque ya estaba harta al igual que yo, de no estar trabajando.

Al terminar de cenar, hice que Luciana recogiera todo lo que había tirado, que agradeciera y se despidiera. Al llegar a casa corrió a su habitación y se quedó dormida. yo hice casi lo mismo pero antes… le envié un mensaje a Nadim para avisarle que ya estábamos sanas y salvas en casa.

“No es un proceso sencillo, aún hay incomodidad cuando estamos cerca, supongo que es parte de ese temor y las dudas sobre si estamos haciendo lo correcto, pero lo medianamente maravilloso de la vida es que nunca sabes con certeza si lo que haces está bien o mal… solo con el tiempo lo descubres”.

¿Puedo ser tu mayor error? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora