CAPÍTULO 44

787 109 64
                                    

Estaba enojada.

Más que enojada. Estaba furiosa.

Ese mocoso sólo llegó a arruinar todos mis planes.

Mis ojeras eran notables. Y mi cabello estaba en mal estado, no lo cepillaba ni lavaba hace días.

La panza era molesta, le estorbaba y estoy gorda cosa que odio con toda mi alma. Y como cereza del pastel, ya me comenzaron a salir esas horribles estrías y no tenía nada para que desaparecieran. Claro, todos me decían que era normal ya que la piel se estiraba cada vez que la panza crecía debido al bebé, pero yo odiaba esas marcas, se veían mal, no me hacían ver hermosa y eso para mi es demasiado importante, de lo contrario ¿como se supone que recuperaré a Emilio?

Por qué si, no pienso quedarme de brazos cruzados esperando. Tenía que crear algun plan para que ese maldito omega se quedara fuera de mi camino a Emilio y así poder quedarme con él y su dinero.

Supongo que estar embarazada también tiene sus ventajas.

Así que por eso comencé a investigar a ese niño quita alfas.

No fue nada difícil.

Encontré a la persona perfecta para que Joaquín se fuera de una vez por todas.

Sonreí, ya todo estaba planeado, solo tenía que comunicarme con esta persona y todo listo.

Marque el número y espere ansiosa. — ¿Hola?

— ¿Si, hola? ¿Quien es? Mire, hable mas tarde, estoy ocupado.

Rode los ojos. — No se te  ocurra colgar. Me llamo Seidy y sé que estas buscando a Joaquín a tu esposa e hijos. —me senté en una silla. — Y te tengo una jugosa propuesta.

Hubo silencio por unos momentos, después cosas moviéndose y una puerta cerrarse. Después volví a oír la voz raspasa del hombre. — Soy todo oídos. ¿Sabes donde están? He estado buscándolos como loco por todos lados.

— Lo sé. Y sé exactamente donde están y te lo diré si me escuchas con atención y obedeces cada una de mis órdenes.

Él ríe. — ¿Yo obedecerte? ¿Una omega dándome órdenes? Si, claro. Dime otro chiste.

— Ay, no me vengas con tu alfismo ahorita, eso no va a funcionar conmigo. Pero bueno, si no quieres entonces no tendrás lo que quieres. Lástima... Era un plan perfecto en donde ambos saldríamos ganando. Te pagaré muy bien.

Aquel hombre gruñe y yo sonrío, logré lo que quería. — ¿Y como sabes que tu plan va a funcionar?

— Porque soy muy lista. Créeme, va a funcionar. Solo escúchame, ya me cansé de estar pegada el teléfono. ¿Aceptas o no?—bufé.

— Bien. Te escucho.









— ¿Que te parece ir a pasear con toda tu familia mañana? Escuche que sería un día soleado. Podemos ir a playa o a donde quieras.

Estábamos preparando la cena. Hablábamos y reíamos, estos momentos son los que por siempre voy a atesorar durante toda mi vida.

— Me parece una buena idea. Sabes... hace años qué no voy a playa.—comenté con nostalgia. — Olvidé la sensación de la arena en mis pies, el sonido de las olas y ver el enorme mar.

— Ow, omega, no te preocupes, yo te llevaré a donde quieras. Tu solo pide.

— No sé, ya te dije que no me gusta que gastes en mi.

— Y yo ya te dije que para mí no es problema. Me gusta. Ya hemos hablado de esto.

Sonríe un poco. Este alfa es demasiado lindo para ser real. — Lo sé, alfa, lo sé. Te lo agradezco. Es solo que todavía no me acostumbro. Nunca nadie le había dado regalos. —trague saliva, ahora me encuentro un poco nervioso, siempre pasa cuando estoy con él. — Tu fuiste el primero. Bueno... ya sabes, vas a ser el primero en todo...

Veo a Emilio dejar de hacer lo que esta haciendo y se acerca a mi. — Me gusta eso de ser tu primero en todo. Yo creo que es tentador y tierno.

Esta tan malditamente cerca. Y yo no dejo de ver sus ojos y pestañas tan perfectas. Él es perfecto. Siempre lo digo pero es para aclarar.
Sus manos se posan mis caderas y yo le tenso, pero después su mirada llena de ternura me hace tranquilizarme.
Trato de hablar pero de mi boca no sale nada, nos hemos tenido cerca pero nunca de esta manera, es diferente.

— De verdad a veces me cuesta creer que eres mi omega. Definitivamente soy afortunado. Tengo al omega más hermoso de este planeta. Eres un ángel caído directamente del cielo y, dios, simplemente no eres real... —suspira sonriendo. — Solo mirate. Tu cara es de porcelana, tan preciosa y perfecta, tu nariz de botón, tus cachetes rosas y regordetes... —tengo los ojos muy abiertos, un poco anonadado y sorprendido, tan malditamente nervioso como nunca antes, sus palabras se instalan en mi corazón y un sonrojo aparece desde mi cuello hasta las orejas. Debo de parecer un tomate en estos momentos. Su vista se para en mis labios y eso hace que me ponga aun más nervioso si es posible. Ahora sus manos están en mi cintura, ni siquiera sé cuando llegaron ahí pero me gusta demasiado. Me acerca más a él y mi pecho choca contra el suyo. Tan cerca. — Y tus labios son muy hermosos. Un poco gruesos y suaves. Siempre están humectados. Cada que puedo te veo como te pones el humectante para tus labios y sé que son de diferentes sabores... —se acercó mas y ahora nuestras narices están tocandose. — ¿Sabes cuantas ganas tengo de probarlos? Si es directamente de tus lindos labios es mucho mejor.

Ay, por dios, necesito que me pellizquen para saber si estoy soñando o si todo esto es real.

— Y-yo...

— No digas nada. Dime omega, mi omega jodidamente hermoso. ¿Ya has tenido tu primer beso?

Que bobo. ¿Que no me puso atención cuando le dije que él será mi primero en todo?

Negué, no aparto la vista de sus ojos, no le atrevo a mirar a otra parte, siento que olvide el funcionamiento de las partes de mi cuerpo.

— Bueno, a mi me gustaría besarte. Ya sabes, ahora mismo. Solo te veo y es lo que más deseo. Pero no lo haré si no quieres, podemos esperar.

Este hombre va a matarme algún día. Y de una buena manera.

— Quiero. Lo quiero ahora. No quiero esperar. He esperado mucho tiempo.

No supe de dónde salió la voz. Siento mis piernas temblar así que me sostuve de sus hombros para evitar caer.

— Es lo mejor que he escuchado.

Él terminó de acortar la distancia.

Y pasó.

Lo que he estado esperando, al fin pasó.






Avísenme todos los errores ortográficos wuu
Les amo.

Miracle Donde viven las historias. Descúbrelo ahora