Capítulo 12

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Izuku caminaba con sumo nerviosismo y expectativa reflejados en sus expresiones y hasta en su andar a lo que su compañera de púrpura mirada rió.
–No te preocupes Midoriya-Kun, yo también estaba nerviosa la primera vez que fuí pero todos son muy amables y además Mina también está ahí, así que no estarás solo– Le animó sonriente, sonrisa que el apenado joven de mirada de jade, el cual se hallaba también un poco sorprendido, pues su compañera parecía inicialmente una chica reservada y de pocas palabras, más al hablar sobre algo de su interés realmente daba largos discursos sin titubear, lo que le parecía tierno, por lo que no la interrumpía cuándo comenzaba a parlotear con emoción y simplemente escuchaba atentamente en silencio.

Transcurrieron los minutos uno a uno y finalmente los dos jóvenes llegaron a su destino, Izuku se mantenía nervioso y expectante, mientras que el aura de su compañera irradiaba emoción.
–¡Ven, ven! Pasa, tienes que ver todo Midoriya-Kun– Le indicó acelerada mientras tomaba la mano del mencionado incitandole a entrar al pequeño edificio que transmitía un ambiente artístico y exaltante, ambiente que Izuku notó de inmediato, posó su mirada de jade en tanto lugar pudo ver e inspeccionó con suma curiosidad y delicadeza todo lo que se hallaba a su alrededor, llegando a olvidar la inquietud que hasta hace un par de segundos le abrumaba.

–¡Presidente!¡Chicos! ¡Traje al nuevo que les mencioné!– Gritó Jirō sin vacilar un poco mientras arrastraba a Izuku a un gran par de puestas de opaco cristal, mientras esté último volvía a su estado anterior totalmente tenso por lo que pasaría al entrar.
Finalmente Jirō abrió de imprevisto ambas puertas con fuerza, dejando ver a cinco jóvenes dispersos por la habitación mirando todos en dirección a dónde se encontraba nuestro chico de cabello esmeralda.

–H-hola...E-encantado de conocerlos, soy Izuku Midoriya...un placer...– Se presentó apenado hasta la médula para después voltear la mirada tan rápido como pudo antes de que su rostro entero se tornara de carmín.
–¡Hey! Nos dijeron que cantas muy bien, un gusto igual jaja, soy Yō Shindo, el presidente del club– Le sonrió un joven alto y de complexión musculosa a la vez que extendía su mano al peliverde, y una vez que éste la tomó con torpeza, el más alto le atrajo hacía sí en un abrazo, tomándole por el cuello para después arrastrarlo hacia el resto de chicos.
–El es Natsuo Todoroki, no viene a menudo pero el muy imbécil toca muy bien la bateria– Explicó Shindo entre risas de burla, en respuesta el mencionado bufó con enfado y arrebató a Izuku de entre los brazos del castaño chico.

–Hola Midoriya-Kun, soy Natsuo Todoroki y si no te molesta seré yo quien te presente a todos– Le habló sonriente un chico aún más alto que el castaño, con un gentil tono blanco nieve en la cabellera y un par de diamantes grises por ojos, su actitud era tranquila y amable, haciendo que Izuku entrará de inmediato en un estado de confianza con el joven.
–Si, no hay problema amm...¿Todoroki-senpai?– Le preguntó al final ladeando la cabeza con ligereza, mientras el mencionado joven de orbes plata mostraba una expresión sorprendida que mantuvo por un par de segundos.

–N-natsuo, Natsuo está bien.– Le respondió con apresuro.
–¡Está bien, Natsuo-senpai!– Pronunció sonriente mientras asentía un par de veces.
–Bueno, entonces vamos te presentaré a todos– Le sonrió en grande, bastante satisfecho.

–Ella es Mina Ashido y aunque supongo que ya la conoces, ella es la mejor bailarina que haya conocido.– Señaló con el antebrazo a la joven quién sonrió en grande en dirección al joven de mirada esmeralda, quién correspondió la expresión.
–A Jirō ya la conoces, es una de nuestras mejores cantantes– Y la mencionada desvió la mirada avergonzada por el halago.

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