Capítulo 31

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Sebastián


«Que pesado está esto» pienso refiriéndome a todo el equipaje que estoy cargando. Por fin es momento de abordar nuestro vuelo, por fin es hora de rescatar a la prima Arlet. Espero que estés bien, tengo un pequeño vacío en mi corazón. No quiero imaginarme lo que debe de estar sintiendo la tía Ana en estos momentos, si es que sabe. ¿Alguien le habrá dicho acaso de que su hija está secuestrada por su exnovio? Probablemente, Sam tuvo que haberle dicho el mismo día en que él se enteró. Aunque, también pudo no haberlo hecho para no generarle sufrimiento alguno.

—Buenas tardes, caballero. ¡Bienvenido! — Una joven voz femenina llamó mi atención, sacándome de mis pensamientos.

—Buenas tardes— respondo a la amable señorita que está sentada enfrente de mí en su cubículo de trabajo—. Muchas gracias.

—Por favor, deposite su equipaje en la parte derecha de la cinta transportadora.

Asiento un momento y doy algunos pasos hasta donde comienza la cinta que a partir de ahora se encargará de nuestros equipajes.

—Tome su boleto —La amable señorita me devuelve mi tiquete —Recuerde que su asiento es el C16. Buen viaje, señor.

Le doy las gracias antes de caminar hacia la puerta de abordaje, donde esta vez, son dos amables y guapas azafatas me atienden.

—Hola, bienvenido — la hermosa azafata que está a mi lado derecho gasta su saliva en mi. Si por mi fuera, me tomaría su saliva. Debe de ser un severo manjar. —Su boleto, por favor — nuevamente habla y su dulce tono de voz me hace ruborizar por hacerla esperar.

—Ah sí, lo siento — digo nervioso— toma. Digo… Tome, señorita.

—Por aquí, por favor — me hace seña de que la siga. Caminamos por el avión y después de pasadas dos hileras de sillas con sus respectivos pasajeros ya sentados, es cuando veo a Marcos que está sentado en el asiento de la ventana  y Simon está en el asiento del medio.

—Muchas gracias — le digo antes de sentarme, pero me arrepiento de que no esté más aquí a mi lado cuando la veo que se aleja de mí.

Me abrocho el cinturón. Reclino la silla un poco hacia atrás, cuando mi celular suena en mi bolsillo. Lo saco y miro la pantalla. Es una llamada de Abril. Contesto de inmediato.

—«Nuevo plan» — comienza a decir, sin dejar que yo diga una sola palabra— Si es cierto de que hay algún traidor entre nosotros, necesitamos despistarlo. Así que, este plan solo lo sabremos tu y yo. Si Lyam se entera de esto, no dudaré en que el traidor eres tú o algunos de tus amigos. Incluyendo a Simon.

Escucho con atención.

»Lo que vamos a hacer es lo siguiente: Tú te encargarás de llevar a Simon a la salida B del lado izquierdo del aeropuerto, donde Daniel y Sam lo recogerán en el auto rojo de Daniel. Luego, deberás llevar a Marcos a la salida A del lado derecho del aeropuerto, donde lo recogerá Derek en su auto de color negro. Y por último, tú deberás ir por la salida principal del aeropuerto donde iré yo personalmente a buscarte en un taxi. Así evitaremos que nuevamente Lyam intente atentar contra ustedes, bueno… nosotros.

—Entendido.

Muy bien— agrega Abril — Para cuando ustedes aterricen, ya estaremos ahí.

No me deja decir alguna otra cosa cuando cuelga la llamada. A Veces, su comportamiento me hace sospechar de ella. Aunque tenga un poco de razón en que ella es la que más desea ayudar a Arlet a salir de eso, no la exonera de que puede que sea la  impostora que le está brindando información a Lyam. ¿Y si en verdad es ella? Pero… ¿Por Qué lo haría, porqué traicionaría a su “Mejor Amiga”? Casos se han visto. ¿Y si en algún momento se le ha pasado por la cabeza hacerlo?
Además, por lo poco que Arlet me ha contado, Derek tiene lazos más estrechos con Lyam, a decir verdad, es su mejor amigo. Entre mejores amigos se guardan cosas. ¿Y si Abril y Derek tienen algo que ver con esto? ¿Y si es una trampa? No lo sé, todo me es tan confuso. Lo que si puedo asegurar, es que, no se puede confiar en ellos.



El avión sigue su curso varias horas hasta que por fin llegamos, el sol se está empezando a ocultar. Marcos y yo bajamos a Simon del avión colgado por nuestros hombros. Marcos se queda en este momento a recoger nuestro equipaje, mientras que yo inspecciono el lugar.

Comienzo a buscar las señales y letreros que están en la parte arriba del aeropuerto, son muchas las indicaciones de Salida de emergencia, Baños, Plazoletas de comida pero no hay ninguna indicación de que cuál es la salida B ,ni muchos menos la salida A. «¿En qué laberinto estamos?» pienso.

—¿Todo bien? —la voz de Simon me asusta, sacándome de mis pensamientos.

—Si, todo bien — respondo asustado.

—¿Enserio? Es que te veo perdido.

—Si, solo necesitamos buscar la salida A y B.

—Déjame adivinar… ¿Ordenes de Abril?

—Si.

—¿Para que?

—Dijo que sería una estrategia para que Lyam no intente hacernos algo, otra vez.

—Esa tipa es estupenda. No, es más que eso. Es estupenda, brillante.

—Ya. Guárdate tus admiraciones para otro momento y ayúdame a buscar la salida.

Marcos nos alcanza mientras que Simon y yo buscamos las salidas A y B.

Arlet - (En Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora