DEMIAN
Acepté la invitación de Carmen, me senté a comer una paleta de hielo con ella y con Velkan; la verdad era que quería hacerlo enojar más de lo que ya expresaba con esos ojos de depredador, que si fueran lasers, ya me hubieran quemado. No tenía nada en contra de él, pero me causaba gracia ver sus reacciones.
El dichosos vampiro parecía tener un rechazo asfixiante hacía mí, era como si sintiera peligro estando en su presencia. Había muy pocas probabilidades de que, al igual que yo, él supiera lo que era, después de todo mi olor de licántropo era más discreto porque era un poco más humano que el de algunas criaturas sobrenaturales, en cambio el olor a cadáver que desprendía Velkan llegaba a ser un poco molesto e insoportable.
En fin, a pesar de mi objetivo principal, el cual era incomodar a Velkan y del que ya había alcanzado la meta, realmente quería ver a Carmen porque la preocupación que estaba sintiendo día y noche después del ataque era agotadora, a tal punto de que había madrugadas en las que no podía dormir y prefería dar un recorrido nocturno por las solitarias calles de la ciudad con la esperanza de despejar un poco mi mente. En conclusión, que me encontrara de casualidad a Carmen a unas cuantas calles de mi casa, era como agua bendita caída del cielo.
Mis intenciones eran legítimamente buenas, no tenía nada escondido o algún afán de hacerle daño a la chica. Nunca me había sucedido con alguien más, ésta inexplicable atracción que le tenía a Carmen era sorpresiva, desde el momento en que la visualicé en la librería de mi abuelo sentí un flechazo en el corazón, como si el mismo Cupido me hubiera involucrado en una de esas extrañas jugadas que en el amor respectan.
Ya habían pasado un par de días desde nuestra última llamada telefónica, hablábamos diariamente, ella me contaba sus frustraciones y cosas cotidianas, como de su tarea o de la preparación de la comida que hacía, incluso sabía cómo eran sus amigas sin siquiera conocerlas. Era una verdadera locura.
Carmen estaba recargada en el hombro de "Velkan", si es que ese era su verdadero nombre, con los inmortales nunca se sabía; como decía, Carmen estaba recargada en el hombro del pelinegro mientras este tomaba una de sus manos, no había prestado atención en eso, ¡Pero vaya que sus uñas eran largas! Su mirada pesada no dejaba de verme con una sed de odio que probablemente era insaciable.
La plática entre Carmen y yo era amena y fluida, pero Velkan ponía un ambiente un poco tenso.- Entonces...- Se escuchó la dulce voz de la chica en la mesa.- ¿Por qué dices que pareces europeo?.- Carmen sonreía con cara de interés, en cambio Velkan, juraría que había hecho un sonido de molestia cuando ella terminó su pregunta.
- No te había comentado nada al respecto.- Recargué mi codo en la pequeña mesilla.- Mi familia tiene una pasado largo, pero te puedo confesar y asegurar que soy de ascendencia nórdica mi querida Carmen.- Le dí una mordida a la paleta de hielo.
- Ya decía yo que una persona tan... tan... ¿Cómo decirlo?.- Rascó su sien.- Tan rubia como tú, no era normal.- Sonrió.- Sino te hubiera conocido y te hubiera visto pasear por las calles, pensaría que eres inglés o alemán, porque en realidad eres bastante atractivo.- Sabía que lo decía como un cumplido, pero al parecer Velkan no lo había tomado así, la respuesta de su enfado no necesitaba palabras porque se podía deducir perfectamente solo con un pequeño vistazo a su rostro.- No se si haya sido casualidad o por el azar del destino, pero me alegra haberte conocido, "chico rudo".- Me guiñó un ojo.
- Me alegro de la misma forma Carmen.- Por lo menos podía decir que éramos amigos, peor es nada, ¿No es cierto?.- ¿Y a ti Velkan?, ¿Qué te trae por este lado del mundo?.- Hice media sonrisa, el sujeto no me desagradaba como persona, de hecho no tenía nada en contra de él porque para ser un nosferatu, era muy civilizado, pero todos los gestos y ademanes que hacía cuando estaba en su presencia me decía que dicho agrado no era mútuo.
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FUERA DE LUGAR (EN PROCESO DE EDICIÓN)
VampirosCarmen es una chica que sufre de depresión y baja autoestima por tener sobrepeso. En la escuela sufre de bullying, por lo que ha intentado acabar con su vida como forma desesperada de huir de su realidad. Su vida cambiará a partir de una serie de s...