FUERA DE LUGAR (EN PROCESO DE EDICIÓN)

67. VLAD "EL EMPALADOR"

CARMEN 

No había logrado escuchar nada de lo que Velkan había platicado con Jazmín, el ambiente ruidoso no había favorecido nada, más a parte, la conversación se había basado en meros susurros, si era sincera, la reacción de ella me decía que la "agradable plática" no había sido muy alentadora. 

El comentario que había soltado antes a la ligera, me había provocado incomodidad. No comprendía cómo es que siendo mi prima me tenía tanto odio y envidia, pensaba que, literalmente, no había nada que envidiar. Así que esa expresión de miedo en sus bonitas pero malvadas facciones, me regocijaba de una forma no tan sana, definitivamente en este caso el dicho "la venganza nunca es buena, mata el alma y la envenena" no aplicaba. Quería que Jazmín me dejara en paz sin importar que saliera herida, era mi prima, pero eso no le había impedido hacerme la vida imposible desde hace muchos años. 

Era una chiquilla consentida desde que éramos dos tiernos e inmaduros retoños, tenía la ropa, los zapatos, los juguetes, las cosas materiales que siempre pedía, mientras que mi madre a duras penas me daba lo que podía. Sus padres habían logrado hacer una carrera, una maestría y un doctorado, por lo que tenían un buen empleo, y por consiguiente, un salario modesto; mientras que mi madre, con trabas y muchas complicaciones, había logrado ser secretaría de una empresa pequeña de neumáticos, eso no implicaba que yo le tuviera rencor o le repudiara por no tener mucho dinero o porque no me comprara las cosas que yo pedía o deseaba tener,  yo simplemente comprendía nuestra situación y nunca, pero nunca, me quejé o avergoncé de ella, era mi madre y sabía que nos había sacado adelante con mucho esfuerzo. Pero mi prima, ella era una verdadera arpía, desde que tenía memoria  se había convertido en uno de mis verdugos de infancia, la mayoría del tiempo me humillaba por mi aspecto físico y presumía ante los demás las cosas materiales que ella tenía, y obviamente, que yo nunca podría comprar. 

Nunca me quejé, nunca lloré, nunca me defendí. Así que verle esa expresión de miedo, aunque no lo quisiera admitir, me había provocado un placer indescriptible, unos dicen que la venganza es dulce y ahora que lo experimentaba, podía decir que, en efecto, la venganza era, incluso, empalagosa. Después de que aquél individuo indeseable se fuera a llorar con su mamá, media sonrisa se asentó en mi rostro.

Velkan me miró con alegría.- ¡Oh!, veo que ya probaste el sentimiento que provoca ver el miedo y terror de tus enemigos, es la mejor sensación del mundo.- Pasó su dedo meñique por mi mentón, con una sonrisa burlona e incitadora. 

Inmediatamente después, y a pesar de que intenté cambiar mi expresión de felicidad causada por las lágrimas que recorrían  el "bonito y perfecto rostro" de mi lamentable familiar, me carcajeé con desdén.- ¡Fue simplemente asombroso!.- Dije, aferrándome a la cintura de Velkan, mientras me paraba de puntas y halaba para abajo la parte superior de su cuerpo para darle un beso en el cuello.- Tal vez debería tomarle gusto a estos sentimientos que las sociedad cataloga como "malos", se disfrutan mejor que las buenas emociones.- Velkan, quitó mis brazos de su cintura.

- Eso sería interesante de ver, después de todo eres una chica "buena", ¡¿Qué pasaría si te volvieras una chica "mala"?!, con ese cambio tan radical serías tan irresistible para mí, el tesoro intocable pero perversamente incitador.- Un destello rojo recorrió sus pupilas rápidamente, embobada por aquello, no presté atención al movimiento que el vampiro usó para apresar mi boca en un seductor beso. Con audacia, el chupasangre abrió mis labios con sensualidad, sentí como un pedazo de carne se escabullía entre mis dientes, y finalmente, como nuestras lenguas bailaban con deseo.  

Alguién aclaró la garganta detrás de nosotros lo más fuerte que su laringe le permitió por el sonido ruidoso del ambiente.- Dejen de comer pan enfrente de los pobres.- Minerva tenía una ceja levantada, y una bebida en su mano; mientras que Edith volteaba la cabeza hacia otro lado para evitar ver la escena.