🌼 Capítulo 31 🌼

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Después de 10 minutos llegó Alisha, saludo a todos con su característica sonrisa y voz extremadamente aguda. Al final del desayuno los padres de Orlando pidieron que me quedara un poco más, ante la insistencia, no tuve elección.

– ¿No querrás invitar a tu novio? – preguntó Adeli mientras bajabamos las escaleras en dirección a la piscina.

Nadim que caminaba delante de nosotros, se giró con ceño fruncido mirándome directamente a mi, pero solo lo hizo por un segundo, después volvió a mirar al frente.

– Ah, no, él no es mi novio, solamente es un amigo – fingí una sonrisa.

– ¡Que alivio! – agregó Adeli mientras comenzaba a caminar más deprisa.

“No entiendo que es lo que acaba de suceder

Nos sentamos todos en camastros alrededor de la alberca, platicamos del viaje y nuevamente me interrogaron por mi súbita desaparición. Al cabo de 1 hora, Adelí y Benjamin se disculparon por tener que marcharse pero tenían un compromiso con algunos amigos.

– Es una lástima que lo tuyo con Aiden no funcionara – dijo Alisha con mueca afligida – Si gustas te puedo presentar a alguien.

Observe rápido a Nadim, que se rascaba la quijada y miraba con reproche a Orlando, que parecía muy divertido con la situación.

– No, muchas gracias, te juro que no es necesario.

– Okey, como tu digas, Orla, ¿si me acompañaras a la cena con mis amigos?

– La verdad es que no tengo muchas ganas, ellos son un poco… engreídos – respondió sin molestarse en usar un tono amable.

– Pero son mis amigos, yo siempre estoy con los tuyos – reprochó e hizo una mueca de tristeza infantil.

– ¡Porque también son tus amigos Alisha! – replicó entre risas.

– Creo que hay que dejarlos solos –  comentó Nadim que se ponía de pie y con un ligero movimiento de cabeza me indicó que lo siguiera.

– Nos vemos, chicos –  me despedí y Orlando me lanzó una mirada asesina.

– ¿Te parece si vamos al cine? –  murmuró Nadim cuando entramos a la casa.

– Sí, pero debo de ir a bañarme y cambiarme a casa.

– Que casualidad, yo también tengo que bañarme… deberíamos bañarnos juntos, por el bien del planeta.

– Ah, claro, solo es por el bien del planeta – sonreí nerviosa, pasé las manos por mi cabello y los mechones de la parte de enfrente los coloqué tras las orejas.

– ¡Claro!, soy un hombre responsable.

Estaba segura de que la idea que planteo era una broma, pero por un momento considere aceptar, después recordé que teníamos que ir despacio.

– Es muy complicado ir lento si constantemente estás provocándome – comenté con reproche falso.

– Pues es tu culpa, el solo hecho de tenerte cerca, vuelve loco a mi cuerpo – confesó mientras colocaba la mano en mi trasero.

Me gire para besarlo, pero en eso escuchamos las risas de su madre, entonces nos separamos, me comencé a poner nerviosa, no quería que me vieran con Nadim, entonces me apresure a girarme e intenté correr pero no calculé bien mis movimientos.

La parte derecha de mi cuerpo se estrelló contra las puertas de cristal, eso me desestabilizo y me hizo girar, caí de nalgas una parte de mi cuerpo estaba en la casa y la otra en la terraza.

¿Puedo ser tu mayor error? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora