50. ¡POR FIN DE VACACIONES!

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CARMEN

Las últimos días que faltaban para terminar el último semestre de mi primer año en el bachillerato, pasaron muy rápido. En las noches anteriores no había podido dormir muy bien por las tareas, las exposiciones, los proyectos y los exámenes; para ser precisa, los cierres de año eran horribles porque, tanto los alumnos como los maestros, sentíamos la presión de la entrega de calificaciones, todo el asunto era desgastante.

Y sin importar todo lo ya mencionado, me había encontrado mucho más tranquila y calmada, había estado menos alterada y paranoica, ya no había tenido pesadillas y tampoco me habían dado ataques de ansiedad. 

Al desvelar mi sueño por las últimas tareas, presté atención a que Velkan siempre me acompañaba hasta que finalizara mis pendientes. Colocaba una silla a mi costado y esperaba a que cerrara mis libros y cuadernos para poder domir conmigo por la noche, la razón era que ahora ya ninguno de los dos podía dormir sin la presencia del otro.

Sentía que todo el esfuerzo había valido la pena, porque tendría tres meses de vacaciones y la mayoría del tiempo la pasaría con Velkan, o por lo menos eso era lo que quería pensar. 

Como lo acordamos nadie le dijo a mi familia que la señora Lilith me había curado, así que podría pasar las semanas restantes de "mi recuperación" en casa de mi adorable novio.

Habían surgidos algunos cambios en el departamento. El señor Lucy había logrado convencer a Velkan de instalar una pantalla en la sala, y también en comprar una consola de videojuegos, ahora el ser más temido del mundo, solo se la pasaba jugando sin salir de la casa. Por consiguiente, Velkan también había tenido que hacerse una cuenta de Netflix para poder ver películas desde la comodidad hogareña del departamento, me encantaba que todos en la casa pudiéramos tener una convivencia más cercana y gracias esto, sentía que el señor Samael, la señora Lilith y Velkan, eran como una nueva familia para mí. 

Además, Velk había tocado varias veces el tema de la tecnología y había insistido en que necesitaba una computadora para hacer mis tareas y trabajos con más comodidad. Sin importar que había tratado de convencerlo de que no requería de nada más que mi celular y algunos libros para hacer investigaciones, un día cualquiera y al regresar de una jornada escolar algo pesada, el aparato simplemente se encontraba instalado en la habitación en donde me hospedaba.

Esa tarde, a pesar de que había hecho un esfuerzo muy grande de contener mi emoción, estaba extremadamente feliz. A decir verdad me hacía ilusión tener una computadora propia por primera vez en mi vida. Sí él seguía regalándome ese tipo de detalles, quedaría muy mal acostumbrada cuando se marchara.

En mi cabeza se repetía una y otra vez la frase: "Después de la tempestad, viene la calma", y mantenía mi optimismo alto, después de haber superado tantos problemas, estaba segura que por fin había encontrado el camino correcto, sentía que pertenecía verdaderamente al lado de Velkan. 

Estos días, siendo unos de los mejores de mi vida, por desgracia no habían sido perfectos porque, sin importar cuantas horas durmiera, siempre me encontraba cansada y la mayoría del tiempo me tropezaba con las cosas a mis pies a causa de los mareos horribles de los que era presa.

La señora Lilith me había cuidado demasiado y había  intentado mantener bien mi salud por medio de sus habilidades curativas, ella las llamaba "Terapias regenerativas de energía vital", pero después de cierto tiempo volvía a recaer en ese inmenso cansancio. A veces para mantenerme más tranquila, tomaba tazas de café conmigo en la noche mientras me platica algunas anécdotas que había experimentado al lado del señor Samael, era muy divertido escucharlas, porque podía mirar al "Rey de las tinieblas"  desde una perspectiva diferente a la de los demás, para ser sincera parecía que el señor Samael siempre había sido carismático y risueño, ¿De dónde se había creado la imagen de la cabra maligna?, no tenía ni la menor idea.

FUERA DE LUGAR (EN PROCESO DE EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora