Capítulo 35

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Arlet

Luego de haber llegado de la oficina de Lyam y haberme enterado de todos esos asesinatos de esas pobres mujeres a mano de su novio, volví a mi habitación— O la habitación que me había tocado por obligación— mi teléfono móvil vibraba en la primera gaveta de la mesa de noche. Cuando lo prendí, vi la notificación. Un mensaje de Abril.

«Los chicos acaban de llegar»— leo— «Es momento de sacarte de ahí, y Marcos se encargará de rastrear tu teléfono móvil para dar con tu ubicación exacta. Por eso, es muy importante que mantengas tu dispositivo encendido y con la opción de "ubicación" encendida»— hice una pausa— «Hagas lo que hagas, no apagues el móvil» «Te vamos a encontrar»

Una gran alegría recorrió mi cuerpo. La sensación de paz que sentí en ese momento al entender que ahora estaban todos juntos, sanos y salvos, planeando la forma en la cual me sacarán de aquí, fue inmediata. No quería que esa sensación se fuera. Pero como lo bueno dura poco, la sensación se esfumó cuando Lyam entró en la habitación. Tuve que guardar rápidamente el móvil cuando Lyam entró en la habitación.

Entró muy extraño, con los brazos detrás de su espalda ¿Ocultaba algo? ¿Quería parecer tierno? No lo sé, tampoco lo quería averiguar. Aunque lo que sí sabía, era que venía por sexo y eso era lo que yo le daba para poder ganarme su confianza. Necesito poner a comer de mi mano a Lyam. Que haga todo lo que yo quiera, para cuando Abril tenga su plan y quiera venir a por mí, y si la única manera de tenerlo comiendo de mi mano—Que haga lo que yo diga, o al menos que me deje utilizarlo— era teniendo sexo, pues estaba dispuesta a dárselo. Al fin y al cabo, no lo hace tan mal.

Detrás de su espalda saca un pote de helado, lo abre y comienza a dármelo jugueteando como las madres juguetea a sus hijos pequeños cuando no quieren comer, el avioncito era lo más patético e infantil que pensé que llegara a hacer Lyam. Pero, le seguí la corriente. Me hice pasar por una idiota en ese momento. Luego, metió la cuchara en mi boca. Limpió mi labio e introdujo su dedo en mi boca. Me quise morir cuando sentí el sabor de su dedo. Sabía a tierra y el sabor salado era inevitable, aparentemente sus dedos estaban sudados. Aunque quise correr para vomitar, me aguanté e hice mi mejor cara de placer.

Lo estaba disfrutando, él lo disfrutaba y yo disfrutaba que él disfrutara mi mentira, mi plan.

Saca su dedo de mi boca y se lo lleva a la suya, el estómago se me revolvió cuando vi su uña llena de tierra, debajo de la uña que estaba un poco larga, estaba negra. Pará tratar de disimular, bajé la mirada hacia la cama, pero me concentré en su bulto que se asomaba en su pantalón. «Está funcionando» pensé. Lo confirmé cuando él mismo condujo mi mano para que yo sobara su polla. Lo hice, daba movimientos de arriba a abajo, acariciando su larga polla. Pude sentir como sus testículos se movían. En un abrir y cerrar de ojos, Lyam ya había desajustado su pantalón y vi como sacaba su polla. Por mi parte, comenzaba a humedecerme, pero me resistí. Tenía que mantener el control, no podía descontrolarme ante mi excitación, no quería que llegara a pensar que me muero por él.

Justo cuando me había pedido que chupara su polla, el timbre sonó. Él se levantó y se fue a abrir. Esperé a que saliera de la habitación para asomarme por la puerta y ver quién había llegado. Cuando abrió, vi las personas que entraban por la puerta: primero entró un joven bajo, un poco flaco y con el cabello largo, luego entró otro más algo que el anterior y solo tenía un tatuaje en el brazo derecho. Tenía el cabello más corto, pero su musculatura era más grande. También, su brazo izquierdo estaba totalmente tatuado y en el derecho tenía el mismo tatuaje. El siguiente era alto, pero no tanto como el que acababa de entrar, era aún más musculoso que los dos anteriores y también tenía el brazo izquierdo tatuado, además de eso, por debajo de su camisa también vi un tatuaje en su pecho y también tenía el mismo tatuaje en el brazo derecho. « ¡Por Dios!»—Exclamé luego de ver sus zapatos Skopp color negro sin cordones que había visto. Fue él quien entró en la oficina de Lyam el mismo día que yo entré. Eran los mismos que habían venido hace algunos días. Pensé que ya habían sido todos, por los menos eran los mismos que habían venido la otra vez. Pero faltó uno más, cuando entró quedé helada. El siguiente que entró fue Derek, el novio de Abril, mi mejor amiga.

Arlet - (En Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora