CAPÍTULO 34

750 132 33
                                        

Ya saben, faltas ortográficas favor de decirme.😗







Al fin en casa.

Joaquín sigue dormido así que aprovecho eso y llamo a una de las omegas que trabaja para mi y a quien le tengo más confianza. Sé que va a cuidarlo bien.

La Omega me mira y mira a Joaquín en mis brazos, ella me lo quita. Suspiro y comienzo a darle órdenes. — Esta en celo. Por favor, llévalo a su habitación y dejalo ahí. Dale lo que él te pida, comida, agua, juguetes. No importa. Quiero que te quedes con él en todo momento. No dejes que absolutamente nadie entre a su habitación, la única que va a poder vas a ser tu.

Ella asiente a todo lo que dije. — No se preocupe señor. Lo cuidaré bien. Va a estar bien, no se preocupe.

Asiento, tranquilo, siento una punzada en mi parte baja y dejo salir un gruñido. — No puedo estar aquí. ¡Llevatelo ya!

Ella se aleja rápidamente, desaparece de mi vista.

A mi nariz llega un aroma que conozco bien y que me causa náuseas. Seidy. Debió haberme olido y a mi se me olvidó que ella estaba aquí. La Omega se acerca y me mira.

No quiero que me mire.

— Alfa. Estás... estás en celo... —ella me mira a los ojos y me toca el brazo.

No quiero que me toque.

Me alejo unos pasos y ella vuelve a acercarse. — Entremos a casa, puedo ayudarte. Dejame quitarte el dolor. Puedes hacerme lo que quieras.

Aléjate de ella...

Le hago caso a mi lobo y me alejo lo mas que puedo. — No quiero tu ayuda. No quiero verte. Vete de aquí. Voy a pasar esto solo y no quiero verte. —dije firme. En mi mente pedí que mi papá ya llegara, no podía pasar ni un segundo mas aquí.

— Pero Alfa... —hace puchero, queriendo verse tierna y me mira suplicante. — No es la primera vez que lo hacemos. Anda, dejame ayudarte. Vamos a pasarla muy bien... —sonríe coqueta.

Detenla ahora mismo...

¡Vete de aquí! ¡No quiero nada contigo! ¡Ya no te quiero! Nunca te quise. Tu no eres mi Omega. Jamás lo fuiste y nunca lo serás. Quiero que tomes tus cosas en este momento y te vayas. Cuando regrese no quiero verte aquí.

No sé si lo que dije fui a causa de mi celo y que estaba muy desesperado. Pero me siento bien el decirlo.

Ella me mira sorprendida, sus ojos se llenan de lágrimas. — Pero Emilio, ¿que estas diciendo? Estamos comprometidos, vamos a tener un hijo. No puedes terminar conmigo. —veo que ella aprieta sus manos en puños.

— Le daré todo mi hijo. No le faltará absolutamente nada. Pero yo no quiero casarme contigo. Desde ahora rompo este compromiso. Debí hacerlo desde have tiempo...—saque de mi pecho todo lo que quise decir desde hace mucho tiempo pero no sé había presentado la oportunidad, o tal vez fui demasiado cobarde, pero ya no más. Quiero ser feliz, y quiero que Seidy también sea feliz y sé bien que su felicidad no es conmigo. — Merces ser feliz Seidy, tu lugar no es conmigo. No somos destinados. Tu Alfa debe de estar por ahí buscándote.

— ¡Tienes que estar haciéndome una broma de mal gusto! —chilla, enojada. — Si te alejas de mi, te prohibo ver a mi hijo. No lo verás en tu vida jamás. Tenlo por seguro. —amenaza.

— No puedes hacerlo. Ese bebé también es mi hijo. Por favor Seidy, no me hagas denunciarte e ir a la corte. Podemos criar a este bebé sin amor de por medio.

— Yo te amo. Te sigo amando.

— Desgraciadamente no puedo corresponderte, lo siento. Hace meses que encontré a mi Omega, a mi destinado.

— ¿Es Joaquín, verdad? Es ese Omega, desde que tu papá lo dejó entrar a esta casa solo trajo problemas y con ello, arruinó nuestra relación. Estábamos tan bien antes de que él llegara. —gruñe, ella está muy enojada.

— No Seidy, no te confundas. Lo nuestro jamás fue una relación de verdad. Todo fue un arreglo de nuestros padres. Nunca hubo amor, sé que no me amas, estás obsesionada. Eso no es amor. Sé que cuando te vayas y encuentres a tu destinado me lo agradecerás.

Al terminar esas palabras, puedo escuchar y ver el carro de mi papá estacionandose a mi lado.

Por fin...

¡Emilo, hijo! Vámonos ya. No hay que perder más tiempo. ¿Dónde está Joaquín?

— Esta bien. Le tuve que inyectar supresores. Esta en su habitación, va a estar bien cuidado.

Mi papá asiente y entró a su carro. Me siento desesperado, mi lobo ruge cada vez que los alejamos de la casa.

En el camino lo único que veo son árboles y uno que otro animal vagando por ahí. Se está haciendo de noche.

— Tu y tu vamos a hablar después de tu celo. Creo que hay algo que tienes que decirme. —mi papá habla tranquilo, manejando.

— Es cierto. Hay algo que debí decirte desde el primer momento. Es algo que ya no puedo ocultar más.





MmmMmmmMMmMMm la cosa se puso interesante jijiji👀
Que creen que haga Seidy después?
Bueno bai.

Miracle Donde viven las historias. Descúbrelo ahora