🌼 Capítulo 67 🌼

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[ Nadim ]

Me muero por un cigarro, pero sé que es algo que ella detesta, si continuo con ese maldito vicio es probable que después lo utilice para intentar reducir el tiempo que pase con Luciana y después de lo maravilloso que la pase hoy, no pienso alejarme de ella.

Es probable que a Kaila la haya perdido como mujer, Luciana me contó de su tío Andrik, quien aparentemente es un gran “amigo” de Kaila. Era obvio que no iba a permanecer soltera, cualquier hombre puede percibir lo maravillosa que es, sería un grandísimo pendejo quien después de conocerla no se enamore perdidamente de ella.

Sin importar eso, intentaré cumplir con lo que me pidió Fede, pero tendré que hacerlo de otra manera, ya no hay forma de que logré que se fije nuevamente en mi, pero mínimo dejare de complicarle la vida”.

Las luces del coche de Orlando interrumpieron mis pensamientos, me levanté de las escaleras y esperé que se acercara a mí y me dijera eso tan importante por lo que me hizo esperarlo.

– ¿Qué haces aquí afuera, pendejo? – preguntó confundido Orlando que se acercaba para saludarme.

– El ambiente ahí adentro es demasiado pesado para mí, digamos que de tanto que me miran con odio puedo terminar por explotar o prenderme en fuego, la verdad no es algo placentero.

– Pues es que eres un gran imbécil –  colocó su mano en mi hombro – Tendrás que ser fuerte porque lo que te quiero decir lo diré durante la cena.

Entramos y la unica mirada que recibí fue la de la chica de cabello negro, Nasla creo es su nombre, el odio que tiene hacia a mí es impresionante y para mi mala suerte me tocó sentarme junto a ella.

Era incómodo estar ahí, ellos eran una familia y yo solamente un intruso, no encajaba, Kaila no hablaba pero ocasionalmente sonreía, había algo extraño en ella se veía más triste, podía verla porque estaba casi frente a mí, intentaba disimular cada que la miraba, porque no quería hacerla sentir incómoda o peor que se enojara.

Sirvieron la comida, todo estuvo tranquilo, me enfoque en no interferir en sus pláticas, la realidad es como estar, pero no.

– Bueno, sé que les parece raro que les hayamos insistido que cenaramos juntos, bueno y lo más raro dejar que Nadim se quedara – dijo Orlando que se giró y en su rostro tenía una sonrisa burlona.

– No seas idiota, Orlando –  exclamó Camila

– ¡Ay, solamente quería aligerar el ambiente!

– Pues lo empeoraste – espetó Kaila sin mirar a nadie en específico.

– ¡Ay, que delicadas!, él ni se quejo – me miró y yo solamente negué con la cabeza sutilmente–  Bueno ya vamos a lo importante, estamos conscientes que estos días no son los mejores para festejar, pero queríamos estar juntos para mencionarlo.

Estaba hablando en plural y eso me desconcertaba, mucho más porque cuando comenzó a hablar Kaila no dejaba de verlo a él y a Camila.

“Creo que no estoy enterado de muchas cosas”

– La semana pasada, tomamos una decisión importante – mencionó con nerviosismo, tomó la mano de Camila – ¡Nos vamos a casar!

“¿Pero qué carajos está pasando?”

Kaila sonrió enormemente y eso me pareció maravilloso, quizá sus ojos aún no brillaban, pero de a poco esperaba que volvieran a irradiar esa luz. Yo estaba confundido, no entendía cómo era posible que ellos estuvieran juntos, si supuestamente existió una relación entre Kaila y Orlando.

¿Puedo ser tu mayor error? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora