Capítulo 9

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Por fin es mi turno de abordar. Soy la única, como siempre. Camino por el pasillo que queda entre los asientos buscando el puesto que me han asignado <<A 12>> hasta que lo encuentro. Pienso en lo aburrido que será el viaje porque no tendré a nadie con quien hablar o eso pensé.

Cuando por fin veo mi asiento <<A 12>> veo a la persona que está sentada justo al lado de mi puesto y me deja pasmada. Es Simon. ¿Qué hace aquí? ¿Por qué no está con Samanta? Mi cabeza me amenaza con volverse loca.

Miro al asiento de atrás, ahí está Samanta junto con un extraño. Delante de nosotros está Abril y Derek. En el centro del avión está Daniel e Isaac, detrás de ellos está Sebastián y Betty que también están a nuestro lado. Por último está Marcos y Melanie.

Impactada me siento al lado de Simon y me avergüenzo cuando paso mi trasero por su cara al intentar pasar hacia mi asiento. No pido perdón, solo me ruborizo al igual que él. Las personas nos quedan viendo por nuestra ropa, gracias al refugio pude cambiarme la ropa que me había prestado Simon la noche anterior, pero ésta nueva ropa me queda demasiado grande. Abrocho mi cinturón y me acomodo en la silla y la inclino un poco hacia atrás, son casi las tres, el vuelo debe salir a las tres en punto de la tarde y llegar aproximadamente a las cuatro de la mañana. Lo peor de esto es que mis clases empiezan a las ocho de la mañana. Sí, cuatro horas. Cuatro horas que tengo que aprovechar al máximo y descansar lo suficiente para iniciar el nuevo semestre. Mi segundo semestre.

— ¡Estás muy cómoda! — dice Simon sonriendo y sacándome de mis pensamientos.

Me doy cuenta en la posición en la que me encuentro y me avergüenzo. Tengo los pies encogidos hacia mí y estoy de espalda hacia él mientras veo por la ventana.

—Si...— digo y una de las azafatas me interrumpe.

—El comandante Fuentes Alias «Pirri» y su tripulación, en nombre de la compañía Charle's Les damos la bienvenida a bordo de este avión con destino a Los Ángeles, con una duración aproximada de trece horas y diecisiete minutos a partir del momento del despegue. Por favor, hagan uso de los cinturones de "seguridad", cierren sus mesitas, dos golpecitos con la rodilla en el respaldo del señor de delante y absténganse de fumar durante este vuelo. Gracias. — termina de decir la azafata y el avión comienza a moverse hacia la pista de despegue.

Miro nuevamente hacia la ventana y veo el pequeño pueblo de Boom en Bélgica, los pocos días que hemos estado aquí y hemos vivido varias aventuras, una de esas fue la más impactante, la más riesgosa y la que más adrenalina me produjo. En el fondo de mi corazón guardo un poco de cariño a este pueblecito, aunque es la primera vez que vengo, pudo atrapar parte de mí y de mi corazón, además que de seguro mi nombre, al igual que el de mis amigo aparecerán en los periódicos de todo el país y seremos historias. Más que todos seremos conocidos como: los universitarios que casi mueren en otro país en un atentado a un político de este país.

El avión por fin inicia la carrera de despegue, Aprieto mi cinturón a mis caderas. Cuando el avión despega del suelo, pura casualidad miro hacia mi lado derecho y veo a Simon. Tiene los ojos cerrados, la boca y las manos apretadas fuertemente. Está... ¿Asustado?

— ¿Estás bien? — digo cuando el avión alcanza la altitud crucero.

—Si... — dice y suelta su largo suspiro — no soy amante a las alturas. Si no estuviéramos del otro lado del mundo, te juro que me hubiese optado por ir en bus — termina de decir.

— ¿Tienes miedo a las alturas? — digo y en ese momento me doy cuenta de que lo dije muy alto porque Simon me tapa la boca con su mano, pero es muy tarde porque Derek que está delante de nosotros voltea hacia nosotros al igual que Abril

Arlet - (En Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora