CARMEN
"Tranquilízate, tranquilízate, tranquilízate", esa larga y repetitiva oración sonaba con frecuencia en mi cabeza y ya llevaba un largo rato ahí, tenía una migraña horrible y mis pulmones comenzaban a tomar más aire del que necesitaban, estaba hiperventilando. Intentaba calmarme exhalando e inhalando de manera rítmica como lo había hecho en ocasiones anteriores, pero en realidad no estaba dando frutos, por el contrario, esta acción estaba originando que tuviera un ataque de pánico.
En días anteriores había logrado mantener la calma, pero ahora, incluso, hasta mis manos temblaban sin control y por más que intentara esconder el miedo que tenía desde ya hace un par de semanas, este me estaba consumiendo como lo hacían las brazas del fuego ardiente a una simple hoja de papel.
Me encontraba sentada en el piso del gran baño de la habitación de Velkan y esperaba, en serio con muchas ansias, que la pastilla para el dolor de cabeza funcionara o que surtiera un mínimo efecto en mí. No sabía que me pasaba, pero no quería que me vieran así ni la señora Lilith, ni el señor Samael y mucho menos Velkan.
Por mi cabeza surgían muchas ideas o más bien hipótesis del caliente hormigueo que recorría con premura mi blanca piel y del que era presa mi cuerpo, tal vez era provocado por esas extrañas enfermedades de las que a veces uno se encontraba en Internet después de buscar los síntomas en Google, ¿Habría una posibilidad de que perdiera toda sensibilidad?, y de ser así el caso, ¿Cuál sería la causa de este padecimiento?, estaba confundida, aterrada, pero sobre todo, me encontraba nerviosa. Una parte de mi conciencia, mi lado racional, me decía que lo grato y correcto era decirle a los demás lo que me sucedía; pero la otra parte de mi raciocinio, el irracional, me decía que no le dijera a nadie y que afrontara esta situación sola, como siempre acostumbraba a resolver mis problemas.
El sonido seco de unos tacones chocando contra el suelo se aproximaban a la puerta asegurada, estos llamaron mi atención sacándome de mis complicados pensamientos.- "Toc, toc".- Una voz masculina del otro lado tocó la gruesa madera con delicadeza, al mismo tiempo que simulaba el sonido de los golpes.
Intentaba respirar de forma natural pero no podía.- ¿Qui... quién es?.- Dije con dificultad. Era obvio que era Velkan, pero no estaba en mis cinco sentidos.
- Soy yo, Velkan.- Trataba de esconder su preocupación, pero el corto tiempo que había estado con él, viviendo en su casa, me hacía saber que no lo había logrado.- ¿Está todo bien?.- El crujir de la puerta me decía que Velkan ahora estaba recargado.
¿Qué tenía que decir?, no estaba bien y si llegara a mentir mi novio sabría de inmediato que no decía la verdad, sumado a mi tono de voz y el hecho de que era un vampiro, escucharía mi pulso acelerado y tal vez el castañeo de mis dientes.- Yo... - Vacilé por una milésima de segundo.- Tengo miedo.- Mi voz era una susurro a duras penas perceptible, pensaba que ni yo misma había escuchado las palabras que habían salido de mi boca. No estaban fluyendo mis ideas, toda mi mente tenía una nube gris en ella y mis pensamientos no eran claros.
- ¡Carmen, déjame entrar!- Un poco alterado intentó abrir la puerta zarandeándola, sabía que podría escuchar esas palabras que mis labios habían logrado decir con complicación.- ¿Carmen?, ¡Por favor, te lo ruego!, ¡Abre la puerta!.- Era una súplica, estaba desesperado.
- N... no...-
- ¡¿Cómo de que no?!.- Velkan me interrumpió sin dejarme terminar la oración mostrándose algo enojado.
Sin embargo, seguí hablando ignorando su interrupción.- N... no puedo moverme, estoy aterrada.- Por fin pude finalizar con éxito lo que intentaba comunicarle.
Velkan dio un suspiro muy fuerte y después se hizo un silencio largo.- ¿Estás cerca de la puerta?.- Preguntó ahora con más tranquilidad.
Había logrado caminar un poco hasta al inodoro antes de desplomarme por completo, estaba tirada a un lado del lavamanos.- No.-
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FUERA DE LUGAR (EN PROCESO DE EDICIÓN)
VampireCarmen es una chica que sufre de depresión y baja autoestima por tener sobrepeso. En la escuela sufre de bullying, por lo que ha intentado acabar con su vida como forma desesperada de huir de su realidad. Su vida cambiará a partir de una serie de s...