🌼 Capítulo 64 🌼

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Al llegar a casa estacionó el coche y se giró para verme esperando una respuesta.

– Sí puedes pasar, pero solo será un momento ¿de acuerdo? –  sentencie con brusquedad.

Él ladeó una sonrisa y asintió; entonces bajamos del coche, al entrar a la casa no había nadie, sin hacer mucho ruido fuimos directamente a mi habitación. Ni siquiera me senté, caminé hacia el baño para tomar las cosas necesarias para realizar la limpieza y curación de mi herida. Cuando volví al cuarto él estaba parado frente a la mesita y miraba directamente la urna donde estaba Tito.

– Era un hombre encantador, realmente el tiempo que logré disfrutar de su presencia fue excelente – se giró para verme – Jamás tuve la oportunidad de decirte lo mucho que lamento que tuvieras que pasar por eso, espero que pronto logres recuperar la sonrisa que tanto… hace bien a los demás –   bajo la mirada y se rasco la nuca.

– Sí era maravilloso – suspiré y nerviosamente comencé a jugar con las cosas que traía en las manos, aunque tenía una con cabestrillo, podía sostener algunas cosas, no lo miré y continúe hablando – Y muchas gracias por tus palabras… bueno aquí están las cosas, ya me quité el parche para que se secara la herida –  cambié el tema porque el ambiente se estaba volviendo más íntimo de lo que quería.

Él tomó las cosas, sus dedos acariciaron levemente mis manos, bajé  inmediatamente la que si tenía libre. Con una mirada me indicó que me sentara, quería negarme, pero eso solo iba a alargar su estadía y yo ya quería que se fuera, había sido demasiado para mí.

Cuando vi que comenzó a abrir las cosas y a acomodarlas, cerré los ojos para evitar mirarlo cuando estuviera cerca limpiando la herida, en un momento me tomó del mentón para mover mi cabeza un poco hacia arriba, al sentir sus dedos en mi piel un escalofrío recorrió todo mi cuerpo.

– ¿Cómo sucedió esto? – sus dedos acariciaban mi frente con extrema ternura mientras me untaba una pomada especial para la cicatrización.

– Me caí, no podría explicar todo con detalle porque no recuerdo.

– Afortunadamente no fue tan grande y en un tiempo la marca será casi imperceptible – dijo mientras colocaba el parche para cubrir la herida, pero al terminar de hacerlo sus manos continuaban en mi rostro.

Después sentí que una de sus manos bajaba por mi mejilla izquierda y la otra se posaba en mi cuello, comencé a percibir su respiración que me anunciaba su proximidad, en ese momento abrí los ojos y confirme que definitivamente estaba por besarme.

Use toda la fuerza que me fue posible con el brazo que tenía libre, obviamente no hizo demasiado efecto, pero sirvió para frenarlo.

– ¿Qué carajos te pasa? – no grité porque no quería despertar a todos, me levanté cuando su cuerpo se alejó de mí y comencé a caminar para estar lo más lejos posible de él.

– Lo lamento me deje llevar, pero ha pasado tanto tiempo y aún sigo…

– ¡Cállate! – lo interrumpí elevando la voz, pero de inmediato reprimí esa reacción – No quiero escuchar nada, no es momento para eso, quizá piensas que porque estoy frágil voy a caer, estás equivocado.

– No, claro que no es por eso – se apresuró a decir, pero levanté la mano para indicarle que guardara silencio, porque aún no terminaba.

– Planeo que tengamos un trato cordial, pero solamente para que cuando quieras visitar a tu hija todo esté tranquilo, pero mientras no sea nada referente a Luciana, no tienes porque hablarme, tú lo dijiste hace rato, ni siquiera somos amigos.

– ¿Esto es una especie de venganza? – espetó cruzándose de brazos.

– ¡Ay por favor!, ese no es mi estilo, hacerlo sería inmensamente infantil, te quiero en la vida de Luciana, pero no en la mía.

¿Puedo ser tu mayor error? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora