🌼 Capítulo 35 🌼

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La plática se enfocó en la próxima mudanza de Nadim, por primera ocasión Orlando no hizo bromas al respecto, solamente escuchaba aunque en ocasiones ignoraba y se enfocaba un poco en Alisha, pero cuando ella lo fastidiaba volvía a integrarse a la plática.

Cualquier persona que viera Orlando y a Alisha podía darse cuenta que no había muchos temas de conversación, además no compartían ideas.

“¿Qué los mantendrá unidos?...ah bueno sí el sexo, supongo”

Después de algunas horas, salimos de la alberca y me convencieron a quedarme para cenar, pero unos minutos después, recibí una llamada de Pierre porque quería que revisara algo, intenté que eso lo tratara con Camila, pero me dijo que ella se había negado argumentando que las decisiones importantes siempre debía tomarlas yo.

– ¿Y no puede ser algo que arregles desde aquí? – preguntó Adeli decepcionada cuando le di la noticia.

– Mamá, ya déjala marcharse, ha estado aquí todo el día debe arreglar cosas importantes – replicó Nadim.

Adeli forzó una sonrisa y se acercó a mí para despedirse con un rápido abrazo.

– Iré a despedirme de Orlando – le susurre a Nadim, que solamente se limitó a asentir.

Toqué la puerta, a pesar de que sabía que ya no estaba Alisha.

– Pasa nalguita, ya sé que eres tú – dijo y entonces abrí la puerta – Me sorprende que mi hermano te haya dejado libre por unos minutos.

– Es que ya me voy, solo venía a despedirme y a decirte que si no te gusta Alisha lo suficiente, debes dejarla, porque la vas a lastimar.

– ¡Ay no! no me sermonees yo no soy una de tus amigas– desvió la mirada – Ya te dije que yo fui claro.

– Bueno, solo quiero entender por qué no te gusta

– Me parece hermosa, pero realmente nunca has prestado atención a sus conversaciones rutinarias y la falta de sentido del humor.

“Sí solo vive para hablar de ropa y maquillaje, como si eso le importara a un hombre”

– O sea como amiga está bien, pero para una pareja yo no quiero a alguien como ella, sé que todos creen que soy un imbécil pero sí tengo aspiraciones y planes a futuro.

– ¡Yo no creo que sea un imbécil!... o sea creo que eres pendejo – solté una risa burlona y él me miró con desprecio – Pero uno inteligente.

– Gracias… creo, no estoy seguro de si estas haciendome sentir bien o algo parecido, eres mala para eso.

– Sí, la verdad soy pésima.

– Por primera vez le tengo lastima a mi hermano – dijo mientras exageraba una mueca de tristeza.

– Me retracto, si eres un imbécil – comenté entre risas mientras cerraba la puerta.

Cuando salí de la casa Nadim me estaba esperando sentado en los escalones de la entrada, al verme se puso de pie y se acercó mucho a mí.

– Hoy no me dieron la oportunidad de poderte decir lo maravillosa que te veías con ese traje de baño – me besó con pasión moderada –  Por una parte me alegra que no nos dejaran solos, porque si algo era seguro es que no te hubieras salvado de mi.

– Entonces yo sí me arrepiento de que no nos dejaran solos – dije cuando entre al coche.

– ¿Quééé?, Kaila, vuelve a acá – dijo mientras comenzaba a caminar en mi dirección, no estaba molesto tenía una enorme sonrisa que iluminaba su maravilloso rostro.

¿Puedo ser tu mayor error? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora