CAPÍTULO 48

225 23 1
                                    

Jamás me había subido a un avión. Y estoy más nervioso que nunca y también tengo demasiado miedo.

El avión era gigante, gigante, gigante.
Emilio se habia encargado de tranquilizarme y decirme cosas para no asustarme.

Claro que no funcionaba.

— Omega, tranquilo. Te prometo que no va a pasar nada. Yo voy a estar a tu lado.

Trago saliva y sonrió nerviosamente. — Si, claro. Pero no me voy a sentar a lado de la ventana.

— Sabía que dirías eso.

Pasaron unos minutos más y el avión ya estaba lleno y yo ya quería bajarme.
Emilio noto mi miedo y me agarro la mano apretandola con fuerza. Lo mire y le sonreí, me daba una mirada tranquila y yo comenzaba a calmarme, pero aún así mis nervios según así. Coloque mi cabeza en el hombro de Emilio y cerré los ojos.

— ¿Que haremos cuando lleguemos?.—pregunté con somnolencia, de alguna u otra forma ya estaba quedándome dormido.

— Podemos hacer lo que se nos plazca. Habrá muchos lugares los cuales visitar, hay una plaza muy famosa y ahí vamos a ir a pasear.

— Bu-bueno...—bostece y me acurruque más hacia Emilio— Pero te conozco, no quiero que gastes todo tu dinero en mi, no importaría si solo paso el tiempo contigo, estar a tu lado me gusta mucho más.

— Omega... —sentí sus manos acariciando mi cabello y después mi nariz.— Eres un ángel, no sabes cuanto me alegro de haberte conocido. Pero debes saber que no me importa comprarte cosas, me nace consentirte, has pasado por muchas cosas tan horribles que te lo mereces. Oh, a tú madre y hermanos igual, les llevaré regalos.

Opte por no decir nada y aceptar, yo ya estaba más dormido que despierto. — Está bien Alfa, ahora dormiré, despiértame cuando lleguemos.

Y así me quede dormido. Abrazo a aquel alfa que me hace sentir tan bien y en casa. Él no dejaba de hacer eaaa caricias en mi mejilla, en mi nariz, en mi cabello. Y se sentía tan bien, creo que después de todo la felicidad y tranquilidad sí existen y ahora yo lo estoy viviendo en carne propia.
Después en los sueños, la imagen sonriente de mi mamá y hermanos me hicieron sonreír pero a la vez me hicieron pensar demasiado y entre ellos cosas no buenas.

Solo espero que estén bien y a salvo y que estos tres días se pasen volando.







— Repasemos lo que hemos observado hasta ahora.

— Bien. La mayoría de los guardias se van a dormir pasado a la media noche. Después hay veinte minutos libres en donde en el pasillo no hay absolutamente nadie, pero sí hay cámaras de seguridad, y más a parte de las que tú colocaste, hay que hacer algo con eso o no podremos hacer lo planeado.

— No hay que preocuparse por esas cámaras, tengo todo bajo control. —sonríe con suficiencia.— Mañana en la noche comenzará nuestro plan. Y te aseguro que todo saldrá bien.

— Si claro señora inteligente.—gruñe.— ¿Pero como rayos vamos a entrar al interior de la casa? Incluso fue un milagro que hayamos logrado encontrar por donde entrar al sótano haciendo un hueco en la tierra y que te recuerdo no tapamos, solo espero que esos estúpidos no nos encuentren tan rápido o estaremos acabados.

— Ay ya guarda silencio, mejor. Tu voz me hace querer vomitar.

— Si claro, yo te hago vomitar, pero cuando te follé aquella noche no pusiste excusa alguna, si hasta me pediste más.

Ella sonríe y casi ríe.— Querido. Solo para eso sirves, eso es en lo único que eres bueno, porque para lo demás créeme que eres completamente inútil. Así que no te hagas el mártir.

— Que maldita eres, no cabe duda que todas las omegas son iguales...—susurró eso último. Se fue a sentar en una esquina.
Si todo el plan funcionaba tal cual lo planeo, tendría a esa omega que tenía como esposa y también a sus hijos. Y ya nunca más iba a dejarlos ir, incluyendo a su hijo mayor, ese estúpido y débil omega le ha causado demasiados problemas desde que nació y ahora iba a vengarse.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Dec 26, 2022 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Miracle Donde viven las historias. Descúbrelo ahora