31. AMISTAD DE VERDAD

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Y cada día que pasa, cada noche que mi cuerpo disfruta bajo la luna, tu recuerdo se queda en mi mente y acapara todo mi corazón, porque ahora estoy seguro, no importa el lugar ni la hora, solo quiero pasar mi entera existencia contigo.

VELKAN

Carmen estaba un poco más tranquila después del supuesto accidente del que no tenía recuerdo alguno, el doctor que la atendió dijo que ese bloqueo en sus recuerdos había sido producido por su subconsciente para generar una defensa en contra de, si hubiera sido posible, un trauma, el mismo trauma que había mencionado Demian el día que lo conocí en el hospital.

Si bien prometí a su familia cuidarla, temía que algo más le ocurriera y que estuviera fuera de mi alcancé, temía no ser suficiente para protegerla. Estaba un poco impasible por pensamientos de una índole que llamaba al peligro y la inseguridad hacia Carmen, era una invitación abierta a que ella fuera presa fácil de cualquiera que se encontrará a su alrededor, claro que no pensaba de esa manera a propósito, la única razón era que no podía controlar la inseguridad que sentía; la veía dormida en mi hombro izquierdo y me preguntaba qué sería de mí sin ella, sabía que ella no tenía ningún conocimiento de que para mí era mi razón de vivir o mejor dicho de existir, puede que en ocasiones anteriores lo haya mencionado pero no había sido muy claro respecto al tema, tal vez yo para ella solamente era un novio más, o una experiencia más que tenía que vivir, no tenía ninguna idea de qué significaba yo en su vida.

A cada minuto que el reloj marcaba, el aula se llenaba poco a poco, alumnos de la clase pasaban al lado de mí, y yo por mi parte los miraba con un recelo propio de un cazador, para averiguar cual de todos era una potencial amenaza para mi querida Carmen. Escaneaba con la mirada a todo aquel que cruzara la puerta, sin excepción, dándome cuenta por primera vez que no conocía a la mayoría de jóvenes. Estaba claro que las caras de las personas que conocía en la escuela, era por el simple hecho que interaccionaban en un ambiente exterior al de Carmen: o eran sus conocidos y amigos, o eran las personas que la molestaban. 

Todo pasaba de una manera tan vana, tan repetitiva, tan normal, que había llegado a la deducción que ninguno de los alumnos ni compañeros de Carmen eran una amenaza para su bienestar. Ni siquiera Mauricio, que había sido una verdadera molestia durante mi estancia en la escuela, era un problema grave, de hecho había tomado un comportamiento muy calmado y dócil, ¡claro!, ¿Y cómo no habría de hacerlo?, después de todo el susto que le metimos entre la joven Minerva y yo, era solo una advertencia. Por otro lado estaban Alejandra y Gabriela, chicas dignas del título de arpías de la mitología griega, ellas no desistían de su idea de hacerle la vida imposible a Carmen, pero tenía la seguridad que mientras estuviera a su lado ellas no se acercarían ni un centímetro para molestarla.

Al ya casi dar las 3:15 p.m., entraron Minerva y Edith, conversando y riendo como siempre pero sus rostros cambiaron de gesto al ver los moretones en el pómulo y ojo de Carmen. Ella seguía dormida, supuse que estaba muy cansada por la recuperación, tal vez dormir con un trozo de yeso en el brazo debía de ser muy molesto.  Antes de que pudieran hacer un sonido rotundo, logré calmarlas.

Vieron a Carmen dormida en mi hombro y no le hablaron, solo me saludaron.- Hola Velkan.- Me dijeron en un susurro y sin dejarme corresponder al saludo, Minerva siguió hablando.- ¿Qué le sucedió?.- Puso su mirada en Carmen, se le notaba una preocupación que solo un verdadero amigo puede brindar.

- Es una larga historia.- Agaché la mirada, contarles lo que realmente había causado esos  moretones y rasguños en el cuerpo de Carmen, sabía bien que les afectaría tanto como a mí cuando me lo contaron por primera vez.- Ahora no se los puedo decir porque es un poco complicado de entender, pero les prometo que llegará el momento apropiado para contarles todo lo que pasó.- No podía decirles en el momento, por el detalle de que que Carmen estaba presente, su pérdida de memoria lo complicaba un poco.

FUERA DE LUGAR (EN PROCESO DE EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora