5. EL CABALLERO SIN ARMADURA

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El panorama era oscuro, las cortinas de la habitación estaban cerradas y un pequeño bulto sobresalía de una de las camas. Un celular que estaba sobre un pequeño buró, comenzó a sonar, las vibraciones hicieron que la persona que se encontraba dormida comenzara abrir sus parpados con una visón muy borrosa, con molestia tomó el celular y lo acercó a su cara para poder ver la pantalla con claridad. "10:03 a.m.", leyó aún con un párpado cerrado, silenció todas las demás alarmas y se levantó con pesadez.

Carmen se dirigió directo al baño, después de una ducha rápida, se vistió, cepillo sus dientes, tomó su mochila, se despidió de su abuela y tomó una manzana, que seguramente sería lo que comería en todo el día, y emprendió su camino al subterráneo para llegar a tiempo a su primera clase. "Como odio despertarme temprano", dijo para sus adentros.

Estaba caminando con un paso apresurado, pérdida en sus pensamientos cuando sin imprevisto chocó con una persona en la entrada de la vecindad por su distracción.- ¡Disculpe!- Exclamó exaltada pensando que podría tratarse de un vecino, pero al voltear a ver la cara de la persona, notó una gesto burlón que le resultaba familiar.

- No hay razón para disculparse mademoiselle.- Era Velkan quien mostraba aparente diversión por la situación.

El rumano tenía una rutina diaria muy exacta, sin embargo, aprovechó la oportunidad para poder pasar por Carmen, a sabiendas de que ella probablemente se molestaría por no preguntarle, pero intentó ignorar ese hecho, no le costaba nada y en verdad lo hacía con mucha sinceridad.- ¡¿Quiere que la lleve?!- Extendió con galantería su mano e indicó con la cabeza en dónde se encontraba su auto, estaba estacionado no muy lejos de donde estaban.

La muchacha frunció el ceño, no por la razón que el pelinegro se había imaginado, sino porque estaba realmente confundida, "¿Qué hace aquí?", se preguntó, "Pero más importante, ¿cómo terminó la cena de anoche?, ¿cómo llegué a mi cama?", miró por unos segundos a Velkan y sonrió con frustración al recordar que se había quedado dormida al esperar el término de la reunión.- ¿Qué tal te la pasaste anoche, en la cena?- Al darle un vistazo a la expresión de Carmen, el pálido muchacho sólo sonrió dulcemente, tomó el brazo de la chica, envolviéndolo con el suyo propio y caminó en dirección al vehículo.

- Bien, tu familia me agradó en gran medida.- Al abrirse las puertas y subir, Carmen se sentó y colocó su mochila en sus piernas.- El único problema fue que una damita se quedó dormida en medio de la reunión familiar, no quiero decir de quién se trata pero me dejaste sólo.- Cuando hubo acabado de decir esto, Velkan cerró con tranquilidad la puerta del copiloto, abrió la del piloto, se sentó, cerró su puerta y arrancó el auto restándole importancia a lo anteriormente dicho.

- Lo siento, desde que comenzaron los exámenes y los proyectos de la escuela no he dormido muy bien y por eso me siento cansada la mayoría de tiempo.- Apresuradamente intentó justificarse ya algo nerviosa, pensando que tal vez él se había molestado porque la acción de quedarse dormida y no despedirse de forma correcta, lo hubiera ofendido.

- No te preocupes, estoy bromeando, está todo bien.-

El semblante de la adolescente se tranquilizó al mirar la expresión de tranquilidad de su acompañante.- Cambiando de tema, no es necesario que vengas por mí para ir a la escuela.- Sus ojos se quedaron mirando fijamente el parabrisas.- Además me acabas de conocer, fue suficiente con lo de ayer, no quiero parecer una oportunista.- Pensó un momento y prosiguió.- ¿Qué estás planeando?- Picó el brazo de Velkan para llamar su atención y mirarlo sospechosamente.

- No planeo nada, lo juro, así que puedes estar tranquila.- El auto paró en una luz roja, el zarco observó con intriga y diversión a Carmen y alborotó su cabello con cariño. Era una verdad a medias, ya que si tenía planes, quería estar con ella a como diera lugar, sin admitirlo abiertamente, se había enamorado de ella a primera vista, había caído en una de esas estúpidas bromas del Dios Cupido.

FUERA DE LUGAR (EN PROCESO DE EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora