Capitulo 4

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El tercer día como estudiante oficial de la U.A. se apreciaba bastante atareado, pues tenían que mover sus pertenencias para comenzar a vivir oficialmente en las residencias estudiantiles, este día las clases fueron obviamente canceladas, pues todos los nuevos estudiantes de veían atareados de una u otra manera al tener que moverse de establecimiento.

Cierto joven de verdosa cabellera revuelta se hallaba corriendo de un lugar a otro transportando sus pertenencias y las de cualquier persona que le pidiese ayuda, lo cual le dejaba bastante agotado, pero al pensar en ello como un entrenamiento que ayuda a otras personas le daba más que energía suficiente para seguir corriendo de un lado a otro con cajas, bolsas y maletas propias y ajenas. El pequeño de viridian mirada tenía un par de brillantes gotas de sudor recorriendo aquella uniforme frente medianamente oculta por cabellos rizados de tono esmeralda, se mantuvo ayudando, moviéndose y transportando objetos por horas, terminando locamente cansado, reposando en el frío suelo de la entrada a la residencia, respirando profundamente e intentando recuperar su notoria fatiga, más aún cansado y con los músculos doliendo enormemente sonreía ampliamente, durante todo el día hasta la llegada de la tarde se sintió útil y de ayuda, sentimiento que miles de veces añoró en el pasado.

Interrumpiendo su momento de reposo, entró en su campo de visión cierta mirada azabache, proveniente de un sonriente joven de larga y lacia cabellera, quien casi de inmediato llegó tomó asiento al lado del fatigado chico, quien con su jade mirada le sonrió y saludó amablemente.

-Hola Sero-kun, ¿qué tal?, ¿Estás cansado?- Preguntó curioso al ver cómo su contrario suspiraba con los pómulos suavemente teñidos de bermellón. En respuesta, el azabache le miró fijamente sin borrar su sonrisa y a los pocos segundos respondió con energía
-Un poco jeje, oye Midoriya, oí de Denki que estarías en la pijamada de hoy, me preguntaba si podrías ayudarme con eso- le comentó el azabache son su habitual sonrisa y una evidente pena, probablemente por verse obligado a pedir ayuda cuando debía ser el quien organizara la pijamada junto a Kaminari, más sorprendentemente a su contrario pareció iluminarse su brillante mirada de esmeralda pura, y casi de inmediato contestó.

-¡Claro!¡Me encantaría!- Contestó entuciasta y con una gran sonrisa que pareció borrar completamente la fatiga de quién recibió la cálida respuesta, Sero sonrió aún más y rascó su nuca mientras sentía en el pecho cierta cálida sensación que parecía extenderse por todo su cuerpo haciendo que sus mejillas ardiesen, sin razonamiento previo pensó instantáneamente en cuán agraciado era el joven frente a sí tanto física como emocionalmente.

Entro así en un suave trance en el cual apreció cada parte observable del ojí verde, quien aún sonriendo espero pacientemente por respuesta, tal como haría el más educado ser de este mundo, hasta que finalmente el joven de lacia y oscura cabellera abrió la boca bastante alterado.

-A-ah ¡Bien entonces!, ¿Te parece si vamos a por Denki y organizamos todo rápido? Digo, si no estás muy casado...- Los sonrientes labios del pelinegro se contraían intentando ocultar con una sonrisa su bastante evidente vergüenza.
-Claro, tengo algunas ideas en la mente, sería genial poder ejecutarlas con todos ustedes, vamos entonces con Kaminari-kun- Sonrió levantándose del suelo y extendiendo su mano al joven de almendrados ojos con quién mantenía una conversación, el cual la tomó sin escatimar y se levantaron ambos, para posteriormente dirigirse a la habitación del mencionado chico de aguda mirada narciso.

Una vez ahí, aunque habían llegado ambos de imprevisto, el jóven de cabellos teñidos de sol les recibió con una sonrisa amigable y de inmediato tomaron asiento para planear a corto plazo la pijamada programada para esa noche.

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