13. ¿QUERÍAS ESCUCHAR ESO?

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CARMEN

Al subir un rededor de veinte pisos, para ser más específica, al subir hasta el final del edificio, caminamos por un largo y solitario pasillo adornado por columnas de mármol al estilo griego, embellecido por pinturas renacentista y un candelabro muy bonito que colgaba del techo, también pintado a manera que daba la impresión de tener un cielo repleto de querubines regordetes, algo muy majestuoso, algo que, una simple mortal como yo, tenía la dicha de admirar.- Llegamos.- La profunda y grave voz de Velkan, hizo que dejara de pasarle la mirada al hermoso pasillo que acababa de recorrer. Pero sin dejar de sorprenderme, observé una gran puerta de madera al frente mío, con tallados un tanto peculiares pero hermosos. Velkan tomó de su bolsillo una llave y la introdujo en una gran cerradura  perteneciente a la descomunal puerta.- Pasa.- Y sin decir ni una sola palabra caminé al interior, el mal rato que había pasado anteriormente se me había borrado de la memoria como si me cerebro hubiera hecho limpieza y desechado la basura caché.

Al entrar escaneé todo de arriba a abajo, ¿Vamos?, ¿Qué podía decir?, era todo lo contrario al pasillo, tenía todo lo que una persona famosa tendría en su casa. La sala era de un color blanco que con tan solo abrir un poquito los ojos me dejaba ciega, divisé que se hallaba una mesa de centro pequeña con un reclinable de piel, que tal vez Velkan utilizaba para leer, ambos se encontraban situados en una ventana que cubría desde el techo al piso y daba a una hermosa vista de la ciudad. Tenía una cocina, bastante bonita, bien cuidada y muy limpia, inclusive parecía nueva, enfrente había una barra con bancos altos a forma de comedor. En el centro, dos sillones bastante amplios de terciopelo rojos, colocados una frente al otro, hacían una bonita combinación de la habitación y una alfombra roja terminaba de darle un toque elegante. ¿Pero cuál fue mi sorpresa al voltear y notar un pequeño bar con mucho licor?.- Velkan, ¿Qué no eres menor de edad como para tener esto en tu casa?.- Señalé el mini bar y lo miré un tanto extrañada. 

- Podría decirse que si, ¿Pero sabes?, no me dijeron nada cuando compré este departamento, bueno mejor dicho, cuando mi padre lo compró.- Sonrió de una manera rara haciendo un a mueca. 

- ¡¿Lo compraste?!.- Me sorprendí mucho al escuchar su respuesta.- ¡Tu papá debe de tener un plantío de árboles que dan dinero!.- Alcé mis cejas y abrí mis ojos.- De otra manera, no veo cómo es que compró este lugar.- Velkan tomó mi mano e invitó a sentarme en uno se sus sofás, ya que todo el tiempo sólo me quedé parada en la entrada del impacto que produjo mi admiración por el departamento. 

- ¿Quiéres algo de tomar?.- Velkan estaba en su cocina sacando un par de vasos de una vitrina.

- ¿De ahí?.- Señalé asustada al bar.

- ¡No!, ¡¿Piensas que sería algo correcto de mi parte?!.- Se dirigió rumbo a la mesa de centro y dejó los vasos.- ¿Un jugo?.- Me miró con sus preciosos ojos azules.

- S...si, por favor, un vaso de jugo estaría bien.- Su mirada era muy penetrante, me puse muy nerviosa y comencé a tartamudear. 

- Enseguida vuelvo.- Abrió su nevera, sacó dos jarras una con jugo de naranja y otra con un líquido rojos muy espeso. Llegó al sofá y tomó lugar a mi lado, sirvió los vasos y me extendió el que contenía el jugo de naranja. Yo solo me limitaba a mirarlo.

- Ahora, ya puedes proseguir con lo que dirías en el auto.- Sonrió, nuevamente enseñándome sus largos colmillos, que por cierto me encantaban cada que los veía.

Tomé un poco del líquido de mi vaso y suspiré.- En estos días has estado muy insistente con el tema de qué siento o pienso al respecto de tu declaración de amor.- Agaché la cabeza y la sobé a modo de confusión.- Y créeme, no puedo sacarme de la cabeza lo que ocurrió ese día.- De un momento a otro, conecté mis ojos con los suyos.- Nunca me imaginé que te volverías alguien tan importante en mi vida, nunca me imaginé que llegara a gustarte, nunca me imaginé que me defenderías de mis compañeros, nunca me imaginé que me regalarías un oso de peluche el doble de tamaño que yo.- Suspiré.- Bueno, nunca me imaginé que podrías hacer tantas cosas por mi en tan poco tiempo.- No estaba preparada para este momento, las ocasiones pasadas había muchas personas y de alguna manera sentía que tenía el coraje para hacerlo, pero ahora estábamos solamente Velkan y yo, en su casa tomando jugo, y eso hacía que me sintiera muy insegura de lo que estaba por decir.- ¿Sabes?, a las personas pueden prepararlas de una manera académica pero nunca para pasar una situación como esta.- Dejé caer mis hombros, una carcajada nerviosa salió de mi garganta y miré el techo.

FUERA DE LUGAR (EN PROCESO DE EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora