capítulo 12

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El alcohol empieza a invadir mi cabeza, no sé lo que estoy haciendo pero, quiero hacerlo.

Lyam, me tumba a la cama haciendo caer de espalda a esta mientras que él cae encima de mí besando salvajemente mis labios y moviéndolos sensualmente, lo extrañaba a él, extrañaba que me hiciera suya. Su olor dulce a colonia impacta mi nariz haciéndome perder el control por completo. Abre mis piernas metiéndose en medio de éstas y yo le aferro mis piernas en su espalda haciendo sentir lo duro que está en este momento.

—Te deseo tanto — dice Lyam interrumpiendo nuestro beso.

—Calla y bésame — digo y vuelvo a besarlo.

Seguimos besándonos apasionadamente hasta que él se levanta y alza los brazos para que yo tire de su camisa, lo hago y la tiro fuera de la cama sin saber dónde cayó. Él hace lo mismo, quita mi blusa y la arroja lejos. Gracias al cielo no preguntó por qué traía esa ropa, porque no quería contarle lo sucedido.

Lyam se levanta y toma de mis manos para que yo también lo haga. Me levanto y me coloco frente a frente volviendo a besarnos, él me rodea mi cintura con sus manos y me aprieta contra su cuerpo. Su aliento mentolado impacta con mi nariz haciendo que lo desee más. Baja sus manos hasta llegar a mis glúteos y le da un pequeño apretón. Por mi parte, me aferro fuertemente a su cuerpo y contemplo sus tatuajes en su brazo derecho pero, dejo de mirarlo cuando se agacha en frente de mí y baja de mi pantalón y lo tira detrás de mí, sube nuevamente y me besa la frente.

Me arrodillo y desabrocho su cinturón, Lo saco y desabrocho su pantalón para luego bajarlo, puedo ver lo duro que está porque a pesar de que tiene puesto el bóxer, su pene alcanza a rozar mi nariz. No me acordaba lo bien dotado que era. Él me toma de los brazos y vuelve a levantarme para arrojarme en la cama, me acomodo mientras el sube y se acomoda entre mis piernas. Toma de mi ropa interior y levanto mis caderas para que pueda sacarla, cuando termina, la arroja fuera de la cama.

—Estás tan mojada — dice — me excita demasiado.
Reconozco que esas palabras hicieron dar una corriente de electricidad en mi cuerpo.

—Tu cara es lo que más me excita — dice y me sonrojo.
No soy capaz de decir nada. El sentimiento que me hace sentir no tiene comparación.

Abre mis piernas y baja su cabeza para lamer mi sexualidad. Cuando su lengua toca mi parte más sensible, hace que mi espalda se arqueé mientras suelto un gemido.

—Debes controlar tus sonidos o todos se enterarán de lo que estamos haciendo — dice Lyam.

Trato de decir algo pero no puedo, solo siento como la sangre inunda mi cara, debo de estar roja como un tomate. Coloco mis manos en su cabeza, enredando mis dedos en su cabello y bajo su cabeza para que continúe. Él continúa en lo suyo mientras que yo cada vez hago más fuerza en su cabeza para que no se despegue ni un momento de mí.

—Oye... Tranquila — dice — No puedo respirar.

<<Que vergüenza>> pienso en mí, pero estoy lo suficientemente excitada para que me importe.
Él estira su mano derecha hasta mi boca haciéndome abrirla e introduce sus dedos en ella, yo los chupo con sensualidad. Chupo y chupo dejándolos completamente llenos de saliva, él los saca y se los lleva a la boca y los chupa por un momento.

Puedo ver qué su cara está llena de perversidad, está muy excitado, hambriento por hacerme suya otra vez. A pesar de lo que me ha hecho, creo que puedo perdonarlo, además ha dicho que cambiaría por mí. Todos merecemos una segunda oportunidad.

Ambos nos encontramos con la mirada, lo veo lamer sensualmente sus dedos. <<Oh Dios... ¡Qué sexy!>> Pienso para mí. El termina de lamer sus dedos y empieza a acariciar mi clítoris y la corriente vuelve a mí. Luego de unos segundos introduce sus dedos pero esta vez me hace arquear la espalda. Me mira a los ojos mientras sus dedos entran y salen de mí.

—Arlet, estás tan apretadita y muy mojada — dice mirándome a los ojos — creo que sí sigo haciendo esto me vendré antes de que pueda penetrarte.

Una alerta se activó en mí, debería hacer lo mismo con él. No solo se trata de mí, tengo que darle placer a él.
Levanté su mirada y lo besé. Intenté voltear su cuerpo, pero me fue imposible, pero él entendió lo que quería hacer y se acostó de espalda a la cama y yo bajé su bóxer y lo lancé hacia algún lado sin darme cuenta. Me subí encima de él rozando nuestra sexualidad. De arriba abajo hasta que un líquido caliente salió disparado hacia su pecho. Se había venido.

—Oh nena, eso fue excelente — dijo y volvió a tumbar me en la cama.

Me acosté recostando mi espalda a su pecho mientras que él me penetraba nuevamente con sus dedos, pero esta vez rápidamente. Una y otra vez sus dedos entraban y salían de mí velozmente, haciéndome gemir. Cuando estuve a punto de gemir su nombre fuertemente, el tapó mi boca con su otra mano haciendo que mi gemido de ahogue en ella. Minutos después me hizo llegar al mejor orgasmo que había tenido desde que terminamos.


***

Los rayos del sol impactan en mi cara haciéndome abrir los ojos, me siento enla cama y trato de cerrar las cortinas pero es inútil, porque hay una enormemano que está rodeando mi cintura. Sigo la mano con la mirada hasta que veo asu dueño. Lyam, está aquí acostado con su mano sobre mi cintura y una mantacubriéndonos. Ruedo su mano quitándola de mi cintura lentamente, intentando nodespertarlo. Cuando lo consigo, me levanto de la cama y veo el desorden de ropaque hay en mi habitación, y es en ese momento que mi cabeza me cuestiona lo quepasó ayer.

No tengo todo claro, solo que ayer... ¿Tuve una cena con Lyam? Pero terminó confinal feliz o ¿No? Tal vez sea solo mi imaginación. No entendía por qué, peropasó. Voy hacia la mesa de noche en busca de mi teléfono para ver lahora: 7:10 AM.

— ¡Demonios! —chillo cuando veo lo tarde que estoy para ir la primera clase deeste semestre. Salgo corriendo al baño y justo cuando estoy en frente delespejo, veo que estoy en ropa interior.

— ¡Ay no! — digo colocando mis manos en mi cara con una expresión de sorpresapor lo que había pasado. De verdad había tenido sexo con Lyam, mi ex o másbien... ¿Mi novio? — ¡Cómo sea! — digo meneando mi cabeza intentando olvidarlopor completo.

Entro a la ducha y el agua fría empieza a caer sobre mi cabeza, muchos mepreguntan qué ¿porque no me baño con agua caliente? Simple. El agua fría medespierta de verdad, además que me hace sentir muy bien y me relaja porcompleto.

Cuando salgo del baño veo a Lyam despierto, acostado boca arriba con una manodetrás de su cabeza, me está mirando fijamente. No puedo evitar sonrojarmemientras que un extraño sentimiento que no logro describir me invade el cuerpo.Él aparta la sábana de su cuerpo, dejando al descubierto sus lindosabdominales, está en bóxer y no puedo evitar ver esas piernas súper marcadas.

Camino hacia el clóset a sacar mi ropa y preparar lo necesario para ir a launiversidad, pero Lyam se levanta de golpe y me atrapa entre sus brazos.

— ¡Buenos días, princesa! — me dice mientras me besa la boca.

— ¡Lyam! Por favor, vez a lavarte los dientes — digo mientras limpio mi bocacon mis manos.

— ¡Lo siento! Olvidé lo asquienta que eres — dice y se dirige el baño mientrasque yo continúo limpiando mi boca, pero esta vez con la toalla.

Camino nuevamente hacia el clóset y saco la ropa. Me cambio rápidamente cuandoLyam sale del baño completamente desnudo. Me asombro al verlo en ese estado. Noestoy acostumbrada... ¿O sí?

— ¡Tápate! — le digo, mientras le doy la vuelta.

— ¿Cómo quieres que lo haga si tienes la única toalla que hay en estahabitación? — dice alzando los hombros mientras camina hacia mí.

Es cierto... Es mi habitación, por tal motivo, solo están mis cosas. Tomo latoalla y se la lanzo. Él seca su cuerpo empezando por la cabeza desordenando sucabello.
—Y... ¿Qué haremos hoy? — me pregunta una vez que se ha vestido.

—Pues como siempre... ir a clases.

— ¿A clases el primer día?

—Sí, a clases el primer día.

— ¡Hagamos algo más entretenido!

— ¿Entretenido?

—Sí, estos días he estado visitando un lugar. Mi lugar favorito.

— ¿Tu lugar favorito?

—Si.

— ¿Tu lugar favorito es...?

— ¡Caya! — Me interrumpe colocando su dedo en mi boca — es una sorpresa.

— ¿Sorpresa?

—Sí, vamos para que lo conozcas. Se convertirá en tu lugar favorito. Nuestrolugar favorito.

—Está bien, después de clases estoy libre.

— ¿Quién dijo que sería después de clases? — dice.

Lyam termina de colocarse su ropa y me toma fuertemente del brazo obligándome aseguirlo, mientras salimos de la habitación y corremos por el pasillo de laresidencia hacia las escaleras. Cuando llegamos al primer piso, comenzamos aactuar con normalidad, pues, este piso casi siempre está lleno de profesores yde directivos de la universidad.

Al salir de la residencia subimos al auto de Lyam, me abrocho el cinturón, élpor su parte hace lo mismo al mismo tiempo que le sube el volumen a la radio.
—Y... ¿A dónde iremos? — pregunto rompiendo el silencio que había en ese momento.

—Es una sorpresa — me asegura Lyam y asiento mientras me dispongo a esperar.

Estoy nerviosa, hace tiempo que Lyam no hace algo bonito por mí o... eso espero.Espero que esta sorpresa rompa con mis expectativas, no me quiero desilusionar,aunque tampoco sé que esperar.

—Solo recuerda, ¡Todo puede cambiar! —dice Lyam sacándome de mispensamientos.

— ¿A qué te refieres? — pregunto.

—Ya lo verás — dice.

Arlet - (En Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora