Capítulo 38

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Simon


Abril estaba cargada en cólera al enterarse de que Derek sus sospechas eran ciertas. Derek era el impostor que ha estado pasando información a Lyam todo este tiempo.

El timbre suena y es Marcos quien se levanta a abrir la puerta principal.

—Espera— dijo Daniel — ¿Quién podría estar tocando? Se supone que nadie sabe dónde estamos.

No puede ser. ¿Y si es Lyam? ¿Si Derek ya les dijo nuestra ubicación y ahora vino a matarnos? No lo sé y tampoco lo quiero averiguar. Veo a Daniel que está viendo a Abril, mientras que ella está concentrada viendo hacia la puerta.

— ¿Y si es Derek?— pregunté — qué tal si viene con Lyam para matarnos.

—No, no es Derek— dijo Sam— su ubicación en el computador no está en movimiento, todavía sigue en el bosque.

— ¿Entonces quién podría ser?— dije.

Abril se levantó decidida y abrió la puerta. Era el detective Mike.

—Detective Jones ¿qué hace usted por aquí?—le dijo Abril.

—Estoy cumpliendo con mi trabajo— dijo el detective— dentro, muchachos.

Alrededor de seis policías entraron a la casa, armados, comenzaron a revisar el lugar. Cada esquina de la casa.

— ¿Qué está pasando?— preguntó Abril confundida.

—Que no se le haga raro, querida Abril, que ustedes estén siendo investigados por el secuestro de Arlet.

Parece que estamos en problemas.

—Mi equipo de investigación estuvo detrás de ustedes todo este tiempo, a ver si ustedes nos llevarían al paradero de Arlet— continuó el detective— no sé si este sea el paradero donde está Arlet pero, mi equipo vio un arsenal de armas bajo su posesión. Lo cual es de sospecha, así que pedimos la orden a un juez para poder entrar a esta vivienda— el detective sacó una hoja en la que estaba escrito la orden de revisión— que por cierto, no les pertenece a ninguno de ustedes.

Nadie dijo nada, todos nos quedamos quietos y esperamos por un momento.

—Lo ve detective, no tenemos armas— la voz de Sebastián se escuchó detrás de mí, luego de que todos los policías salieran de la casa con las manos vacías, como era de esperarse.

Lo que no sabían los policías es que el arsenal de armas estaba guardado en el auto de Daniel.

—Lamentamos la interrupción— el detective estaba derrotado—que tengan buen día. Andando— ordenó a los demás policías que venían con él.

Vimos como todos los policías se subían en tres camionetas diferentes y salían del vecindario. Por un momento me asusté que llegarán a preguntar por qué estábamos en esta casa abandonada y que estábamos planeando. Abril cerró la puerta y le colocó el seguro. Volvimos a nuestro estudio donde el único que permaneció ahí sentado fue Sam.

—Necesitamos saber si en realidad Derek es el impostor—Abril tiró el móvil en la mesa.

—¿Qué más pruebas quieres, Abril.—le dije enojado, pues ya era más que suficiente que siguiera buscando alguna otra prueba cuando en verdad todos sabíamos que Derek es el impostor.— Está más que claro que es él.

Abril comenzó a llorar. Por un momento me arrepentí de hablarle de ese modo, pero es la verdad y la verdad duele.

—Mira — volví a decirle luego de suspirar tratando de calmarme—sé lo que debes de estar sintiendo en este momento, crees que Derek no es el impostor y el que ha estado pasando toda la información que hemos estado planeando a Lyam porque es tu novio. Tal vez nunca llegaste a dudar de él porque creíste que él nunca te traicionaría. Pero, ya ves que si fue así. Te acaba de traicionar a ti y nosotros. A todos. Incluyendo a Arlet que ella es la razón por la que estamos aquí— tomé un respiro— Sé que nunca pensaste que tu "novio" te hiciera algo así. Sé también que lo que estás sintiendo es horrible. Pero lo hecho, hecho está. No hay como retroceder el tiempo.

—Es un completo idiota—Abril golpeó la mesa— ¡Maldito! Me hizo confiar en él para botar nuestro plan a la basura, seguro que Lyam se debe de estar burlando de nuestro absurdo plan.

Todos caímos en cuenta. El plan estaba arruinando. Lo poco que habíamos planeado ya no servía. Estábamos perdidos, no teníamos un plan b como llegar a esa maldita cabaña.

—Estamos perdidos — dijo Sebastián—él sabe todo. Sabe cómo los atacaríamos, sabe cómo entraremos.

—Esto no puede ser cierto— Sam se levantó de su silla—No podemos dejar a Arlet, mi hermana ahí. No podemos dejar a tu mejor amiga allí dentro— miró a Abril— No podemos dejar a su prima, su familia ahí con ellos— miró a Sebastián y Marcos— no podemos dejar a tu amor de infancia, como decía ella porque todo el tiempo ha alaba de ti hasta que vino a la universidad, día y noche soñaba con volver a encontrarte, soñaba que ambos se casarían. Todo era un cuento de jadas para ella, eras su príncipe azul quien la rescatará del dragón sobreprotector que es su hermano.

Las lágrimas amenazaron con salirse de mis ojos, pero no lo permití. Mi corazón comenzó a latir más rápido de felicidad, la sensación de mariposas en el estómago comenzó a sentirse en mi estómago. Fue tanta la sensación que me causó ganas de vomitar por los nervios que me produjo. Yo también soñaba con volverla a encontrar y lo hice, con ayuda de Marcos Y Sebastián, mis mejores amigos. También quería casarme con ella, tener hijo y hacerla mi mujer. Soñaba con salir a la calle y presentarla a mis amigos como mi señora esposa. Que mi grupo de amigos me dijeran trae a tu esposa, o que me preguntaran ¿cómo está tu esposa, Arlet? Pero todo lo veía complicado por El dragón sobreprotector de su hermano. No es que le tuviera miedo a Sam, solo que es la familia de Arlet y conociendo a Arlet lo poco que la conozco sabría que ella no elegiría a nadie sobre su familia. Aunque la tratase mal—es solo un ejemplo, no es que la traten mal. Está bien que cuiden de ella— ella siempre escogería y escogerá a su familia encima de cualquier otra persona.

—La traeremos de vuelta, no te preocupes—Abril le aseguró a Sam.

Todos, a excepción de Sebastián estamos llorando. Él quería hacerse el fuerte, pero conozco muy bien a mi mejor amigo y sé que en el fondo su corazón le dolía lo que estaba pasando y estoy seguro que cuando tenga un momento a solas llorará y se desahogará. Dejará salir todo lo que se está guardado dentro.

—Somos un equipo—Sam abrazó a Abril, luego, Abril abrazó a Marcos, Marcos a Sebastián, Sebastián a mí y yo a Sam. Nos abrazamos formando un círculo, todos juntamos nuestras cabezas.

— ¡Por Arlet! — coloqué la mano al frente, luego cada uno repitió Por Arlet y colocaba su mano encima de la mía y las alzamos.

— ¿Qué haremos ahora con Derek?—Sebastián preguntó, pero sé que se arrepintió de inmediato.

—Acaba de entrar en nuestra lista negra, al igual que Lyam y su gente—Abril sonaba segura de lo que decía. Era obvio que ya no quería saber más nada de Derek.

—Por lo menos tenemos sus armas—Marcos habló.

— ¡Claro! Sus armas—Daniel caminó hacia fuera. Abrió la puerta y luego escuché el sonido del carro al asegurarlo con el control— Aquí están.

Daniel había traído las armas dentro de la casa, todos comenzamos a verlas pero nadie las tocó. El móvil de Abril se encendió y del el salió el sonido de una notificación: un mensaje. Ella lo agarró y lo miró. Su semblante palideció al ver su móvil.

— ¡La van a matar! —Exclamó —Van a matar a Arlet.

Arlet - (En Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora