Epílogo

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Abril

Dos años después.


Hoy es el matrimonio de Arlet y Simon.

Mi día comienza fenomenal, me preparo para la boda. Unas horas después, salgo de mi residencia con mi vestido largo y tomo un taxi hacia la nueva casa de Arlet. Cuando llego, me encuentro con su madre, Ana que el maquillaje le ha reducido algunos años. Se ve muy joven, tanto que parece más hermana de Arlet que su propia madre.

— Abril — me saluda. Yo le doy un abrazo.

El olor de su perfume caro impacta en mi nariz.

— ¿Dónde está Arlet? — le pregunto.

— Claudia le está dando los últimos retoques en el cuarto principal — dice.

Corro hasta el cuarto principal, pasando por la enorme sala de estar. Abro la puerta y al primero que veo es a Sam quien corre a saludarme.

— Pero que elegancia — me dice.

— Que caballero tan guapo — le respondo — Quiero ver a Arlet ¿Dónde está?

Sam me lleva de la mano por el enorme cuarto, pasamos al otro lado de la habitación y la veo. Arlet está de pie con su hermoso vestido blanco puesto, el velo sobre su cabeza. Ella sostiene el ramo de flores. La piel de su cara está iluminada, sus cejas bien delineadas. Tiene una mirada intensa.

— Dios — proclamo — estás hermosa.

Le doy un abrazo.

— ¿Lista para hoy? — pregunto.

— Más que lista — me responde y me abraza de la emoción.

— Llegó la hora — dice Sam — el auto ya está listo.

— Vamos — le digo y caminamos hacia afuera de la casa.

Una vez a fuera, la madre de Arlet nos pide que nos tomemos una foto. Todos accedemos a tomárnosla. Julia, la fotógrafa es quien toma la foto.

— Digan Whisky.

— Whisky — decimos todos al mismo tiempo cuando el flash de la cámara se dispara.

— Vamos, o llegaremos tarde — Sam nos afana.

Todos nos subimos al auto.

Cuando llegamos, Sam es el primero en bajarse, es él quien le abre la puerta a Arlet para que ella pueda bajar, mientras que su madre y yo nos aseguramos de que ayudarla a bajar con el vestido desde adentro del auto. Luego, me bajo yo y detrás de mí la madre de Arlet.

Ambas entramos en la iglesia y tomamos lugar en uno de los puestos de adelante. La música de matrimonio comienza a sonar. En el altar puedo ver a Simon nervioso quien se da la vuelta y queda impresionado al ver a Arlet. Su esmoquin color negro resalta con sus ojos.

Sam quien lleva a Arlet por el altar comienzan a caminar. Los invitados aplauden a medida que Arlet va llegando a las manos de Simon.

— Simon, te hago entrega de mi tesoro más preciado — escucho decir a Sam cuando llegan enfrente de Simon.

— Sam, recibo tu más preciado tesoro — responde Simon — y prometo cuidarlo y convertirlo en mi más grande tesoro.

Ambos se dan un abrazo. Luego, Sam toma asiento al lado de nosotros. Simon toma las manos de Arlet y las besa, luego besa su frente. Los dos caminan hacia el altar, donde los está esperando el sacerdote.

— Estamos reunidos para contemplar la unión entre Arlet y Simon — comienza a decir el sacerdote.

La boda continúa, hasta el momento del beso. Y al cabo de unos largos minutos, el sacerdote hace la pregunta más esperada.

— Si hay alguien que se oponga a este matrimonio, que hable ahora o que calle para siempre.

Nadie se levanta ni dice nada.

— Muy bien — vuelve a hablar el sacerdote— El novio, ya puede besar a la novia.

Simon besa a Arlet. Los gritos, risas y aplausos de felicidad comienzan a sonar en toda la iglesia. El sacerdote les da la bendición a los recién casados.

Los ya esposos se alistan para salir de la iglesia, las personas que están a los lados comienzan a arrojar arroz sobre ellos.

Ambos se detienen en la puerta de la iglesia y se basan. Nuevamente Julia nos ofrece tomarnos una foto para el recuerdo. El auto matrimonial llega a recoger a los recién casados. Simon y Arlet se suben, el carro arranca y se va.

Así, Arlet y Simon comienzan su nueva vida como esposos.

Arlet - (En Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora