Capitulo 11

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La hora de entrenamiento se acercaba cada vez más, y el alegre joven de mirada de jade movía con insistencia sus pies que no alcanzaban el suelo, en señal de impaciencia y cuando no pudo aguantar más si emoción finalmente llegó la hora de ir a los vestidores para cambiarse y entrenar.

Al fin habían llegado, Izuku observó con detenimiento y asombro cada esquina de los vestidores como si fuera la habitación más increíble que haya visto, muchos de los presentes simplemente rieron por lo bajo ante la tierna e infantil acción del joven de cabellera esmeralda

Y cuando finalmente comenzaron a cambiarse Izuku cayó en cuenta de que tenía que estar prácticamente desnudo frente a todos sus compañeros de clase, sus mejillas adoptaron un tenue bermellón que poco a poco se fue intensificando. Solo pudo tranquilizarse al pensar que ninguno de sus compañeros prestaría menor atención a su cuerpo, y pese a estar equivocado se tranquilizó y retiró suavemente cada una de las prendas en su dorzo, que a pocos momentos fue totalmente expuesto, permitiendo a los presentes observar y analizar la parte superior de su cuerpo.

Desde su delgado y largo cuello de un claro tono de leche, bajando lentamente hasta sus hombros delgados levemente enrojecidos que enmarcaban con delicadeza adecuada sus huesos, su marcada clavícula que bien podría ser delineada por un par de dedos con facilidad, después se hallaban sus marcados pero delgados pectorales, donde se ubicaban aquél par de botones tono cereza que se equilibraban a la perfección con su delgada espalda alta, dónde su columna y sus huesos se marcaban con goze de detalle, dando a desear el toque de cada parte de su espalda y de las tenues pecas posadas en el final de su cuello y hombros.

Más abajo, era apreciable su espalda baja por detrás mientras que por delante se enmarcaban músculos abdominales trabajados en su plano abdomen, que combinados con la inusualmente delgada cintura que no superaba los sesenta centímetros lucían evidentemente atractivos, sumado también su delgada pero ancha cadera marcada y su aparentemente suave vientre de tono blanquisco. 

Su complexión era digna de la envidia y admiración de chicas y chicos, pues la delgadez se mantenía en las extenciones adecuadas mientras que las zonas que necesitaban tener volúmen lo tenían, un cuerpo que fácilmente desearía cualquier persona que lo pudiese apreciar incluso un poco, justo como es ahora el caso de sus compañeros de clase.

Algunos, por no decir que la mayoría de los jóvenes presentes observaban incluso sin darse cuenta como Izuku se desvestía calmadamente, se retiraba las prendas con rapidez, pero para los espectadores el momento duró lo suficiente, lo suficiente para analizar detenidamente su agraciado y equilibrado torzo, y detuvieron sus movimientos cuando Izuku finalmente se halló totalmente desnudo en el tronco.

Le observaron atentamente y con la boca levemente abierta, mientras sus mentes no podían evitar imaginar cómo sería delinear con sus manos cada curva, zona y espacio de la lechosa piel del peliverde ahora expuesta, pensaban involuntariamente en cómo sería tocar con detenimiento la blanca pero no pálida piel que solo de aspecto lucía totalmente suave y brillante.

Tragaron saliva en conjunto cuando el joven de mirada de jade dirigió sus manos a su cadera, con la obvia intención de retirar sus holgados pantalones de uniforme, aquél odioso uniforme que no permitía apreciar la figura de reloj de arena de la que Izuku podía presumir.

Y cuándo finalmente Izuku retiró sus pantalones el color carmín subió hasta las orejas de quiénes observaban en silencio, y cumpliendo sus expectativas pudieron así apreciar el par de redondos glúteos regordetes cubiertos por cortos bóxers negros que los enmarcaban con detalle, y más abajo de hallaban sus pulcros muslos anchos que también se mantenían marcados debido a la actividad física que tonificaba sus músculos.

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