CAPÍTULO 12

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Cuando me levanté y baje a la sala principal, me dí cuenta de que mi padre no ha llegado lo cual es raro. Caminé a la cocina y comencé a calentar la cena y a poner la mesa.

No había nadie más que yo en la casa. Los que se encargaban de hacer el aseo y la cocina ya se habían ido. Pensé que adoptar a un perrito o un gatito así al menos no me sentiré tan solo.
Mi papá no me deja solo a propósito o porque él no me quiera, es solo que tiene que trabajar mucho. Es un Alfa muy ocupado y yo lo admiro mucho.

Me alegraba demasiado que Seidy no haya llegado todavía, no quería verla, y menos si llega ebria.

No podía sacar de mi cabeza a aquel Omega. Me daban ganas de buscarlo por todo el mundo, pero no podía porque probablemente el bonito me vea como un acosador y no quiera saber nada de mi. Espero verlo pronto, tal vez si salgo me lo encuentre. ¿Eso es posible?
Aún no sabia si decirle a mi padre que ya encontré a mi Omega. No sabía cómo reaccionaría, no sabía si me va a apoyar. Sinceramente tengo miedo, no sé qué hacer.

Decidí ponerme otra ropa para estar presentable.





— Entonces... Joaquin, ¿que haces en la calle a estas horas de la noche?

— Yo... Me fui de mi casa...

— ¿Pero por que? No pudiste haber así como así. —él realmente estaba preocupado y por alguien a quien acaba de conocer.

— Eso no puedo decirlo... —comencé a jugar con mis manos, me puse triste de repente y la cara de mi mamá y mis hermanos vinieron a mi mente. Pronto comenzó a llover más fuerte.

— Ya esta lloviendo más fuerte. Ven, por favor entremos a mi coche, para que no te sigas mojando y te enfermes. Ese suéter no te va a ayudar en nada... —me ofreció aquel amable alfa. No parecía malo, y menos el otro Alfa más joven que todavía estaba apenado por lo de hace rato. Y tenía razón, mi suéter estaba totalmente empapado y podía enfermarme.

Pero yo no quería molestar, ellos deberían de estar cansados u ocupados.

— No. Muchas gracias, pero no. Estoy bien, lo juro. Tengo que seguir caminando... Puedo refugiarme debajo de un árbol o... o un puente.

— No, de ninguna manera. Debajo de un árbol es peligroso si comienzan a caer truenos. Vamos, por favor. Al menos dejame llevarte a donde vayas. Es mi forma de disculparme.

Baje la cabeza — De verdad se lo agradezco señor, pero no. Yo tengo que buscar trabajo. Tengo que...

El Alfa frunce su ceño — ¿Trabajo? ¿Que tipo de trabajo?

— Pues no sé... De lo que sea. Hago de todo, la verdad. Sé lavar, planchar, cocinar...

— Yo puedo darte trabajo... —dice de inmediato.

Yo mire al Alfa. ¿Estaba hablando en serio?

— ¿Disculpe?

— Si, si. A mi me falta mas personal de limpieza por las noches... Tu puedes trabajar en mi casa. Incluso puedes vivir ahí, por mi no hay problema. —me da una sonrisa. — Tengo un hijo mayor, él por lo general siempre está en la casa estudiando, no estarás solo por completo, así que cualquier duda que tengas puedes decirle a él sin problema.

Yo estaba shockeado. No podía hablar.

— Yo... Yo no sé... —tartamudeé

— Por favor, acepta. —me miraba esperanzado. De verdad quería que trabajara con él.

— Esta bien... A-acepto...

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