48. RIESGOS

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CARMEN

- ¡No me toques!.- Corría en un lugar oscuro que parecía estar en la nada. No sabía por qué estaba corriendo, solo sabía que estaba en peligro.- ¡No!.- Esa cosa me había tomada por las piernas y había hecho que cayera al suelo. Agaché la cabeza para ver qué era lo que impedía mi movimiento. Para mi sorpresa me encontré con una especie de aberración con muchas manos y lenguas saliendo por todo su cuerpo, iba subiendo a mi torso jalando mi ropa como apoyo. 

Mis ojos se abrieron muy grandes, al ver el panorama un terror absoluto tomó control completo de mi cuerpo y en un intento desesperado de quitarme a ese monstruo de encima, comencé a arrastrarme, pero ésto no servía de nada.- ¿Qué es lo que se esconde debajo de toda esa tela?.- Exclamó pero no sabía cómo era que lograba hablar si no tenía boca. Rompió mi ropa con todos sus brazos que eran de una tonalidad grisácea.-¿Me estás seduciendo?.- Acaparó todo mi cuerpo inmovilizando mis extremidades, dejando expuesta mi piel desnuda, sobre mí, solo quedaba mi ropa interior.- ¡Vaya!.- Una de sus lenguas pasó por mi vientre.- ¡No estas nada mal para estar gorda!.- Comenzó a bajar mis bragas poco a poco.

- ¡Basta!, ¡Basta!, ¡Basta!, ¡Alguien ayudeme por favor!.- Grité desesperadamente con lágrimas en los ojos.

***

- ¡Carmen!, ¡Carmen!, ¡Despierta!.- Escuchaba una voz diciendo mi nombre a lo lejos. 

Dí un pequeño sobresalto en la cama, despertando de golpe.- Fue solo una pesadilla.- Murmuré. Inmediatamente noté que estaba bañada en sudor y mi corazón latía aceleradamente.

Enfoqué mis ojos viendo con mucha meticulosidad a mi alrededor para asegurarme que todo lo que había visto solo era parte de mi mente haciéndome una mala jugada.- Así es, solo fue una horrorosa pesadilla.- Velkan se encontraba sentado a mi lado con una cara de preocupación muy notoria.- Tus gritos me despertaron muy alarmado, intenté despertarte porque me pareció lo más apropiado.- Extendió un vaso con agua para que lo tomara.

Me senté en el respaldo de la cama y tomé la bebida que me extendía.- Lamento que tengas que soportar mis pesadillas nocturnas.- Le dí un sorbo al recipiente.

- No te disculpes, no me gusta verte así y hablo en serio cuando digo que me preocupa que te encuentres bien.- 

- Esto en verdad apesta.- Moví un poco mi cuerpo para dejar el vaso en la pequeña mesita de noche. Velkan al oír salir esas palabras de mi boca abrió muy grandes los ojos, me miró atentamente para que explicara qué quería decir.- Me refiero a que ahora ni siquiera en mis sueños puedo imaginarme que soy feliz, ya no tengo escapatoria de mis problemas.- Encogí mis piernas y con mi mano recargué mi cabeza.- Y para empeorar todo, termino arrastrándote al mismo agujero sin salida en donde estoy.- Suspiré.- Sabes que no tienes que hacer esto, no necesitas ayudarme porque solo te causo más conflic...- El dedo de Velkan en mis labios impidió que acabara la oración.

- Ya te lo había dicho Carmen, no me siento tranquilo cuando tu estás mal, así que no insistas en que te deje resolver este tipo de situaciones sola, o en que no me entrometa porque sabes que nada de lo que me digas funcionara. Así que una vez más te pediré que desistas de ese tipo de sugerencias.- Apartó su mano y prosiguió a sentarse conmigo en la cabecera de la gran cama.

Moví la cabeza de lado a lado y reí de forma tranquila.- Está bien me rindo, si eso es lo que quieres hacer no me opondré.- Miré al techo.- Pero necesito que me digas una última cosa por esta noche.- Respiré hondo.

- Dime.- Contestó con aires relajados.

- ¿Por qué yo? Todo este tiempo mi vida era mala, hasta que llegaste tú, eres como una pequeña luz en mi oscuridad, pero sigo sin comprender el motivo, ¿Qué es lo que te incita a estar conmigo?.- Seguía mirando el techo de la habitación, no quería verlo a la cara porque no sabría si su reacción sería de mi agrado. Una pequeña lágrima traicionera salió de mi ojo, dando a conocer la frustración que sentía.

FUERA DE LUGAR (EN PROCESO DE EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora