FUERA DE LUGAR (EN PROCESO DE EDICIÓN)

18. MALA IDEA

El infierno tiene diferentes significados, mi infierno es la eternidad.

VELKAN

- Entonces, ¿Se supone que es lo único que tengo que hacer?.- Me senté, crucé mis piernas y coloqué mis manos en la nuca.- ¿Realmente esperan que crea eso?, la última vez que tuvieron la oportunidad de hacer un trato conmigo se adueñaron de mi mortalidad y humanidad, sólo para su entretenimiento.- Suspiré.- Denme un momento para recordar que aconteció después.- Sobé mi barbilla con mi mano derecha con desagrado.- ¡Ah sí!, ya recordé, dejaron que sufriera solo la transición para convertirme en un vampiro por completo, en donde iba convirtiéndome cada vez más en un monstruo, ¡¿Pueden creer lo difícil que fue para mi adaptarme a un mundo, en donde cada vez me era más complicado hacer parecer accidente las muertes de personas que no tenían ni una sola gota de sangre!?, ¡¿En un mundo que cada vez se hacía más civilizado y moderno?!.- Mi risa era irónica.- La respuesta es no, porque solo destrozaron mi vida y se largaron por 558 años, y por si se lo preguntaban, sí llevo la maldita cuenta.- Grité con odio, perturbación e ira.

Un largo silencio se apoderó de la habitación, Lilith y Samael se encontraban parados detrás de mí sin responder.- Supongo que eso es todo, con su permiso tengo asuntos que atender.- Me propuse a ir a la biblioteca para seguir buscando información del tema relacionado con Carmen.

- ¡Vlad, Vlad, Vlad!, ¡¿Acaso no te interesa saber más de tu novia?!.- Paré en seco mi caminata.- Interpreta esta oferta como se te dé la gana, pero te aseguro que esta vez tú no eres la prioridad de mis planes, mi interés por ti a pasado hace décadas, ya eres noticia vieja.- ¿Qué estaba queriendo decir?.- Más que nada es un favor que te pido, en esta ocasión nada más nos apoyaremos mutuamente, yo te doy información de la niña y tu me das alojo en tu casa, es así de simple.- Estaba seguro que nada bueno podía salir de esto.

- Está bien.- Estaba dándoles la espalda.- Quédense el tiempo que necesiten, lamentablemente hay una habitación, así que tendrán que estar juntos.- Subí las escaleras.- Una advertencia más, no quiero que hagan sus festejos bulliciosos en mi casa, son desagradables, y no quiero que traigan a más personas para hacer sus orgías asquerosas.- Volteé a ver a Lilith.- Y tú, no quiero que tomes mis suministros de sangre, si quieres puedes conseguir los tuyos en la calle, me da igual.- Desaparecí completamente de sus miradas y entré a la biblioteca, cerrando con seguro la puerta.

Había leído muchas teorías más sobre el significado de los sueños y su interpretación, algunas decían cosas similares, otras tenían hipótesis algo extrañas, pero aún así no descartaría ninguna. El tiempo pasaba sin darme cuenta, hasta que escuché unos pequeños golpecitos en la puerta.- No me interrumpan.- Seguramente había hecho un trato para perder la paz y tranquilidad de mi hogar.

- Hay alguien tocando en la puerta principal Vlad.- Se escuchó la voz de Lilith del otro lado de la puerta.- Dice que trae dos paquetes. ¿Los recibo?.-

Mire mi reloj eran las ocho de la noche con treinta y siete minutos, que pésimo servicio de correos había en este país, tendría que haber llegado hace una hora y media.- No, enseguida voy.- Dejé sobre la mesa mi pluma y el libro que estaba leyendo.

Al bajar al primer piso del apartamento, lo único que noté fue que Samael y Lilith seguían teniendo su apariencia normal.- No pueden lucir así si planean quedarse aquí, necesito que cambien inmediatamente, hay alguien afuera.- Susurré, estaba algo irritado.- Después de todo convivirán con humanos de ahora en adelante, ya no están acostumbrados a ver cosas sobrenaturales como hace mil años.- En un abrir y cerrar de ojos, sus aspectos físicos cambiaron a unos más humanos, Lilith ya no tenía sus alas, cola y cuernos, sus colmillos se habían hecho más pequeños y sus ojos eran verdes; mientras que en Samael, la única diferencia que había, era que sus alas ya no estaban.- ¿Me pueden decir que le pasó a su ropa?.- Me sentía como un niñero, definitivamente aceptar había sido una mala idea.