Una puerta se abrió y ahí estaba, el hombre que más amo en el mundo, con ojos somnolientos intentando enfocar para verme.
– Mi Luci, ¿qué haces aquí? y a estas horas
– No me contestabas y yo… – dejé de ser fuerte y rompí en llanto.
– No, mi nena, solo soy un anciano que duerme muy pesado, por momentos – abrió sus brazos y yo corrí para permitir que me envuelva con ellos.
– ¿Por qué me llamaste?
– Ah mi Luci, eso era para hablar seriamente contigo, sobre tu actitud con Alejandro.
Me separé y lo miré confundida.
– ¿Él que mierda tiene que ver en todo esto? – espeté
– En mi presencia ya sabes que no puedes hablar de esa forma – dijo con voz firme.
– Sí, perdón.
– Alejandro, está sufriendo mucho, entiendo que tú también lo hiciste, pero tienes contigo a personas que se preocupan, él no tiene a nadie.
– ¿A nadie?, él sí tiene papás.
– No, cariño, ellos lo corrieron de la casa y no le permitieron llevarse nada con él.
El vacío que sentí en el corazón fue impresionante, no podía imaginar lo difícil que debió ser empezar de cero, sin estar preparado. Yo sabía que sus amigos no son sinceros, no son esos que están en los problemas, son únicamente los que están en las borracheras.
– ¿Y sabes la razón por la que lo corrieron? – cuestioné intrigada, yo lo suponía pero no estaba segura de que es lo que le diría a los demás.
– Claro que lo sé y eso es lo de menos, sus padres no tienen perdón, uno nunca debe darle la espalda a sus hijos – me miró con ternura.
– ¿Entonces dónde vive ahora? – pregunté afligida.
– En un pequeño departamento, le costó llegar a eso, pero ya sabes que es un excelente trabajador, le ayude a conseguir trabajo y en agradecimiento él siempre me traía mis galletas.
– Oh – fue lo único que pude decir en ese momento.
– Cuando me llamó por la tarde para decirme que ya no podría verme, ni siquiera un día al mes, supuestamente por trabajo, pero que me llamaría constantemente, fue entonces que entendí; había hablado contigo y necesito saber ¿qué fue lo que le dijiste?
– Pues… o sea que debía alejarse de ti, porque eso me incomodaba – confesé con vergüenza.
– ¿Le diste oportunidad de hablar? – cuestionó cruzándose de brazos y yo únicamente negué con un ligero movimiento de cabeza – Ay mi Kaila, si no escuchas a las personas ¿cómo comprendes sus motivos?
– Está bien, me equivoque, lo siento… pero él me lastimó primero.
– Esa no es justificación, tuviste oportunidad de demostrar la maravillosa persona que eres y de quien estoy orgulloso – me tomó de las manos – El perdón no lo necesito yo.
– Lo sé – bajé la mirada, me sentía apenada por decepcionar a mi abuelo, quien para mi era la persona que realmente me crió.
– Bueno mi Luci, deberías de dormir aquí, para que no manejes.
– Ah no, yo no manejé – solté sin pensar.
– ¿Entonces quién? – una pequeña sonrisa se dibujó en su rostro.
– Un… bueno el hermano de un amigo, pero puedo decirle que se vaya y me quedo.
– No, mi niña, él fue amable por traerte y no puedes solo decirle que se vaya, por cierto, déjame agradecerle
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¿Puedo ser tu mayor error?
Любовные романыKaila recientemente ha terminado una larga relación, la cual parecía maravillosa; un día descubrió algo que acabó con todas sus esperanzas. Ahora está dispuesta a dar un cambio radical a su vida y hacer lo que nunca había imaginado... buscar un comp...