Llevabas horas sin obtener la atención de tu novio, por mas movimientos y acciones que hacías el ni siquiera te miraba por estar con sus amigos viendo un partido. Se te ocurrió la genial idea de ir a la habitación para colocarte un atuendo aun mas provocativo, resaltando tus curvas y tus pechos. Un atuendo que el aun no había visto y te había resultado una buena idea.
—Eso me gusta —Dijo Jug volteando a verte. Fue en ese momento que Sweet volteo a verte, bajo su mirada para sonreír a lo bajo y luego volver a verte.
—Buena combinación, creo que resalta lo mejor de ti —Dijo Fangs viéndote de pies a cabeza.
—¿Quieres mi atención, eh? —Pregunto con seriedad, tu asentiste con la cabeza en forma tierna —bien chicos, es hora de que se vallan.
—Pero aún no ha terminado —Se quejo Jug comienzo palomitas. Sweet pea se quito su chaqueta.
—Si.. Es hora de irnos —Dijo Fangs levantándose de su asiento, casi llevando a rastras a Jug del tráiler.
—¿Ahora me prestaras atención? —Preguntaste mordiendo tu labio. Para acercarte a el y acariciar sus brazos.
—Tendrás toda mi atención —Respondió bajando ambas manos hasta su pantalón para quitarse su cinturón. Sin dejar de verte con deseo. Tragaste saliva al ver aquella imagen tan excitante.
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Se acercó a ti y comenzó a besarte, mientras se acerco a ti arrojándote en el sofá, atrapándole entre sus fuertes brazos. Se inclino sobre ti para susurraste al oído.
—¿Quieres que te castigue por vestirte asi? —Miro tu escote, escucharlo hablar de esa forma te envió sensaciones de hormigueo por todo el cuerpo. Tragas nuevamente saliva ya que este no era tu plan, solo querías llamar su atención. De repente sentiste sus labios sobre los tuyos, comenzaste a besarlo aceptando las consecuencia de lo que habías hecho. Apoyo sus manos en sus piernas, para subir lentamente hasta llegar a tu feminidad que solo estaba cubierta por tu ropa interior, sin dejar de besarte. Con la intención de que gimieras y abrieras la boca mientras deslizaba su lengua al explorar tu boca. Dejo de besar tus labios y lentamente fue bajando hacia tu mandíbula y cuello dejando marcas visibles. Quito tu remera y para su sorpresa no llevabas sujetador, sonrió sin dejar de ver tus pechos.
—Sorpresa —Dijiste agitada.
—Esto merece un doble castigo —Dijo para seguir con sus besos, pero esta ves en tus pechos. Te modio el pezón izquierdo —Solo responde mi pregunta, amor —Murmura sobre tu piel —¿me amas?
—S~si Sweetie —Susurraste, el siguió con sus besos hasta volver a morder se nuevo sin lastimarte.
—Solo yo puedo tocarte, ¿verdad? —Volvió a preguntar con autoridad mientras que tu estabas haciendo una mueca de dolor.
—Si, solo tu.
—Buena chica —Sonrió
—Creó que es mejor ver una película —Dijiste, el dejo de jugar en tus senos, para posar tu mirada en tu rostro.
—No lo creo amor, ¿que harás con esto? —Pregunto mientras se puso de pie y señalo su abultada erecciones entre sus pantalones —querías mi atención, la tienes bebé —Se acercó a ti otra vez y te susurro —sabes que te encanta —Tragaste saliva y decidiste seguir el juego. Te tomo de la muñeca y ambos se pusieron de pie, empezaron a caminar hacia la habitación, ni siquiera llegaron cuando volvieron a besarse con desesperación. Tan pronto como ambos llegaron a la cama, te arrojo en ella mientras el se quito su remera. Te beso de nuevo pero esta vez mucho más desesperado, todo sucedió muy rápido sin darte cuenta del tiempo para reaccionar. Subió tu falda, y tomo su braga para dar un solo tirón hacia abajo, hasta quitarla. Se quedo unos segundos admirando tu feminidad, para luego mirarte sonriendo, al notar lo mojada que estabas. El uso sus manos para extender tus pliegues y lentamente se inclino y comenzó a lamer tu feminidad haciéndote gemir de la frustración.
—Hmmm Sweetie —Dijiste entre gemidos, el inserto su dedo índice en ti haciéndote gritar mas fuerte, definitivamente los vecinos podrían escucharlos.
—Creí que no querías —Dijo victorioso.
—Solo... Ve mas despacio —Dijiste —Sobre lo rápido que movía su dedo. Casi llegas a tu límites, pero el se detuvo justo antes de que estallaras, haciéndote quejar por la perdida de contacto. Querías seguir sintiendo esa sensación, pero Sweet tenía otros planes.
—En cuatro, ahora —Ordeno, tu rápidamente obedeciste. Bajo sus pantalones junto a sus boxers, te dio una nalgada. Escucho tu gemido y siguió dando nalgadas sobre tu trasero, amaba tener el control sobre ti. Y sin ningún permiso, entro en ti tan rápido que gritaste al sentir lo grande que es su miembro. Mientras te embestía siguió arrojando nalgadas haciéndote sentir en el cielo por unos segundos. Te tomo de la cintura para presionar mientras te follaba sin parar. Extendió sus manos sobre tu cuello y te atrajo hacia si cara besándote mientras te asfixiadas un poco. Te atrajo aun mas a el y comenzó a besarte, mientras que si mano derecha dejaba tus caderas para bajar hasta tu punto g y frotarlo ligeramente mientras seguía embistiendote.
—Voy a... correrme —Tu voz se quebró y tus ojos se llenaron de lágrimas mientras el placer se acumulaba dentro de ti.
—M~mierda —Dijo y sus embestidas se volvieron mas descuidadas. Se detuvo unos segundos para cambiar de posición, esta vez estabas debajo de el. Guió su miembro a tu entrada nuevamente y continuo con sus embestidas, mientras besaba tus labios. Pronto sentiste sus líquidos calientes dentro de ti, que ambos echaron sus cabeza hacia atrás de placer. Podías sentir tu cuerpo temblar mientras se adormecía. Estabas cansada, pero Sweet pea no lo estaba, quería seguir. Besos tus pechos con la misma desesperación que antes. Te saco de la cama para cambiar por completo el ambiente, yendo hacia una mesa que se encontraba en el lugar. Te subió en ella y abrió tus piernas para volver entrar en ti. Gemías tanto ya que aun estabas sensible de la sesión anterior.
—Duele —Dijiste al no sentir tus piernas, ya te esperabas no poder caminar al siguiente día. Sweet pea beso tus labios para callarte unos segundos. Te ignoro por completo y siguió con sus movimientos pero esta vez ayudándote tomandote de la cintura. Los liquitos de tu anterior corrida facilitaron la entrada de su miembro en ti, llegado un tiempo te embistió más fuerte y profundo que te saco una sonrisa al sentir esa sensación de placer de cansancio a la vez. Pronto ambos alcanzaron su segundo clímax, sus ojos se posaron en tus labios y te beso, sus manos viajaron hasta tu muslos y cuando sintió algunos liquitos calientes allí, rompió el beso y miro hacia abajo, sonrio ante la hermosa vista de su semen en tu feminidad.
—No usamos condón —Dijiste abrazándolo.
—Me gusta apreciar mi semen dentro de ti —Dijo besando tu frente. Beso nuevamente tus pechos, pero esta vez lo estuviste.
—Solo dejame dormir unas horas, luego seguiremos —Dijiste, el aceptó y ambos fueron a la cama. Pero seguía acariciando tu cuerpo y besándolo, no se iba a detener en toda la noche.
