Capítulo 15

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—¿Aló?- dice Lyam luego de que sonara su celular -Si, es momento de iniciar nuestro plan - continúa - ¿Cuándo vendrás? Necesito que estés aquí lo antes posible - lo escucho a través de la puerta, mientras me recupero del sueño del que acabo de salir.

«¿Quién será la persona al otro lado del teléfono?» me preguntó mentalmente. Estoy lo suficientemente lejos como para poder reconocer la voz de la persona que está al otro lado del teléfono. Me intento levantar muy despacio de la cama sin hacer ruido, pero me es imposible porque cuando doy el primer paso para dirigirme a la puerta y poder escuchar mejor, un sonido ensordecedor resuena a mi espalda. Una cadena. Agacho la mirada hacia el suelo y ahí está, una cadena atada a mi pie derecho lo suficientemente larga para que pueda caminar.

-¡Espera! - escucho nuevamente a Lyam del otro lado de la puerta - Parece que se ha levantado.

Los nervios se apoderan de mi cuerpo y la adrenalina sube al cien, escucho unos pequeños pasos hacia la puerta y no dudo ni un minuto en volver rápidamente a la cama y hacerme la dormida. Efectivamente, Lyam entra en la habitación a ver si era yo la del sonido, rezo porque Lyam no note mi respiración agitada a causa de los nervios y de la adrenalina que en estos momentos están haciendo una fiesta en mi cuerpo.

-No, sigue dormida. Al parecer solo se movió he hizo sonar la cadena - continúa Lyam mientras que se sienta en una pequeña silla que está dentro de la habitación- pausa - No, como crees. No sospechó nada de nada - otra pausa mientras esperaba la respuesta de la persona al otro lado del teléfono - Si, fue más fácil de lo que pensé. Lo que necesito ahora es que tú estés aquí ayudándome. Sabes que sin ti no puedo hacer el lado rudo del plan, no soy capaz de tocarle un pelo.

Mi corazón decidió unirse a la fiesta que tenía la adrenalina y los nervios en mi cuerpo, tanto así que amenazaba con salirse por mi boca, o peor aún, detenerse de repente. ¿Cómo era posible que Lyam me tuviera aquí? ¿Porqué? ¿Me dijo que iba a cambiar? Muy bien, ahí está el problema. Le volví a creer.

«"El que una vez lo hizo, lo vuelve hacer dos y tres veces más"» las palabras de Abril viene a mi mente cuando me decía de que no debería de darle otra oportunidad a Lyam. Ella sabía que luego de que yo le terminara el regresaría con su orgullo en alto y ahora sería mucho peor de lo que era antes.

-¿Ya estás llegando? - pregunta Lyam - ¿Porqué tardas tanto?

-Tardaré lo que tenga que tardar. He dicho que voy en camino - es lo poco que puedo escuchar de aquella voz que he escuchado en algún lado. Me es familiar, pero no lo suficiente para recordar a quien pertenece.

Lyam se levanta de la silla y sale de la habitación cerrando la puerta detrás de él. Abro los ojos poco a poco para confirmas de que en verdad se ha ido y no dudo nuevamente en levantarme, pero esta vez agarro la cadena para no generar ruido, otra vez. Con mi mano derecha recojo la cadena para saber de dónde está enganchada. Resulta que en la pared hay una pequeña estructura de metal de la cuál está enganchada la cadena. Para mí suerte, la cadena no es tan pesada y me permite arrastrarla con facilidad. Camino nuevamente hacia la puerta para intentar escuchar más de la conversación que tiene Lyam con quién sabe quién pero antes de llegar, está se abre y Lyam entra a través de ella.

-¡Arlet! Despertaste - me dice con una enorme sonrisa en la cara mientras guarda su teléfono en el bolsillo de su pantalón, al parecer ya ha acabado su llamada.

-¿Porqué estoy encadenada? - pregunto.

-Déjame explicarte - dice mientras me toma del brazo.

-¡Suéltame! - digo y quito mi brazo fuertemente para liberarme. Él alza las manos en señal de derrota.

-Toma asiento - dice señalando la cama mientras el se sienta en la silla en la que había estado sentado hace algunos minutos en frente de mi cuando me hacia la dormida - Te diré la verdad.

Arlet - (En Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora