VELKAN
¡Dos días!, ¡Dos maldito días sin saber de Carmen!, ayer su familia marcó desde su celular para ver si se encontraba conmigo. Y al saber que su paradero era un maldito misterio, salí a buscarla por toda la ciudad y no encontré nada, ni una señal de su presencia. Estaba demasiado desesperado y no sabía que hacer, solo había estado así en dos ocasiones en toda mi existencia. Me había mantenido en constante contacto con su hermano y tampoco había tenido noticias de ella.
Lo único que podía hacer era esperar a que nada malo le hubiera ocurrido. Me senté en mi reclinable para ver la ciudad y tener un poco de paz.
- ¿Ya apareció la mocosa esa?.- Lilith bajaba por la escaleras con un vestido muy corto y entallado, que resaltaba sus curvas.
- No.- Al parecer la paz que quería conseguir se deshizo en un instante.
- ¿Y qué haces ahí sentado?, ¿Acaso ya no te importa?.- La miré con enojo y desprecio.- Quizá debes considerar quedarte conmigo.- Sonrió de una manera coqueta mostrando sus colmillos, acompañado con un movimiento rítmico de cadera.
- ¡Basta con tus estúpidos juegos¡, ¡¿Ni siquiera en una situación tan delicada puedes actuar con madurez?!.- Su sonrisa se borró automáticamente.
- ¡Maldita sea!, ¡Le quitas lo divertido a la vida!.- Puso los ojos en blanco y una mueca de desagrado se reflejó en su cara. Abrió la puerta principal del apartamento y salió sin decir palabra alguna.
En esos momentos no me importaba a donde iba, si ella regresaba o no, lo único que quería saber era si Carmen se encontraba a salvo, o peor aún, si algo malo le había pasado. La ciudad tenía la mala fama de ser muy insegura y más hacia el género femenino. Di un sorbo a mi copa de sangre y suspiré intentando calmarme.
Se me ocurrió llamarle al celular a Minerva o a Edith para preguntar si Carmen se encontraba con alguna de ellas, pero mi acción fue interrumpida por la voz de Samael.- No se encuentra con ninguna de ellas.- Estaba sentado en uno de los bancos del minibar, no logré ver en qué momento había bajado de su habitación al estar tan inmerso en mis pensamientos.- Ella no está con nadie que tu conozcas.- Se tomó de un sorbo el tequila que se hallaba en su vaso.
- ¿Cómo es que lo sabes?.- Seguía mirándolo con una cara de seriedad.
- Solo lo sé y ya.- Agarró la botella y se sirvió otro trago.- Soy el rey del infierno, tengo la responsabilidad de saber que pasa con cada una de las creaciones de mi padre.- Me miró con una cara inexpresiva.- Y además le pedí a los administradores de almas que me dieran informe en todo momento de Carmen, más en específico, de cuando tuviera algún problema grave.- Su rostro se torno triste.- Ella estuvo al borde de la muerte.
- ¡¿Qué?!.- Sentía que mi pecho se oprimía en mi interior.- ¡¿Pero ella está bien?!, ¡Con un demonio Samael!, ¡¿Por que no me lo dijiste antes?!.- El pánico se apoderaba de mi.
- Te lo dije en cuanto me dieron el informe.- Le dio otro trago a la bebida.- Me acabo de enterar hace unos momentos.-
- ¡¿Está en el hospital?!, dame la dirección.- Me levanté de mi asiento y tomé mi saco.
- No lo sé.- Se tranquilizó y se sentó nuevamente en el banco.
- ¡¿Cómo qué no lo sabes?!, me acabas de decir que te informaron.- Gritaba cada vez más alto.
- Calmate Velkan. Si te lo digo, puedo alterar el rumbo del futuro y eso tendría consecuencias fatales para mí.-
- ¡Me importa una mierda si el universo explota!.- Me acerqué muy rápido hacia él.- ¡Solo dime en qué hospital se encuentra!.- Apreté el cuello de su camisa, perdía los estribos.
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FUERA DE LUGAR (EN PROCESO DE EDICIÓN)
VampireCarmen es una chica que sufre de depresión y baja autoestima por tener sobrepeso. En la escuela sufre de bullying, por lo que ha intentado acabar con su vida como forma desesperada de huir de su realidad. Su vida cambiará a partir de una serie de s...