FUERA DE LUGAR (EN PROCESO DE EDICIÓN)

71. TORBELLINO DE VERDADES

CARMEN 

Miré a Velkan con temor mientras respiraba arrítmicamente, "Tengo miedo" esa frase sonó sorpresivamente en mi cabeza, "Tengo miedo de lo que pueda pasar", casi hiperventilando cerré los ojos.

"Toda saldrá bien", la voz del vampiro resonó sorpresivamente en mi cabeza, y a pesar de que la música estaba casi reventando mis tímpanos había sentido como si Velkan me lo dijera al oído en un lugar silencioso, "Toda saldrá bien, mi amada", reafirmó. Un poco desconcertada por su habilidad de conversar por telepatía, sonreí débilmente. 

- Yo quiero jugar.- El tono chillón de mi prima hizo que  volteáremos a verla.

La mesa entera se quedó callada mirando con enfado y odio a la fastidiosa chica.- Nadie quiere jugar contigo, y sinceramente no creo que te dejen.- José tomó un cigarrillo de una pequeña cajetilla que había sacado de uno de sus bolsillos. 

- ¿No escuchaste lo que dijo Caleb?, todos en la mesa pueden jugar, y yo...- Movió su cabello con la mano.- Estoy en la mesa.- Sonrió.

José le dio un último vistazo de odio a la chica, frunció las cejas y finalmente paró su vista en mi hermano para darle una terrible sonrisa vengativa.- ¿Tú qué opinas Caleb?- Hubo un tiempo prolongado en que sólo la música del ambiente se escuchó.

- ¿Por qué no?- Caleb respondió finalmente. Quitó el cigarrillo de los labios de José, colocandolo en los suyos, dándole una bocanada grande haciendo que la punta ardiera en un rojo vivo. Mi hermano se sentó nuevamente, ahora mostrando una cínica sonrisa plantada en sus morenos labios. 

- ¡¿Lo ves?!, ni siquiera te conozco bien y ya quieres darme órdenes.- Fanfarroneó mi prima.- ¡Pinche pendejo!-

José ni siquiera se inmuto ante esas palabras, pareciese que se le hubieran resbalado como mantequilla.- Entonces, ¡Qué comience el juego!- El chico se levantó rápidamente y el resto de la mesa al escuchar ese enérgico grito, comenzaron a gritar de la misma manera. 

Caleb se apresuró en llamar a uno de los meseros para que trajera unas tres o cuatro botellas de mezcal y unos cuantos paquetes de vasos desechables para caballitos, y a pesar de que en un inicio se negaron, Caleb les aclaró que él era el encargado de comprar todo el licor y terminaron cediendo.

Pasados unos minutos, dos meseros llegaron con el pedido a la mesa y poco a poco los mayores fueron acomodando el lugar para comenzar el juego. El señor Samael y la señora Lilith estaban ansiosos mientras ayudaban a Caleb y podía jurar que sus ojos desprendían unos destellos de emoción, Velkan mantenía su gesto apaciguado como si la situación le fuera indiferente; Demian estaba platicando con su grupo de amigos, y a la vez, incluía en su conversación a Edith, Minerva, José y Juan, formando un grupito más grande que el original.

Mi cuerpo temblaba sin control, no podía creer que la noche que esperaba que fuera perfecta, se estuviera convirtiendo en una de mis peores pesadillas, Velkan había tomado mi mano con cariño y me había hecho una señal para que pusiera mi cabeza en su hombro, al hacer esto comenzó a hacer pequeños movimientos en mi cuello para que me relajara. Sentía la mirada de odio y de envidia de mi prima al mirar cuánto nos queríamos; por otro lado, ella estaba sola, completamente sola, no platicaba con nadie y nadie hacía ni el más mínimo esfuerzo de acercársele, mi madre se había cambiado de mesa junto con mis tías y tíos yacía hace unos minutos y mis amigos la ignoraban completamente; que estupida debía de sentirse.

Miré con atención la triste escena en donde mi prima era la protagonista y sin poder evitarlo sonreí  un poco con satisfacción, se lo tenía bien merecido. Jazmín sintió mi mirada y me observó aún más enojada y envidiosa que la vez anterior. Se levantó con intención de caminar a mi dirección, pero Caleb dio un gritito de emoción llamando la atención del salón entero.- ¡Esta chingadera ya está lista!- Dio pequeños saltos en su lugar.- ¡¿Quién va a jugar?!-