CAPÍTULO 10

1.3K 194 13
                                    

Me quedé estático a lo que mi mamá me acaba de decir.
Cerré mis ojos tratando de tranquilizarme.

— No... Mamá ¿que dijiste? No puedes estar hablando en serio...

Yo simplemente no lo podía creer.

— Lo que escuchaste. Tu te vas, yo me quedo. Ya lo decidí. —ella se oía muy convencida pero yo sabía que era una mala idea.

— Mamá, no. No. ¿Estas loca? Esa es una mala decisión. Si yo me voy tu vas conmigo. No pienso dejarte aquí con el animal de mi padre.

— Lo siento mucho Joaquín. Es mi Alfa, tengo su marca, si me voy, el lazo se romperá y yo me iré debilitando con el tiempo.

Yo comencé a llorar. No quería dejar a mi mamá aquí. Y mis hermanos también corren peligro.

— Mamá, por favor.... —la tomé de las manos. Quise tratar de convencerla pero la decisión ella ya la había tomado.

— Será mejor que recogas tus cosas antes de que él llegue. No debe de tardar.

Mi papá no llegará hasta que amanezca. Mi mamá es tan ingenua que no se daba cuenta de las cosas.
Yo sacudo mi cabeza — No mamá, no. Yo de aquí no me voy sin ti y sin mis hermanos. Mi papá no llegará ahorita. Llegará hasta el amanecer... No es la primera vez que lo hace.

Ella cierra sus ojos con fuerza. — ¡Vete Joaquín! ¡Vete ahora! Te haré un lunch y te daré mucha agua. Prepara tus cosas y que tus hermanos no te vean.

Me quede quieto. Es la primera vez que ella me gritaba. Mis lágrimas bajaban por mis mejillas
Yo estaba destrozado.
No dije nada y salí corriendo a mi habitación y comencé a guardar mis cosas. Solamente algunas cosas necesarias. Llene dos mochilas. Tomé mi chamarra ya que en las noches solía hacer mucho frío e incluso podría llover. No quería morir de hipotermia.

Mi mamá me hizo un pequeño lunch como ella dijo. Me dió mucha agua, al menos unas cinco botellas de plástico llenas de agua y comida. Mucha comida. La suficiente.

Mire a mi mamá a los ojos. Sus ojos tan vacíos. Eran hermosos, pero no tenían brillo. Yo podía sentir que ella también estaba sufriendo.

— Te amo, hijo. Por favor te pido que te cuides mucho... Un Omega solo puede correr muchos peligros. Pero eres fuerte y sé que vas a lograr sobrevivir. —acaricia mi mejilla, besa mi frente y me envuelve con su aroma suave. — Ve a ese lugar donde me dijiste. Tienes razón, no toda la gente es mala... Solo que hay poca... Tal vez una familia de buen corazón pueda darte trabajo...

Asentí y me deje abrazar por ella. Me dolía dejarle. Mi papá es una bestia. Quien sabe que podría hacerle en mi aucencia. Y mis hermanos. Dios, los extrañaré demasiado. Pero lo que hago es por y para ellos. Ahorrare. Compraré una bonita casa, voy a entrar a la escuela y estudiaré una carrera para poder ganar dinero. Sacaré a mi mamá y a ellos de aquí. Nos iremos lejos, en dónde nadie puede encontrarnos. Iniciaremos una nueva vida. Solo nosotros.

— Mamá escúchame bien. —la tomé de sus mejillas y la obligue a mirarme. Ambos estábamos llorando. — Te llamaré. ¿Si? Todos los días. No se como, pero te juro que lo haré. En cuento tenga dinero y un departamento asegurado, te juro por mi vida que te sacare de este infierno. Ya no vas a tener que sufrir mas. Seremos felices, merecemos ser felices. —di muchos besos en ambas mejillas y en su frente. — Y por favor, tu también cuidate mucho... Y cuida a mis hermanos... Dile que los amo mucho y que pronto nos vamos a volver a ver.

— Te amo, hijo...

— Yo mucho más, mamá...

Y me fui. Salí a la calle. El sol ya se estaba ocultando.

No pude despedirme de mis hermanos. Sería una tortura. Sería aún más dolosoro.

¿En donde me quedaría? Ni yo lo sé. Pero como dije: Lo que sí sé, es que todo esto lo hago por mi familia.

Miracle Donde viven las historias. Descúbrelo ahora