Capítulo 29

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Abril



—¿Qué ha dicho?— pregunta Derek.

—Nada importante, sólo que dentro de poco le darán de alta a Simon — digo — vendrán en el próximo vuelo.

—¿Solo eso?

—Si, ¿Por qué? —pregunto nuevamente— ¿Debió haberme dicho algo más?

—No — responde alzando los brazos en señal de derrota — solo preguntaba.

—¿Todo esto no te parece raro?— aclara Derek luego de unos minutos.

—¿A qué te refieres?

—Esto, lo que está pasando.

—Explícate mejor.

—Si, o sea, tratamos de rescatar a Arlet ¿Cierto?

—Si.

— ¿No te parece extraño el accidente? ¿Y si solo querían que no rescatemos a Simon?

—Derek, por favor. Explícate mejor.

—¿Qué tal que esto no haya sido del todo un accidente? — pregunta y detiene el auto para mirarme a los ojos —¿Qué tal si alguien nos está tratando de detener?

—¿Pero quién?

—No sé, ese es el problema.

—Sabes… algo en mi me dice que tienes razón — señalo con el dedo — Sebastián me dijo que Arlet lo había llamado para preguntarle por el estado de Simon.

Su cuerpo se vuelve a tensar.

—¿Pero cómo se enteró?

—Eso es lo que ambos… y ahora tú, queremos saber — digo en tono de enfado— Él dijo que hay alguien entre nosotros que está dándole información a Lyam.

Un claxon suena detrás de nosotros. Derek mira hacia atrás percatándose de que está deteniendo el tráfico, así que vuelve a conducir.


Al llegar a nuestras residencias, Daniel está sentado junto a Sam—El hermano de Arlet— en la entrada de la residencia de las mujeres. Derek y yo bajamos del auto y caminamos hacia ellos.

—Abril— se levanta Daniel y corre hacia mí para saludarme. Sam se levanta detrás de él — Él es Sam, supongo que sabes quién es.

—si, como no voy a saber quién es el hermano de mi mejor amiga —digo y aprieto la mano de Sam— Aunque, no recuerdo la última vez que Arlet me mostró una foto de ti.

—Es un gusto verte en persona—dice él— Arlet me ha hablado maravillas de ti. Mamá está ansiosa por conocer a la mejor Amiga de Arlet.

—También muero de ganas de conocer a la Ana—respondo— Él es Derek. Mi novio.

Ambos se saludan con un seco ¿Qué tal?

—¿Listos para ir al lugar que les tengo preparados para hacer nuestras reuniones?— añade Daniel rompiendo la tensión entre Derek y Sam — Por cierto… ¿Dónde están los demás?

—No vendrán. Por ahora.

— Bebé, ¿Quién más viene?— pregunta Sam.

—¿Me estás diciendo bebé a mi? — Estoy confundida. Derek se acerca a él con la intención de golpearlo, pero Daniel se interpone y se gira hacia él y le abre los ojos como platos.

—Te dije que aquí no.

No puede ser. Pienso. Le está diciendo a él.

—¿Ustedes dos son…

—¡No! — Daniel grita antes de que yo termine la pregunta.

—¡¿No?!— pregunta Sam.

—No, si. O sea… Estamos saliendo— Daniel se coloca las manos en su rostro.

¿Daniel está saliendo con el hermano de Arlet? ¿Qué pasó con Isaac? Y... ¿Que Sam no era todo un macho alfa? Según lo que Arlet me contaba.

—Solo vámonos. Tenemos kilómetros por recorrer— Daniel se aleja de nosotros y sube a su camioneta.

Daniel es quien maneja al auto, Sam que evita mi mirada está en el asiento del copiloto. Derek y yo venimos juntos en los asientos de atrás.

—Llegamos—Anuncia Daniel.

—¿Es aquí?—pregunto confundida al ver la tenebroso casa que está justo en frente de nosotros— No se parece para nada a tu casa.

—¿Quién dijo que está es mi casa?

—Por Dios, habíamos quedado en que estaríamos en el sótano de tu casa. ¿Qué pasó?

—Pues, ya ves que mi madre siempre introduce las narices en mis asuntos. Así que me preferí buscar este.

—¿Cómo encontraste este lugar tan bizarro?— pregunta Derek.

—Tengo mis contactos. —Responde él —Vamos, tenemos que entrar. Se quedarán boquiabiertos cuándo le echen un vistazo a la parte de adentro — culmina al bajar de la camioneta.

Todos bajamos de la camioneta y nos paramos en frente de la casa. El color de sus paredes es un blanco hueso envejecido. Tiene algunos de los cristales de las ventas rotos, la puerta que es de madera está totalmente desgastada: Un solo golpe y se hará trizas en el suelo. Al adentrarnos, el ambiente es muy distinto. Tanto así, que parece que no estuviera abandonada.

—¡Wow! —Sam se asombra—. No había visto algo igual.

¿Cómo es posible que una casa “Abandonada” esté prácticamente destruida por afuera, y por adentro parezca que alguien la habita?

Hay un par de  cortinas blancas 3n las ventana. En la sala de estar hay un sofá en buen estado. El piso que es de madera está brillante, como si alguien lo hubiera pulido antes de que llegáramos. La cocina tiene todos sus instrumentos disponibles para su uso. En total hay dos habitaciones: Un está totalmente desamueblada, la segunda tiene aspecto de ser un pequeño estudio. Tiene varios computadores, escritorios, papeles, un archivero, entre otras cosas.

—¡Esto está genial! — rompo el silencio—¿Seguro de que nadie sabrá nuestra ubicación?

—Si, ya viste allá fuera.—Responde Daniel—Nadie querrá entrar a una casa “abandonada”.

Hace énfasis en la palabra abandonada.

—Muy bien. Manos a la obra.

Arlet - (En Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora