Capítulo 46

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Sebastián



Metí las patas.

El forcejeo entre Simon y yo tuvo como consecuencia un lavabo roto y que Simon terminara inconsciente encima de la porcelana rota.

— ¿Qué fue eso?— escucho decir a las afueras del baño.

Alguien se acerca ¿Qué hago?

«Piensa rápido, Sebastián. Tienes que salir de aquí» — me digo a mí mismo, conservando la calma. Lo que menos me conviene en este momento es entrar en pánico. Con el dolor en mi alma, tengo que dejar a Simon ahí donde está. No puedo considerar que Lyam nos encuentre a los dos aquí.

— Volveré por ti, lo primero— le digo al cuerpo inconsciente de Simon, espero que pueda escucharme. Me vuelvo a trepar en la ventana justo antes de que la puerta del baño se abriera de golpe.

Cuando caigo al suelo, la voz de un hombre llama mi atención. Por un momento pienso que es Sam, pero su tono de voz no es igual.

— ¡Quieto!— dice la voz — Coloca las manos donde pueda verlas.

Hago caso. Levanto mis manos y me giro lentamente.

¡La policía! Estamos a salvo.

El bulto que hay en mi espalda me hace recordar el arma falsa que tengo. Decido sacarla lentamente de mi espalda.

— ¡Suéltala!— escucho al policía. Sin pensarlo dos veces, la suelto — levántate.

Me levanto suavemente.

— ¿Puedo saber tu nombre?

— Sebastián— respondo.

— ¿Por qué saliste por la ventana?

— Era eso, o que Lyam me atrapara— respondo.

No podía permitir que Lyam me atrapara, sé perfectamente que allá adentro sufriría, así como están sufriendo Marcos y Daniel.

— Agente Jones— volteo al escuchar una voz extraña detrás de mí.

Son más agentes.

El agente Jones que es el que está delante de mí, camina hacia ellos.

— Tenemos un 9-03— dice el agente Jones

— ¿Un secuestro?— pregunta el agente Tom.

— Si — confirma el agente Jones — Este es el caso de Arlet.

Al parecer este caso lo conocen muy bien.

— Al parecer el secuestro fue producto de celos por parte de su Ex novio— vuelve a hablar el agente.

— Adolescentes— esta vez opina la agente Micaela.

— Pues manos a la obra— dice el agente Pedro.

— No te confíes, están armados.

— ¿Armados?— pregunta Tom —¿Cuántos son?

— Al parecer son seis secuestradores armados y cinco secuestrados— respondo — por eso solicité el refuerzo.

— Pues entremos— Pedro recarga su arma y comienza a caminar hacia la entrada de la cabaña. Luego el agente Jones lo sigue y detrás de Jones va la agente Sara, Tom, Pedro, Juan, Carlos y por último Micaela.

Me encuentro con Sam, lo abrazo al ver que está bien. Él me acepta el abrazo.

— ¿Qué pasó allá dentro?— me pregunta.

Arlet - (En Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora