Capítulo 11

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—Bueno... Creo que llegó el momento de despedirnos — anuncia Sebastián — nuestro vuelo ya está por salir — se dirige hacia los demás para despedirse. Cuando termina viene a mí — ¡Prima! Salúdame a la tía Ana — dice y me saca de mi estado trayéndome a la realidad.

—Está bien, salúdame a la tía Marta, por favor — digo ocultando un poco mi tristeza, pero fue inútil porque al parecer Sebastián se dio cuenta cuando me preguntó que si estaba bien: yo le dije que sí, mintiéndole porque en el fondo sabía que no era así, no estaba bien.

—Adiós prima — dijo esta vez Marcos — Espero verlos pronto de nuevo en mi casa, tienen varios años que no van — dice y toma de la mano a Melanie.

—Arlet ¡Ven conmigo! — escucho a Simon que está en frente de mí. Veo la mirada asesina de Samanta detrás de él.

—No puedo, no puedo perder clase —digo. No sé qué estoy diciendo, perder clases no es que se me dé mucho.

Miro a Abril que parece entender el problema porque me hace seña con la mano de que todo está bien.

—Necesito una amiga que me ayude a sobrellevar mi miedo a las alturas, el vuelo del que acabamos de llegar no fue tan difícil porque estabas tú ahí.

Mi corazón se rompió en mil pedazos cuando escuché la palabra 'Amiga' salir de su boca, pero debo de admitir que también me sorprendió que se sintiera seguro conmigo, pero no hay nada peor que te dejen en la Friendzone.

—Sabes qué — digo, tratando de ocultar mi amargura — Solo, no puedo ir — me arrepiento de lo que iba a decir, así que solo digo eso porque mi intención no es hacerlo sentir mal, aunque me haya roto el corazón en tan solo unos segundos.

—De verdad que no quiero ir solo, el vuelo será un infierno — dice tomándome la mano, pero me suelto.

<<Solo te está usando para que no le de miedo subirse al avión>> dice mi subconsciente. Decido hacerle caso, aunque me duele el solo pensar lo que había vivido en el vuelo anterior, sus náuseas y sustos. Además, sé que Sebastián lo molestará cuando estén en el aire. Aun así, no cambio de opinión.

—Lo siento de verdad, pero... No quiero meterme en problemas con mi madre, tú la conoces — Miento, sé que mi madre no me diría nada por faltar unos días a clases, pero sí sé que se volvería loca si se enterara de que me fui a Tohana con Simon, y no quiero imaginarme la cara de Sam.

Simon coloca la cara más triste que le he visto en la vida, puedo ver su sufrimiento ¿Será que en verdad quiere que valla? No lo sé, pero no puedo ir si solo me ve como una amiga. Aunque pensándolo bien, sus sentimientos por mi pueden que hayan cambiado, o simplemente el beso que nos dimos cuando éramos pequeños tampoco significó nada para él. ¿Por qué significaba algo para mí? Tal vez porque fue la primera persona a la que le probé los labios, fue la primera persona que me hizo sentir mariposas en el estómago.

— ¡Arlet! Gracias al cielo que estás bien — dice una voz detrás de mí que aprieta mi cintura a su cuerpo y me quedo completamente helada al reconocer la familiar voz.

—Lyam... ¿Qué haces aquí? — pregunto realmente confundida por su llegada.

—Oh... te extrañaba demasiado — dijo mientras se colocaba enfrente de mí, dándole la espalda a Simon que soltaba mi mano lentamente.

—No respondiste mi pregunta ¿Qué haces aquí? — pregunté un poco enojada. Me asombra que tenga los pantalones de venir a buscarme cuando sabe perfectamente que él y yo no somos nada. Pero ahí estaba el problema, todavía sentía algo por él y me negaba a admitirlo. Entonces, lo que era una rabieta por venir hasta donde yo estaba y estar al tanto de mí, se convirtió en un pequeño sentimiento al sentirme querida por alguien. Entonces, mi rabia desapareció por completo.

Arlet - (En Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora