CAPÍTULO 37

697 125 50
                                    

Maratón 2/3



Y ahí estábamos.

Ambos frente a frente y muy nerviosos.

Ya habíamos acabo de cenar y pedí un postre para ambos. Joaquín no quería pero insistí y al final accedió. Él solo pidió un flan y yo un banana split. Muy delicioso.

No sabía cómo empezar a hablar. Qué decirle.

Jamás he estado tan nervioso como en este momento.

— Bueno. Simplemente diré las cosas como son. Sé que todo esto es nuevo para ti y que probablemente me rechaces...

Joaquín me veía curioso y expectante. Esperando a que hablara de una vez.

Me acomode en mi asiente, corraspee y mire fijamente a sus bellos ojos curiosos. — Eres mi Omega y yo soy tu Alfa. Somos destinados.

Joaquín se pone pálido. Mas pálido que el papel si es posible. No me dice nada, baja la vista lentamente hacia le mesa, sin decir una sola palabra o sin hacer ruido alguno.

— Y quiero saber... si me dejarías cortejarte...

Ahora Joaquín me mira, seguía pálido y podía notar que su respiración se agitaba.

— Me está doliendo la cabeza... —susurra, se agarra la cabeza con ambas manos recargandose en la mesa. — ¿Estas conscientes de lo que acabas de decir? Es un tema del que no se debe jugar.

Frunzo el ceño. — No estoy jugando. Estoy diciendo la verdad. Joaco, desde que te vi aquella vez en el supermercado lo sentí. Mi lobo te reclamó. Lo sé, eres mi Omega, mi pareja destinada.










Simplemente no podía ser. No podía.
Boqueaba cómo un pez fuera del agua, no sé qué decir. Estaba en un shock total.

— Emilio no... —suelto todo el aire y lo miro. — Es una locura todo lo que dices. Yo no sé lo que es el amor, jamás he sentido algo como esto. Nadie jamás me ha pedido ser cortejado y menos nadie me ha reclamado...

No mentía. Mi papá siempre se encargó de decirme toda la vida que nadie va a llegar a amarme y que no merezco amor. Que yo estaba sucio y que era un Omega roto.

— Soy un Omega roto... No sé si pueda corresponderte ahora..

Emilio se levanta y coloca su silla junto a mi, seguido de eso me abraza, suelta sus feromonas y eso me tranquiliza rápidamente, mi Omega ronronea a gusto y no puedo evitar abrazarlo de vuelta.

Abrazarlo se siente muy bien. Se siente correcto. Pero esa voz de mi padre en mi mente me traiciona y me dice que Emilo miente y que no me ama como dice.

— No eres un Omega roto. Desde ya siento que... que te amo... Yo me encargaré de darte el significado del amor. Quiero cuidarte, quiero estar siempre a tu lado, cada día de tu vida... Nací para cuidarte y protegerte de todos. —susurra en mi oído. Él se encarga de acariciar mi cabello y mi espalda, sus manos son suaves al igual que sus caricias. Me siento tan pequeño a su lado.

— No sé si estoy listo... —mis lágrimas salen, suelto un sollozo y siento que él me abraza mas fuerte.

— Esperaré a que estés listo. Quiero que te tomes todo el tiempo necesario, piénsalo con cuidado. Después me dices lo que me tengas que decir. Solo... —deja un tierno beso en mi sien. — Solo por favor dejame cuidar de ti. Dejame curar poco a poco tus heridas. Seré el mejor Alfa para ti, te conquistare con palabras y hechos.

Y eso hace que suelte mas lágrimas.

Después a mi mente viene Seidy. Aquella chica rizada que me odiaba y ahora veo el porqué. Dios, no quiero no siquiera pensar en qué hará si se entera de esto. Se va a poner tan furiosa y me hará la vida imposible.

— ¿Que hay de Seidy? Ella... Ella me va a odiar. De por sí ya lo hace...

Emilio se separa de mi cuerpo, suelto un pequeño quejido ya que no siento más su calor. Me sonrojo inevitablemente.

— Corte todo lazo con ella. No voy a casarme. —confianza.

¿Que?

— ¿Como dices? ¡Emilio! Ella esta embarazada. ¿Cómo que no vas a casarte? —alzo la voz, muy alterado. ¿Cómo es que Emilo pudo hacer algo así? — ¡Tu papá! Él... Él va a matarme. ¿Lo sabe?

— Joaquín tranquilo. Quiero que te calmes por favor. —exige. Yo le hago caso, pero aún así no puedo evitar estar muy preocupado. — Mi papá sabe absolutamente todo. Le dije y lo tomó de la mejor manera y nos apoya a ambos. Seidy también lo sabe, terminé con ella porque no podía estar con ella teniendote a ti, a mi verdadera pareja destinada viviendo en la misma casa.

¿Terminó con ella por mi? Alfa tonto. Emilo es un Alfa tan tonto.

Sacudo mi cabeza en negación. — Eres muy tonto por hacer eso.

— Tonto por ti. —sonríe.

Y ahí está otra vez este sonrojo cada vez que él me coquetea.

En mis labios se forma un pequeño puchero, bajo mi vista a mis manos y comienzo a jugar con mis dedos. — Quiero ir a casa, por favor...

— Por supuesto, Omega, por supuesto. Nos iremos ya mismo.

Emilio llama al mesero que nos atendió y pide la cuenta.
Yo solo quiero a pensar. Tengo mucho que pensar.





Ya saben que hacer si ven faltas de ortografía, parezco disco rayado pero buano. Ayooosssss, nos leemos después ✌🏻

Miracle Donde viven las historias. Descúbrelo ahora