CAPÍTULO 39

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Era una tarde relajante. Con un clima agradable.

Un día perfecto para pensar.

Peter estaba lejos, había cumplido mis palabras y estaba parado en un árbol algo lejos, pero lo suficientemente cerca por si algo pasaba él podía actuar rápido.
Pero la verdad dudo que algo pase.

Habían muchas parejas caminando y tomados de las manos. Habían niños, estos gritaban y reían y corrían por todos lados.

Nunca pensé en querer tener hijos. Pero yo creo que sería lindo, de tan solo pensarlo me emociono tan siquiera un poco.

¿Emilio querrá tener cachorros conmigo?

Bueno ni siquiera he decidido si acepto el cortejo o no y ya estoy pensando en tener cachorros con él.

Miro a Peter quien estaba muy entretenido mirando a un pajarito pequeño posado en su mano. El me miró e hizo volar el pajarito, le hice una seña con mis manos y él se acercó lentamente y sonrojado.

Tierno.

— ¿Necesita algo? ¿Alguien lo está molestando? —miro a todos lados en busca de alguna persona mirándome. Pero no había nadie, todo mundo estaba centrado en sus asuntos.

Solté una gran risa y negué. — No Peter, claro que no. Siéntate. Mira, yo solo... No sé, necesito un consejo... —admití. Él se sento con la espalda recta y a una distancia prudente. — Consejos amorosos.

— Jefecito, no creo que sea correcto pedirme consejos de su vida privada. Y menos sobre el tema del amor que no es cualquier cosa.

Frunci mi ceño. — ¿Porque no puedo pedirte consejos? Me pareces una persona agradable y de confianza.

— Bueno, en todos los años que llevo siendo el guardaespaldas de personas importantes jamás me han pedido conversar de temas personales. No les agrada eso. Siempre son serios y me pedían que no me metiera y que solo haga mi trabajo ya que para eso me pagan... —se encoge de hombros. — Así que apartir de ahí no me metí más en temas que son personales para mis jefes.

Eso era algo ridículo.
Peter es una buena persona y solo lo conozco hace apenas unas horas. No hace daño a nadie y tal vez él podría darme consejos y guiarme, él es mucho mayor que yo y tal vez tiene algo de experiencia.

— Bueno, yo considero que no debemos de ser así. Seamos amigos. A mí me hace falta alguien de confianza que me aconseje y con quien desahogarme. Nunca he tenido alguien así.

Y era cierto. En toda mi vida jamás he tenido un solo amigo. Mi papá no me dejaba salir, no me dejaba socializar. Decía que era una pérdida de tiempo y que me distraía de mis deberes.

— ¿Esta seguro de eso? —abre la boca sorprendido.

— Segurísimo. —asiento confiado y seguro.

— Está bien, entonces... ¿Que consejo es?

— Pues... Es acerca de yo y Emilio... Hace unas semanas me confesó que somos destinados... Me trajo unos regalos y ahí me lo confesó pero... Entré el celo y tuvimos que irnos...

— Vaya. —estaba sorprendido. — Bueno es algo que no me esperaba. ¿Que pasó después? —me mira curioso.

— Pues en realidad no recuerdo mucho ya que él me dio supresores inyectables. Días después, él me vuelve a invitar a cenar, pero no quería porque estaba avergonzado por aquella situación. Pero me insistió y terminé aceptando. Fuimos en la noche y volvió a decírmelo pero también me dijo que quería comenzar a cortejarme...

— Y supongo que aceptaste.

Negue. — Le dije que iba a pensarlo. Me ha estado llenando de regalos todos los días. Me siento apenado, ha estado gastando en mi. Nunca he sentido algo como esto y estoy asustado... Vengo que un padre abusivo, él siempre me llenaba la cabeza de cosas horribles, me decía que nadie iba a quererme, que nadie iba a marcarme porque soy un omega roto por dentro y por fuera... Luego llega Emilio y me confunde... Es una sensación extraña porque es la primera vez que esto me pasa, nunca nadie me ha regalado cosas tan caras y me decía cosas bonitas como él lo hace.

— ¿Tu omega que dice?

— Esta encantado. Me dice que acepte el cortejo y Emilio jamás nos hará daño.

— De acuerdo. El señor Emilio se ve buena persona, es amable y contigo más. Sé que no te hará daño. —Peter parece estar seguro de sus palabras.

Tal vez tiene razón. Desde que llegué a aquella gran casa he sido tratado con mucho cariño, lo que nunca he recibido. Y Emilo me ha tratado como un rey, me consiente y me cuida tanto.

— ¿Tu no sientes nada? ¿Algo?

— Mmm... Pues si, me siento bien cuando estoy cerca de él, me gusta cuando me abraza y besa mi frente... Me siento protegido... Es muy guapo, lindo en todos los sentidos. Siempre esta el pendiente de mi. Me gustan sus ojos, su sonrisa, su cara, su cabello, su voz. Todo. Todo en él es perfecto.

Abrí mis ojos sorprendido. ¿Yo dije eso? Dios mio, creo que me gusta Emilio.

Volteo a ver a Peter quien me miraba con una grande sonrisa, ya se había quitado esos lentes negros y me miraba con ternura. Abre su boca para hablar: — Te gusta Emilio, Joaco. Y sé que tienes miedo y que todo esto es muy nuevo para ti. Pero date la oportunidad de amar y ser amado. Cuando me contrató y me hablo de ti sus ojos brillaban demasiado y me dijo que eres la persona importante en su vida y que moriría si te pasa algo. Dice la verdad, no mintió. Él te ama muchísimo y se nota en sus palabras y gestos. Te diría que aceptes el cortejo, pero es decisión tuya.

Asiento. Estoy de acuerdo.

Bien. Ya tomé una decisión.











Ajijo 👀

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