Capítulo 47

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Arlet



Por fin toda esta pesadilla ha terminado.

Derek es llevado fuera de la cabaña, esposado.

Desde aquí puedo escuchar que es abucheado, pero...¿Por quién? Parece que hay demasiadas personas fuera de la cabaña.

— Arlet — escucho la voz de Simon, está un poco apagada.

Camino hacia él.

— Ya todo acabó— le digo — me rescataste. Soy libre, gracias a ti.

Lo desato de la silla.

— Vergüenza — me dice — siento vergüenza.

Entiendo. Está desnudo frente a mí.

— Te ayudaré a cambiarte, no querrás salir desnudo en frente de todos — digo.

— Yo puedo solo — Simon intenta colocarse de pie, pero debido al dolor de sus heridas que ya han dejado de sangrar, pierde el equilibrio y todo el peso de su cuerpo cae junto con el mío.

Ambos caemos al suelo y a pesar de haber perdido el equilibrio, no ha perdido la razón. Así que, sabe lo que está pasando en este momento. Conecto con su mirada, lo miro fijamente a los ojos. No recordaba lo que se sentía estar al frente de la persona que te gusta. Mi corazón comienza a latir como alguna vez latió por Lyam, pero esta vez está latiendo por Simon. El viento sopla haciendo que el cabello de Simon se mueva, la luz que entra por la ventana ilumina su cuerpo. Su rostro se ve como el de un ángel.

— Como la primera vez — dice.

Sé muy bien a que se refiere.

La primera vez que lo besé en aquel parque. Por ese motivo fue que mamá decidió separarnos y aquí estamos otra vez, unidos por el destino.

— Sabes lo que viene ahora — vuelve a hablar — ni el destino nos volverá a separar.

Sin más, asiento y lo hago.

Busco sus carnosos labios y pego los míos a los de él.

Las mariposas empiezan a aparecer en mi estómago.

Simon abre su boca permitiéndome pegar mi lengua a la suya. Cada vez es más profundo.

— Por favor, no pares — me suplica. Al igual que él, tampoco quiero que esto acabe.

— Eso no va a pasar — contesto.

vuelvo a besarlo.

— ¡Auch! — se queja cuando paso mi mano por su pecho desnudo.

«Las heridas» — pienso.

— Lo siento — es lo que digo antes de ponerme en pie.

Con fuerza, ayudo a levantar a Simon. Tomo su bóxer y su ropa y me veo obligada a ponérselos. Paso su mano por encima de mi hombro para que pueda caminar y así salimos de la habitación.

Cuando Simon y yo pasamos por las ventanas de la sala de estar, una multitud comienza a gritar afuera.

— Son libres.

Justo cuando llegamos a la puerta, un montón de flashes comienzan a encandilarnos los ojos. Algunos de los militares se encargan de Simon, mientras que otros se encargan de escoltarnos hasta una ambulancia donde Simon será atendido.

Antes de que pueda subir a la Ambulancia para estar al lado de Simon, una de las reporteras me impide hacerlo.

— Arlet, Podrías decirnos ¿Quién era tu secuestrador? — pregunta.

— El mismo diablo — es lo que respondo.

La reportera sigue preguntándome cosas, pero no presto atención, porque a lo lejos puedo ver la silueta de... Mamá.

— ¡Mamá! — grito y corro hacia ella. Ella se gira y abre sus brazos para recibir mi abrazo.

— Mi pequeña, estas a salvo — me dice.

La sensación de seguridad viene a mí. En estos momentos siento paz al estar en los brazos de mamá.

Alguien más se une a nuestro abrazo. Volteo para ver el rostro de mi hermano mayor, Sam.

— Ya todo acabó — dice.

Asiento.

Cosas como Enfermo, Secuestrador, Poco hombre comenzaron a decir las personas justo cuando el agente Tom lleva esposado a Lyam hasta la patrulla policial. Mi madre corre hacia él justo antes de que el agente Tom logre subirlo a la patrulla y lo abofetea fuertemente.

— Esto es por mi hija — dice.

Una de las agentes separa a mi madre para evitar que siga golpeando a Lyam. Por su parte, él me guiña el ojo justo antes de subir a la patrulla. La sonrisa en sus labios es evidente. Está disfrutando todo esto.

Arlet - (En Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora