CAPÍTULO 5

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Tenía que ir a hacer las compras. Tenía pensado en hacer la comida favorita de mi papá. Sé que él llega muy cansado del trabajo, así que haré la comida por él. Pero para eso, tengo que ir a comprar las cosas que me faltaban al supermercado. No tardaré mucho ya que no esta tan lejos y mi papá llegaba en unas dos horas así que tengo el tiempo suficiente.

Tome las llaves de mi auto, mi cartera y mi teléfono y solo así le dispuse a subirme a mi auto y comenzar a conducir hasta el supermercado.

Cuando llegué, casi no habían lugares para estacionarse. Tuve que avanzar un poco más y solo así pude encontrar uno, no estaba cerca de la entrada, pero no había de otra.

Entré el supermercado y agarrando un carrito pequeño, me dispuse a buscar todas las cosas que necesitaba.

— Bien. Primero iré por la carne.





— Mamá. Tú puedes quedarte aquí, yo iré. Te juro que no voy a tardar.

— Hijo, tu ya haces muchas cosas por mi. Déjame ir a a hacer las compras.

— No mamá —la tomé del brazo e hice que se sentará en el sofa — Aprovecha que papá llega hasta en la noche y siéntate un rato, incluso puedes ver la televisión.

— Es solo que me da miedo que algo te pase... —dice preocupada acariciando mi cabello.

Yo solo sonrío, ella se preocupa mucho — Mamá, no me va a pasar nada, te lo prometo. No tardaré. ¿Que es lo que necesitas?

Ella solo me mira, y suspira rendida. Toma un papel y un lápiz comenzando a escribir las cosas que necesita para hacer la comida. Afortunadamente no era mucho y rezaba por qué el supermercado no estuviese tan lleno.

— Ten cuidado, por favor.

— Claro que si mamá. No tardo —le dí un beso en su mejilla y procedí a salir de la casa







Yo no tardé mucho en llegar al supermercado. Tomé un carro pequeño y comencé. Mi mamá necesitaba carne, también necesitaba verduras como unas zanahorias, tomates, chiles y una lechuga. No debía de gastar mucho ya que mi papá se daría cuenta, y no quiero provocar que se enoje y que me golpee a mi o a mi madre. Así que no gastare de más.

Fui a la sección de carnes, tomé la que mi mamá me había anotado y proseguí a ir por las verduras.

— Demonios. Mi mamá no me escribió cuantos tomates... —dije bajito mirando las verduras y la nota. Suspiré y me encogi de hombros — Ni modo. Espero tomar la cantidad necesaria...








Me encontraba en la sección de carnes. No sabía cuál elejir ya que la receta podía llevar cualquier tipo, aun también tenía que tomar en cuenta que es la comida favorita de mi papá, así que opté por tomar la carne de res, de verduras solo lleve unas zanahorias, pimiento rojo, unos pepinos, tomates y cebollas.

De pronto, sentí que todo a mi alrededor se detuvo. Alce la cabeza de golpe y dejé de hacer lo que estaba haciendo.

Comencé a olfatear. Un exquisito olor llegó a mis fosas nasales. Cerré mis ojos e inhale más de ese delcioso olor haciendo que mi lobo interior comience a ronronear y a gruñir levemente.

Un olor entre rosas y cerezas. También a una pizca de menta.

Sabía perfectamente de que se trataba.
Y ese olor estaba muy cerca mío.

Mi Omega. Mío.

Había encontrado a mi Omega y este debería de estar entre este mar de gente.

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