Abril
Se acabó.
Las reuniones llegaron a su fin. Mi relación con Derek terminó. El secuestro de Arlet cesó.
Estamos Daniel y yo en la ambulancia que está llevando a Marcos al hospital. La madre de Marcos viene en una de las patrullas policiales. Sebastián no se enteró de que la ambulancia lo había dejado, porque estaba ocupado golpeando a Lyam, el responsable de que Marcos esté así. Los paramédicos están haciendo todo lo que está en sus manos.
— Vamos, James. Lo estamos perdiendo— dice uno de los paramédicos — Ha perdido mucha sangre.
— Necesita sangre — esta vez habla la mujer paramédica — busca la bolsa O+.
El paramédico busca entre los implementos hasta que encuentra una de las bolsas de sangre.
— Es la última — dice.
— No importa, será suficiente hasta que lleguemos.
No puede ser, no puedo creer el estado en el que Lyam dejó a Marcos.
Daniel agarra mi mano fuertemente.
El monitor de presión arterial al que está conectado Marcos comienza a sonar.
— Su presión arterial está bajando — avisa el paramédico — entrará en un paro.
«No puede ser» — digo para mí misma.
Miro a Daniel. Las lágrimas caen por sus ojos.
— Marcos, resiste — digo cuando tomo su mano — puedes hacerlo. Lucha.
— Está entrando en paro, su corazón dejará de latir en algún momento — dice la paramédica — prepara el desfibrilador externo; las paletas de toque.
El paramédico prepara el equipo para dar corriente al corazón de Marcos en caso de que este llegue a detenerse.
— Vamos James, más rápido — ahora es el paramédico quien habla.
— Voy lo más rápido que puedo — contestó James, el conductor — ya casi llegamos.
Tener a una persona que está a punto de perder la vida enfrente de ti, no es fácil. Mucho menos si se trata de una persona a la cual conoces hace menos de un mes y que te ha brindado su amistad. En parte siento culpa de que esto le esté pasando y no me lo perdonaré jamás si Marcos llega a morir.
— Esto es mi culpa — susurro. Pero Daniel parece haber escuchado.
— No, no es culpa tuya.
— Si, por mi culpa fue que Lyam le cortó las venas. Por no delatar a Simon es que Marcos está aquí.
— Hiciste lo que tenías que hacer.
— Pero no se justifica que ahora Marcos pierda la vida. Está grave — digo— en el fondo sabía que si delataba a Simon, Lyam lo mataría a él.
— Entonces quisieras o no, de todas maneras, alguien moriría.
— Su corazón se detuvo — dice la paramédica.
— ¡Noo! — grito mientras agarro fuertemente la camilla donde reposa el cuerpo de Marcos. Daniel me sujeta fuertemente haciéndome soltar de la camilla.
— Necesitamos un suministro de Adrenalina.
— Adrenalina — dice el paramédico.
El paramédico le inyecta la adrenalina a Marcos.
— Muy bien, las paletas.
El paramédico carga las paletas y con mucho cuidado se las entrega a la paramédico.
— 3, 2, 1. Despeje — la corriente entra al cuerpo de Marcos haciéndolo saltar en la camilla.
— No fue suficiente — dice la paramédica — nuevamente.
El paramédico vuelve a cargar las paletas.
— 3, 2, 1. Despeje.
Nuevamente el cuerpo de Marcos salta.
El monitor de la presión arterial sigue sin responder.
Marcos está muriendo.
— Tiene las plaquetas bajas — habla el paramédico — su nivel de sangre todavía es crítico. Necesitaremos un donante rápido.
— Yo — digo — Yo puedo donar sangre. Soy O +.
El paramédico asiente. Rápidamente busca una manguera sanguínea e inyecta mi vena. La sangre comienza a salir de mi cuerpo y entra al de Marcos.
— Está funcionando.
Daniel me mira feliz. Ambos nos abrazamos.
El sonido de las sirenas de la patrulla suena en medio del camino. Las esperanzas están puestas para que Marcos se recupere, pero no fueron suficientes. El corazón de Marcos se detuvo nuevamente.
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Arlet - (En Edición)
Teen FictionArlet y Simon, un par de amigos con sentimientos encontrados, sentimientos que los llevarán a tener más que una amistad, pero que a la vez hará una gran separación en sus vidas. El tiempo es el encargado de unirlos, pero será demasiado tarde. Lyam...