Capitulo 13

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–¡Deku!¡Ven aquí!– Retumbó un grito en un pasillo de los dormitorios, era Bakugou llamando a Izuku quién desayunaba en paz hasta dicho momento. En realidad, el joven de mirada escarlata estaba nervioso hasta la coronilla, y aunque pensó mil y ún maneras de acercarse al joven peliverde para pedirle hablar terminó haciendo lo de siempre, arrepintiéndose un par de segundos después al notar que el joven de mirada esmeralda le miraba en silencio, más antes de que su nerviosismo fuese expuesto el de oliva cabellera se levantó de su asiento en la sala de estar.

–¿Qué sucede Kacchan?– Cuestionó con desgane pero sin sonar grosero, como si fuese un simple desconocido con el que era cortés por obligación, estrujando el corazón del mencionado rubio cenizo, más no se detendría.
–Ven a mi habitación después de clases.– Ordenó, intentaba sonar calmado para no asustar a Izuku o sonar amenazante, y después se retiró sin esperar respuesta del ahora atónito joven, quién sin más que hacer decidió continuar su día teniendo bastante presente la ahora programada cita con su amigo de la infancia.

–Midoriya-kun, ¿puedo hablar contigo?– Era el primer descanso del día y la mayor parte de integrantes de la clase reposaban charlando desde sus pupitres, presenciando todos el momento en que cierto joven semialbino se levantaba de su asiento en si...

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–Midoriya-kun, ¿puedo hablar contigo?– Era el primer descanso del día y la mayor parte de integrantes de la clase reposaban charlando desde sus pupitres, presenciando todos el momento en que cierto joven semialbino se levantaba de su asiento en silencio directamente hacía el de Izuku solo para preguntar directamente sobre una charla. Todo el salón se mantuvo en silencio por un par de segundos e incluso el antes durmiente profesor de la clase abrió los ojos y los dirigió hacía la escena con su habitual expresión cansada.

–¡Claro Todoroki-kun!– Respondió con alegría el joven, cerrando los ojos en una cálida sonrisa que enterneció el corazón de cada alma presente, acto seguido el mencionado tomó la mano del joven de cabellera oliva tirando de ella y llevando a ambos fuera del salón, mientras toda la clase les miraba, ya sea con curiosidad, duda, asombro y tal vez un poco de celos.

–Y...¿De que querías hablar Todoroki-kun?– Le sonrió, pues habían ambos llegado a una aislada esquina del jardín escolar, como un pedacito que siempre pasaba desapercibido, perfecto para un escondite.
–Y-yo...bueno...la verdad...– Titubeaba el hablar del joven más alto, pues aunque tenía muchos planes en cuánto se halló frente al peliverde todo se fue directo a la mierda, maldijo en silencio buscando palabras.– Lo siento por haberme comportado tan mal contigo cuando los conocimos...y otras veces también...– Ofreció disculpas sin un plan estipulado, nervioso por la reacción de su contrario ocultando dicho sentimiento detrás de su actitud calmada y expresión medianamente neutra.

–Oh...era eso...jeje...No te tienes que preocupar por eso Todoroki-kun, muchas personas me han tratado peor y no soy del tipo que guarda rencor por cosas como esas, pudiste haber tenido un mal día o simplemente pudiste no haber podido expresarte y es normal, no me voy a enojar por eso– Le respondió en un tono calmo, llenando de calidez con sus palabras y calmando la ansiedad en el corazón del semialbino, quién sin saberlo se sintió lleno, lleno de aquello que nunca le dieron, comprensión.

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