🌼Capítulo 11 🌼

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Salimos al patio, pero no llevaba directamente al césped, debías bajar unas escaleras para llegar a él, donde estábamos era una terraza de madera, donde había un comedor de jardín, al estar elevado podíamos ver la piscina, el jacuzzi y la zona de asar. 

– Y bueno, cuéntame... ¿cuando viene Camila?

– Ay eres nefasto – puse los ojos en blanco–  Se acaba de ir, así que no creo que venga pronto – comenté con resignación.

– Vaya eso si es triste – hizo un puchero infantil.

Después de comer, me dijo que tenía que ayudarlo a recoger, entendí que era su forma de regresar lo que hice; la diferencia es que a mi no me molesta.

– ¿Y por qué vives solo en esta casa tan enorme? 

– Técnicamente no vivo solo, mi mamá y su pareja se fueron de vacaciones desde hace un mes y les resta otro mes, mi hermana se fue de intercambio por dos años; solamente viene cuando son fechas especiales y mi hermano es un petulante que prefiere vivir solo y lejos de aquí. Además hay ocasiones en que mi papá viene de visita y trae a su nueva esposa – fruncí el ceño y él lo percibió – Son raros, mis papás se separaron pero nunca se odiaron, solamente un dia dijeron algo asi como <Ay ya me aburriste, mejor busquemos otra persona> – la simpleza con la que lo dijo me hizo ver que realmente sucedio algo asi.

Si tan solo mi mamá hubiera tenido la tercera parte del valor que tuvieron los padres de Orlando, toda mi vida hubiera sido diferente”

– Que bien que hayan sido super maduros, o sea para tomar una decisión tan importante. ¿Eres el mayor? o bueno no, mejor dime ¿cuantos años tienes?

– Soy el de en medio, la bendición de esta casa – hizo mueca de arrogancia – Tengo 26 y trabajo en marketing digital, de manera independiente; no me gusta estar en las oficinas, soy virgo , desde hace tres años que estoy soltero, me gusta demasiado salir de fiesta y amo el sushi, ¿con eso cubro todas tus dudas?

– De momento sí – reí 

– Y bueno… es tu turno, pero primero vayamos a mi habitación.

Lo seguí pero solamente para recoger mi bolsa, cuando entramos empezó a buscar entre sus cosas y me aventó la camisa que había usado la ocasión anterior.

– Me estresa verte tan incómoda

– No, mejor me voy, ya estoy muriendo de sueño.

– Ay, solamente me interrogas y cuando llega tu momento, huyes, ¡Cobarde!

– Callate, no seas ridículo, solamente no quiero quedarme dormida aquí.

– ¡Ay! ni que fuera tu primera vez – Se rió burlón – No te hagas del rogar, me aburre no tener con quien platicar.

– Usar la lástima, ¡vaya!, eso es muy bajo– me burlé, mientras me desvestía para cambiarme.

– Pero es infalible – cerró el puño victorioso – Ahora si cuéntame ¿Cómo conociste a Camila? – lo mire con desprecio y eso ocasionó que soltara una carcajada – Bueno ya cuéntame lo que quieras para que me ayude a conocerte – se acostó en la cama.

Bueno aquí vamos” – imité su acción.

– Tengo 24 años, vivo sola desde los 18, mi madre no fue la mejor persona del mundo, mi papá intentó dedicarse a mi por completo, pero con el tiempo encontró el amor y se marchó; pero no era mala persona, solamente sentí que ya no encajaba en su vida hace menos de un mes falleció junto con su familia, solo sobrevivió su hija mayor.

Me había acomodado de forma que no pudiera verlo, pero él sí me estaba observando, me sentía incomoda pero no por algo sexual, si no porque cuando hablas de ti, quedas expuesta ante las demás personas; me hace sentir vulnerable. 

¿Puedo ser tu mayor error? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora