CAPÍTULO 20

1.1K 178 12
                                    

Nunca pensé que la comida italiana era tan deliciosa. No quiero irme de este lugar, todo es muy elegante y la comida más que exquisita.

— Se ve que te gustó la comida. ¿Quieres pedir una cosa más? —Emilio tomaba un poco de vino, yo solamente un refresco ya que soy menor de edad.

— Mm. Quiera un postre.

Emilio asiente y llama a un mesero.

— ¿Nos podría decir que postres tiene? —pregunto amable.

— Por supuesto.

Tan sólo al tronar sus dedos, otro mesero apareció y con él traía un carrito en donde había una gran variedad de postres.
Se me hizo agua la boca y quise comerme todo lo que estaba ahí. ¿Sería prudente hacer eso? ¿No me vería mal?

Lo descarté. Solo escogí lo que más se me antojo que fue, por lo que leía en una de los papelitos que cada postre traía diciendo lo que era, un Cannoli.

Se veía tan delicioso, podría comerme diez, tal vez más. Pero eso es algo que no diré y no quería asustar a Emilio. Quien  por cierto también había elegido un postre, sólo que él agarró un Tiramisú que también se veía muy rico.

— Muchas gracias. —le dije amable al camarero quien solo me sonríe y se retira.

Ambos procedimos a comer nuestros postres y yo cerré mis ojos disfrutando de este delicioso manjar.

— Oh, vaya. Eso de verdad esta delicioso. —hable con la boca llena.

— Lo sé, puedo notar que te gustó. —hay un tono de diversión en su voz.

— Jamás había probado algo como esto. —agarre mi servilleta y me limpie la esquina de mis labios. — Gracias por esta comida. Me gustó bastante.

— No tienes nada que agradecer. Te lo mereces, y es un honor para mí. Me gusta mucho verte sonreír. ¿No te lo habían dicho antes? Tienes una sonrisa hermosa.

¿Me está coqueteando?

Me sonroje y baje la mirada comenzando a jugar con mis manos. Me he puesto nervioso, nunca nadie me ha dicho algo así.
Sentí un cosquilleo en mi pancita, ¿son los nervios o son las palabras de Emilio? No sé, pero creo que me esa sensación, es nueva, jamás la había sentido, pero me gusta.

— Nadie me lo ha dicho...

— Pues que ciegos son para no notarlo. De verdad, Joaco, jamás había visto una sonrisa tan hermosa como la tuya.

— Pues creo que será la única vez que la veas porque... no sonrío mucho.

— ¿Porque lo dices? ¿Que a caso no tienes algún motivo para sonreír? —miro a Emilio y veo que tiene el ceño fruncido.

— Pues no sé... Mi vida es demasiado triste, no tengo momentos o recuerdos bonitos. —me encogí de hombros.

— ¿Y tu mamá? ¿Ella no te hace sonreír?

Recordé no hablar con mi madre desde que llegue aquí. Y sinceramente estoy muy preocupado por ella y por mis hermanos. ¿Que estarán haciendo? ¿Estarán bien?
¿Debería de ir a visitarlos? Hoy es mi primer día de trabajo, tal vez pueda ir al día siguiente y dejarles algo de dinero.

— ¿Joaco? ¿Todo está bien?. —Emlio me saca de mis pensamientos y preocupaciones.

Lo mire. — ¿Será que ya podamos irnos? Necesito ir a  descansar un poco antes de comenzar a trabajar...

— Si, si, esta bien... —llamó al mismo mesero de hace ratos y pidió la cuenta. — ¿Seguro que está todo bien?

Solo asentí y él no discutió más.










La cuenta llegó y pagué.
Estaba muy preocupado por Joaquín, cuando mencione a su mamá se perdió en sus pensamientos.

Yo podía sentir que algo no estaba bien.

Salimos del restaurante y Joaquín no volvió a hablar por el resto del camino.

— Oye. Estaba pensando en ir mañana a comprarte un celular, podrías necesitarlo para comunicarte. Te podría ser muy útil. —trate de hacer plática, el silencio en el auto me incomodaba un poco.

— Eh, ¿un celular? ¿De verdad es necesario?

— ¡Claro que si! Si estas en peligro ¿como vas a comunicarte? ¿Cómo le vas a hablar a tu familia?

El Omega se quedó pensando y miró hacía la ventana, mirando el paisaje.

— Bien. Si piensas que es necesario, compremoslo.

No me gustaba para nada este cambio de actitud en Joaquín y eso solo pasaba cuando menciono a su familia.

Eso hizo que solo me preocupara aún más. Mi Alfa estaba muy preocupado por su Omega y estaba dispuesto a descubrirlo todo y ayudar a su bonito.
Solo quería proteger a quien es su pareja de vida.

Suspiré. Ay, Joaco, ¿que tantos secretos guardas?









Wuenaass.
Perdón por la tardanza pero no podía escribir porque mi mente estaba en blanco y pues aja.
Pero aquí esta el capitulo 20!! Les está gustando?
Espero que si, gracias por leer y votar, los tqm, hasta prontoo! ❤️

Miracle Donde viven las historias. Descúbrelo ahora