36. POBRE EXISTENCIA

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VELKAN 

- ¡Vaya!, ¡Vaya!.- Samael platicaba conmigo sentado en el sofá de la sala.- ¿Quién diría que alguien de más de medios siglo como tú, conviviría con niñas de 16 años?.- Estaba recostado con una bata de seda blanca, mirando al techo, tenía un brazo y una pierna en el piso.- Me pregunto cómo reaccionará Carmen cuando sepa que no eres humano, además eres muy, muy, pero muy mayor para ella.- Se levantó con un poco de esfuerzo para mirarme, yo estaba bebiendo vino en el bar.- Es una buena chica, si me lo preguntas, y definitivamente una excelente ama de casa.- Me limitaba a escuchar, a veces era bueno conversar con él cuando no tenía su actitud arrogante conmigo.

- Yo también me pregunto qué reacción tendrá.- Tomando en cuenta que Carmen se encontraba en su habitación haciendo tarea, me era imposible ahondar más sobre el tema.- Normalmente nos escondemos de los humanos.- Suspiré pesadamente.- Que ellos sepan de nuestra existencia, también los pone en riesgo, los cazadores a veces suelen ser un maldito peligro. Sin embargo, agradezco a mi suerte porque la mayoría de los humanos y demás entes sobrenaturales crean que soy un simple mito, por esa razón no me preocupa tanto que Carmen sepa quien soy, no peligra tanto gracias a mi seudo-anonimato.-

- No te desanimes, probablemente si le explicas comprenderá.- Por primera vez en mucho tiempo Samael hablaba con la madurez que debería de mostrar siempre.- Pero creo que debes omitir la parte de Lleana. No puedes decirle que te acercaste a ella por un simple parecido.- Se levantó y tomó asiento a mi lado.

- Nunca planeé decirle esa parte, se muy bien que tendría un resultado inconveniente para mí.- Llené nuevamente mi vaso.- Pero el problema es que ha tenido una especie de conexión con ella.-

Samael se sobresaltó un poco.- ¿Cómo?.- Su expresión denotaba sorpresa.

- Antes de que ustedes llegaran aquí me debilite mucho, mi organismo sintió la falta de sangre y me desmayé, Carmen me cuido ese día, pero actué de manera extraña y la llamé Lleana.- Dejé un momento el vaso en la mesa.- Para serte sincero no recuerdo mucho, estaba en un estado de inconsciencia. En fin, al llamarla así, dijo que había tenido un sueño muy lúcido en donde la llamaban igual.-

- ¿Y qué le dijiste?.- Se sirvió un vaso de licor 

- Que solo había sido una casualidad.- Agaché la mirada.

- Es mejor así, pero ambos sabemos que eso no es una casualidad.- 

- Lo sé, algo extraño está pasando.- Tomé el vaso y lo bebí de un solo sorbo.- Ahora que lo pienso, Lilith comentó algo sobre la razón por la que habían venido a visitar la tierra, dijo que tú tenías grandes planes porque viste el registro de almas de los antepasados de Carmen, sabiendo aún el riesgo que corrías de sentir el sufrimiento que esas personas tuvieron en vida, ¿Puedo saber qué es?.- Sonrió de manera burlona.

- ¡Esa Lilith hablando antes, sin saber realmente lo que pasa!.- Hizo su cabello para atrás.- En realidad no hay motivo alguno.- Lo miré fijamente confundido.

- ¿No hay ninguna razón?.- Podría estar mintiendo, pero lo sabría, su rostro lo reflejaría, era muy difícil que estuviera mintiendo.

- Así es.- Dio un pequeño sorbo a su bebida.- Se que decir esto suena un poco hipócrita de mi parte pero, ¿Tú te sentirías solo estando en el infierno?.- Sus ojos se veían indiferentes, algo me decía que él no estaba bien, pero la verdadera pregunta era, ¿Los ancestrales como ellos podrían sentir como un ser mortal?.

- Supongo que no se aleja mucho de lo que pase durante todo este tiempo, mi respuesta sería un rotundo si.- No sabía muy bien cómo interpretar su cara.

- Así me sentí por eones, ahora tu compañía y la de esa niña me hacen sentir un poco reconfortado, no quiero que me perdones por lo que te hice, pero creía que te ayudaba.- Dijo serio, sin expresión alguna en su cara.- Tú fuiste el último al que convertí y ahora eres el único que queda de los originales.-

FUERA DE LUGAR (EN PROCESO DE EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora